Anteriormente la educación en Colombia tenía un sistema muy diferente al de la actualidad, en todo sentido; pues simplemente consistía en amplias horas de estudio, comunicación respetuosa entre profesores y estudiantes, manejo más preventivo de las problemáticas sociales en las instituciones educativas, modelos pedagógicos que contemplaban procesos de aprendizaje integrales, combinados con juegos que involucraban la convivencia (escondite, las canicas, el fútbol barrial, etc.); menos tecnologías de la información y las comunicaciones. En últimas, una de educación más respetuosa de sus actores, con menos herramientas y más recursos pedagógicos.
La comunicación respetuosa entre profesor-alumno es algo que ha generado una gran brecha educativa. Antes existía ese respeto por los maestros. Ellos tenían la facultad de reprendernos y por si fuera poco, muchos eran un modelo a seguir, pero las nuevas relaciones de poder en el aula, la evolución del sector y el desarrollo social-económico ha impregnado el presente con nuevos factores que afecta la convivencia escolar, con niños indisciplinados que no acuden a clase, no atienden lo direccionado por el maestro y sus padres; tanto así que se miden al nivel de ellos, lo cual se ve reflejado en la pérdida de respeto y de los valores, principios y modales.
La educación es, sin duda, una de las pocas alternativas que se tiene para enfrentar la pobreza y los problemas del subdesarrollo. No es fácil medir el impacto en el corto plazo de una política educativa si bien los indicadores son una fuente muy importante para medir el progreso o retroceso en la solución de las problemáticas envueltas en la educación, pero en la realidad, antes que indicadores, debemos priorizar en implementar estrategias no solo con los niños, niñas y jóvenes, con los actores educativos, sino con los padres de familia, pues muchas problemáticas tienen sus causas en el hogar y en la ausencia de la familia del proceso educativo.
Es indispensable implementar un conjunto de estrategias alineadas con el fin de integrar a todos con alternativas enriquecedoras que conlleven a una solución para combatir con más fuerza y estabilidad la deserción escolar, analfabetismo, bullying, embarazo a temprana edad, suicidio y consumo de sustancias, situación tan visible en las instituciones educativas de hoy, como factores que vienen evidenciándose en la educación actual.
Una de estas estrategias que se viene implementando hace un tiempo en Armenia es la ampliación de la jornada de estudio en varias instituciones educativas oficiales, teniendo en cuenta que el tiempo libre de los alumnos estaba siendo mal utilizado y conllevaba a crear esa dicotomía para los jóvenes: aprovechar el tiempo libre o utilizarlo de una forma inadecuada.
El propósito de esta nueva estrategia educativa no es más que utilizar y aprovechar adecuadamente el tiempo libre a través del deporte, la cultura, grupos de investigación, lectura, la recreación, entre otros, para mejorar el acceso y la permanencia de los niños, niñas y jóvenes en el sector educativo.
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