Hay frases que se graban en tu ser más profundo para siempre, frases que son generadoras de pensamiento, de acciones, de formas de estar en el mundi. La mía fue una bastante llana y vulgar: “Amigo mirón únete al montón”. Este slogan dicho, cantado, gritado en tantos escenarios, desde niña siempre me hizo pensar. ¿Por qué el que estaba en la margen no se unía al grupo? ¿Tenía miedo, le dábamos miedo? ¿Los que miraban, les llegaba nuestra voz, nuestras peticiones? Con el curso de los años, esas 5 palabras se han convertido en una: Participación.
Participación entendida como la capacidad, la voluntad y el poder de actuar. Participación para entrar en la esfera de la interdependencia, es decir, el reconocimiento del compromiso y la responsabilidad global en todas sus dimensiones: económica, ecológica, democrática.
Entiendo la participación como un proceso individual y colectivo que podríamos esquematizar en tres fases fundamentales:
1: Crear: nuestro punto de partida es la construcción de un pensamiento colectivo que pone en práctica solución creativa a problemas y desafíos sociales. Creamos en el encuentro con las otras personas, en la conversación, en la resistencia desde la proposición.
2: Hacer para ser: reactivar la sociedad civil a través de movimientos sociales alternativos. Hacer desde un discurso social de respeto a la vida y de su defensa en el seno de lo comunitario.
3: Crecer: de lo colectivo a lo individual. Crecer en sentido humano, que es una llamada a implementar que la calidad de vida de toda la sociedad es misión de todas y nos afecta a todas. Crecer dejando en la cuneta al individualismo que solo lleva a sociedades esquizoides.
En este proceso de participación las alternativas sociales sobre las que se realiza el dialogo creativo reúnen las siguientes características:
a. Experiencia colectiva: en un entorno de relaciones grupales horizontales.
b. Experiencias gestadas para resolver problemas sociales.
c. Experiencias basadas en relaciones democráticas entre sus participantes.
d. Atienden a la formación de conciencia democrática, pluralista, defensoras de la paz, la libertad y la justicia.
e. Experiencias que dan valor a lo público desde un sentido colectivo.
Hacer para ser, pone en escena la esencia de la ciudadanía responsable y comprometida con el devenir de su comunidad tanto local como global. Por eso: “Amiga, deja de mirar y únete a crear una sociedad equitativa”, porque en el hacer esta la esencia del ser.