He considerado que la cultura ciudadana debe ser uno de los elementos más importantes de nuestra vida, pues es algo que existe desde años inmemorables, pero que día a día va perdiendo su esencia o, peor aún, su identidad en la sociedad.
En el diario vivir nos vemos expuestos a convivir con nuestros vecinos, conocer a nuestros coterráneos en las calles, vías, parques y demás establecimientos públicos y aunque pudiesen ser desconocidos son cuyabros como nosotros, que permite tener en común ese rasgo de ser de la misma ciudad.
Es allí en donde entran los principios y modales enseñados por nuestros padres, que aunque suene como un cliché, es importante en la sociedad, pues son aplicables en nuestro trabajo, lugar de estudio, en casa; en pocas palabras en nuestro entorno.
Por ese motivo, es algo más de razón y lógica, pues el hecho de vivir en el mismo espacio nos estimula a ser cívicos y a aplicar la cultura ciudadana. En pocas palabras la invitación es a botar las basuras en el cesto por una ciudad más limpia, a cruzar por las cebras y así contribuir a disminuir tantos accidentes, a recoger el excremento de nuestras mascotas para contribuir al cuidado del medio ambiente, a ser personas más amables y entender que en el mundo estamos para servir.
Más que una cátedra de cultura ciudadana o civismo es una reflexión de cosas tan sencillas como respetar las leyes, ser buen peatón, ser buen conductor, saludar a las personas, saber de nuestra historia y sobre todo ser buenos ciudadanos y embajadores quindianos y cuyabros, tanto por fuera de la ciudad como adentro y así entender que ser buena gente no es solo por beneficio. Ser buena gente es servir por la simple naturaleza de los principios enseñados y aprendidos en casa.
Finalmente, como decía Jaime Garzón: “acá no hay una cultura de la propiedad, uno baja el vidrio y tira el papel, porque como esto no es mío”. Clara reflexión que simplemente nos debe hacer entender que la ciudad, las calles, los parques, las vías, los paraderos y los andenes son de nosotros.
Pienso que un gran avance en materia de desarrollo social es aplicar la cultura ciudadana como una medida de progreso, para ser mejores personas y entender que hacer las cosas bien si tiene un buen fin, pues al final de cuentas el resultado nos hará mejores ciudadanos para convivir, cuidaremos del medio ambiente, tendremos andenes limpios, personas que respetamos la ley y a los demás y, sobre todo, una ciudad más agradable para vivir.
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