domingo 15 Jun 2025
-

Invertirle a la muerte o invertirle a la vida

13 diciembre 2017 1:48 am
Compartir:

Hay un profesional que necesitamos los seres humanos tres veces al día… el agricultor. Y en pleno siglo XXI no acabamos de comprender en qué momento la humanidad permitió ponerle veneno a la comida.

Sinembargo, los consumidores podemos preferir a los orgánicos en los mercados. En reciente congreso de Agricultura Orgánica y Biodinámica “ConAgrEco” en Cali , el funcionario de “La 14” que escoge anualmente los cien mil millones de pesos en productos frescos que mercadea esta cadena, lo dijo: “podemos vender orgánicos SI NUESTROS COMPRADORES LO PIDEN”. Ahí está la primera clave: EL CONSUMIDOR SÍ DECIDE. Si fuera por mi familia, Cocacola, Maggi y los productores de azúcar, -por ejemplo-, ya habrían tenido que cambiar sus negocios. Entro a un supermercado y veo con satisfacción todo lo que no necesitamos en mi casa.

El consumidor puede dejar de ser indiferente. El glifosato enferma y mata. Los preservantes, los colorantes, el azúcar, la sal refinada… son venenos, pero hay opciones y muchas. Seamos claros. No es ético que el negocio del agro siga usando agrotóxicos. Uno no entiende cómo un cultivador es capaz de ordenarle a sus trabajadores que se intoxiquen aplicando glifosato, y todo el largo listado de sustancias mortales. ¿Serían capaces de aplicarlos ellos mismos?

¿Cómo es posible que perjudiquemos también a quién nos compra? Tristemente todos tenemos seres queridos víctimas de enfermedades evitables. ¿Nos suena conocido “el fin no justifica los medios” o “no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti” ?

La buena noticia es otro refrán: “donde hay una voluntad, hay un camino” y los empresarios más inteligentes y consientes tienen negocios más productivos y además, enriquecen y valorizan sus tierras. Ahí está la segunda clave: SER ECOLÓGICO PAGA.

El Valle está comprometido con los bionegocios. Fortalecen su patrimonio agropecuario y multiplican su rentabilidad con la decisión bio. Lanzaron la primera leche orgánica del país, tiene un nombre poético: “Del Origen”. El inicio para los agricultores y ganaderos visionarios que la producen, fue su decisión férrea, inamovible, por lo orgánico. Hoy sus tierras son las más ricas. En belleza, en fauna, en calidad de suelos. Tanto en ganadería como en agricultura ganan mucho más. Esto lo comprueban los mejores índices de fertilidad del suelo, de contenidos de proteína en la leche, de capacidad de carga de cabezas por hectárea, de presencia de fauna silvestre, etc.

Este producto será muy poco para la demanda nacional de leche de calidad. Un alimento con un sabor suave y dulce como lo tienen los otros productos orgánicos de hortalizas, cereales, carnes o frutas. El veneno se siente en lo que comemos con un gusto amargo y simplón. La leche que produce la Reserva Natural El Hatico, seguro que será la mejor pagada del país.

Si los ganaderos del Quindío quisieran tener las más valorizadas, fértiles, biodiversas y productivas haciendas, el ejemplo está a la vuelta de la esquina. El silvopastoreo y la veterinaria orgánica se pueden aprender. Una opción es contactar a Bioganaderos, un gremio de ganaderos certificados que son los más rentables en Colombia. La gente del campo aprende con el ejemplo.

El arroz tampoco se queda atrás. Blanquita demuestra que mientras en el país el promedio de producción de arroz por hectárea con agrotóxicos es de cuatro toneladas, ellos en sus cultivos orgánicos producen seis. Así la crisis del campo desaparece y la crisis social se sana.

“Invertir” en venenos es criminal. Todavía los agrotóxicos no están prohibidos en Colombia. Algún día lo estarán, pero los consumidores, agricultores y ganaderos ya sabemos que matan.

Lo que le hace falta al país, -y al mundo-, es una sola cosa: conciencia. Y esa se vive al interior de cada uno, estemos jugando de consumidores o de productores, de sociedad civil o de estado.

La disculpa no puede ser la plata. La máxima rentabilidad económica a veces se presenta como lícita pero, -cuando va en contra de la vida-, no es ética.

 

Te puede interesar

Lo más leído

El Quindiano le recomienda