Por: Juan Carlos Collazos Fajardo
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En otrora, un buen amigo envío a un hogar en Armenia Quindío, desde los Llanos Orientales de Colombia, una hermosa publicación titulada: “La empresa que decidió ser feliz”, en esta, Javier Gómez, uno de los mejores en el tema de Marketing esbozó una tierna historia de como una Universidad, con una desorganización administrativa y académica bien organizada, decide incursionar en una aventura de mejoramiento continuo; en la cual, todos los actores, que al principio de la historia se muestran desconfiados y reluctantes, terminan disfrutando los productos de su trabajo colectivo en lo que Gómez, J. (2012) denominó en esta narración como “El Centro de Experiencia Institucional”.
Se trae a colación esta obra, con base en que desde la perspectiva de la Felicidad Laboral en Ambientes de Trabajo es una clara muestra de Humanismo como un factor esencial para: escuchar, entender y comprender al Otro, y a la vez, se le respete en sus opiniones y posturas frente a la vida, aun cuando sea el Contradictor. Dado que los resultados pueden ser extraordinarios; por el contrario, cuando existe ego, arrogancia y soberbia por parte de quien dirige las instituciones o las empresas, suele suceder que, aun cuando se desarrollen las funciones y procesos como lo establece la normativa, sigue existiendo vacíos emocionales, molestias, temores y resentimientos en el talento humano, porque consideran que no son dirigidos por un humano sino por una máquina energúmena, insensible y carente de respeto por los demás.
El Humanismo en Teoría de la Felicidad Laboral, es un principio fundamental para la construcción de Ambientes Laborales Felices y Productivos; consiste en demostrar ante los demás altos niveles de educación, tolerancia y respeto. Un Mentor Humanista, se preocupa por institucionalizar momentos, jornadas y fechas especiales para exaltar a sus talentos y reconocer cada uno de los dones con que cuentan y sus potencialidades para mejorar continuamente el servicio o producto que distinga a la empresa.
Un ejemplo evidente de Humanismo Empresarial se puede apreciar en las actuaciones administrativa propuestas por Don Arturo Calle, quien desde los años 70´s incursionó en Colombia con el negocio de las prendas de vestir y otros accesorios y a pesar de las crisis de este sector de la economía, los cambios en la Tributación colombiana, la pandemia originada por Covid-19; se ha mantenido incólume por el deseo altruista y filantrópico de conservar el trabajo para sus Talentos, aun en las situaciones más adversas y ofrecer para todos ellos, espacios para el desarrollo personal y familiar. En alguna ocasión expreso que: “un papel impreso en una tipografía” no lo pone por encima del amor de sus empleados: “Nuestro negocio es la felicidad de nuestro personal”. En este sentido, es fácil reconocer el Humanismo que un dirigente como Don Arturo ha tenido para con sus propios y el legado difícil de superar por quienes hereden y continúen con el negocio en un marco económico que se desarrolla en metodología de océano rojo donde la competencia es inhumana, sin alma.
Ahora bien, si se toma un ejemplo de empresas y particulares que desarrollen su operación en metodología de Océano Azul, un buen ejemplo podría ser el Circo del Sol en México, Asesores Académicos Web en Armenia Quindío y múltiples cantantes a nivel mundial; quienes reconocen en su Talento Humano las potencialidades y dones únicos que tienen, los cuales están por fuera de la orbita de competencia alguna y les otorga una impronta de exclusividad. En tal sentido, sus lideres de ubican en la parte trasera del escenario para que sean los Talentos quienes brillen al frente de las presentaciones y de sus obras.
El Ser Humanista es el ser comprensivo, afectuoso respetuoso, inteligente, alegre. Es una condición de la persona que le permite tener sensibilidad y consideración ante las adversidades ajenas y propende por ayudar para solucionar en parte estas situaciones. El Ser Humanista es interesarse por el otro, sin engaño, sin embaucarlo en negocios turbios o ilegales, sino con una firme postura de integridad que le permite reconocer el dolor ajeno y ser solidario ante una situación desafortunada del otro. En este sentido, no es un principio humanista que un jefe llegue al sitio de trabajo, salude a algunos colaboradores, pero condene al ostracismo a otros, esa actitud es propia de personas carentes de humanismo. Un Jefe Humanista es justo, educado y recto en sus actuaciones administrativas y personales, es aquel que no ofende al otro, que antes de hablar prepara muy bien sus palabras para no ser hiriente en sus expresiones, no asume una aptitud paternalista pero tampoco vil ni energúmena.
Un Ser Humanista no critica, se preocupa más por elogiar al otro y motivarlo para que desarrollo todo su potencial. Un Jefe Humanista no se fía del primer comentario que le haga un asesor cercano, en relación con el comportamiento o trabajo de sus Colabores, sino que él tiene la generosidad de llamar al implicado y darle la oportunidad de expresar sus pensamientos y descargos, antes de que otra persona poco humanista los tergiverse, sin tener en cuenta que detrás del éxito o fracaso de ese Talento, esta una familia de cuyo sustento forma a sus descendientes para poblar a un país y alcanzar el desarrollo nacional e internacional.
En este orden de ideas, que bueno que los altos dignatarios, rectores, jefes, gerentes leyeran el texto de Gómez, J. (2012) y descubrirán como un Rector de una universidad deja de ser un ejecutivo murciélago, (es decir aquel que se interna por años en una habitación), sale y recorre la empresa, la institución, dialoga todos los días con los Funcionarios, con los muchachos Estudiantes en las zonas de estudio, escucha sus necesidades, sus aspiraciones, aprende de su lenguaje y les apoya para que ellos se sientan importantes. Eso es crear con Humanismo un Ambiente Laboral Feliz.
En suma, El Humanismo se convierte en el Cuarto Principio Fundamental para crear Ambientes Laborales Felices. Un Humanista como dice Fonsi, L. (s.f.) “no se da por vencido”. Es aquel que no necesita mucho esfuerzo, solo ser humano, ser persona, es decir, saludar más, sonreír con frecuencia, escuchar más que oír y que hablar y sobre todo gestionar siempre lo mejor, que redunde en el Bien Común. En tal sentido, Señores Directivos, sean buenos, más humanistas y descubrirán que pueden producir más, pero sobre todo ser más felices. Y recuerden que la humanidad se encuentra en medio de una pandemia y aun no aprenden ustedes que no se puede controlar la hora de morir, pero lo que sí se puede es desarrollar desapego del ego y solo así la persona se convierte en humano y el Amor por el prójimo les asegura una existencia más feliz, máxime si no se conoce cuando se debe partir. En tal sentido, se esperaría que el humanismo empiece a escribirse y aplicarse en los principios de su empresa.
Les deseo a todos la máxima felicidad laboral y espero poder contar con su paciencia y humanismo para poder presentar en la próxima columna el Quinto Fundamento de la Felicidad Laboral Superior, denominado: “La Emoción y la Conciencia”. Gracias a todos por tanto humanismo para leer estas sencillas aproximaciones a la realidad de las empresas y nos encontraremos en una próxima entrega. Hasta entonces y Felicidades.
Aclaración: Las palabras que se han escrito con mayúsculas iniciales y negrita, es solo para resaltar su importancia en el contexto de Felicidad Laboral, se expresan disculpas para los colegas lingüistas.