Paisaje Cultural Cafetero histórico
Caicedonia, Valle
Enclavado en un vallecito altoandino de la Cordillera Central, Caicedonia, “Centinela del Valle” como la bautizó alguien, está ahí, cual un guardián enhiesto, mirando coqueto hacia el Quindío y a su río Barragán- La Vieja, y al espectacular Valle de Maravelez con su sinfonía de verdes y guaduales.lloricosos-.
La poblaron los mismos colonos del Quindío que se enamoraron de sus feraces tierras. La Concesión Burila fue dueña de casi la totalidad de su territorio, que siguió atrayendo foráneos, y al ser paso obligado hacia el centro del país a través de La Línea, se constituyó en un prospero pueblo lleno de encantos.
Por allá por los años 40 y 50 arribaron algunos “turcos”, vendedores de telas y cacharros que se quedaron en el floreciente municipio, casi para siempre.; también pasaron por allí algunos sureños que se amañaron, destacándose uno de ellos por su arrojo, dinamismo y civismo. Venía compitiendo en una carrera automovilística y allí ancló , para ganarse la vida como mecánico..
En compadrazgo con otros inquietos del pueblo, le dio por organizar, crear y fundar, desde luego, un Cuerpo de Bomberos, el que hoy todavía existe. Ese hombre, un ecuatoriano de raca mandaca, llegó de la ciudad de Cayambe, Ecuador. Vino , vio y venció. Se llamaba Tobías Valladares Perugachi. Posteriormente llegó su hijo Alfonso y echó raíces: se casó y procreó cuatro hijos-
Hace poco tiempo, al celebrarse un aniversario más de la fundación del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Caicedonia, se rindió un merecido homenaje al señor Valladares Perugachi, evento que contó con la asistencia de lo más granado de las cuerpos bomberiles del Valle del Cauca, así como de directivos nacionales de la voluntaria institución. En su nombre, su hijo recibió los galardones y los honores ganados desde antaño.
Definitivamente los hombres trascienden por sus actos, sea cual fuere el punto cardinal de la tierra donde sueñen un día y la semilla florezca.
Si, alguien dijo que lo que el árbol tiene de florido lo debe a lo que tiene de raiz.