Shangri-La

13 mayo 2019 4:32 am

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En el año 1933, James Hilton, joven escritor de 33 años de origen británico publicó una novela que lo catapultó a la fama y al éxito literario y financiero: “Horizontes Perdidos (Horizon Lost).

La novela describe un lugar idílico, Shangri-La, ideal y utópico, ubicado en las montañas del Himalaya, donde sus habitantes disfrutaban de una paz plena y un goce de la vida único, armonizado con una larga existencia, es decir la longevidad del hombre en su máxima expresión.

Supuestamente, el lugar estaría ubicado en las Montañas Kunlun y significa “Paso entre las montañas de Shang” en el distrito de U-Tsang. Curiosamente, las escrituras tibetanas describen siete de estos lugares como tierras ocultas, creadas por Padmasambhava (deidad tibetana), en el siglo IX y que se constituyeron en “refugios idílicos y sagrados” en tiempos de conflicto.

Hilton que había nacido en Lancashire, Reino Unido, fallecó en 1954 (contaba con 54 años de edad), en Long Beach (USA), a donde se había trasladado a vivir, disfrutando de gran renombre y notoriedad por esta y otras creaciones literarias.

(Mark Knopfler, cantante y guitarrista escocés plasmó en notas musicales una maravillosa composición en homenaje a Shangri-La).

Lo utópico o ideal ha sido un sueño eterno del hombre, en todos los tiempos y en todas las culturas. Ya Tomás Moro había descrito su Utopía (sociedad perfecta) siglos atrás y sus escritos y posiciones le costaron la vida.

Para no irnos muy lejos, desde el siglo pasado existe un lugar en Colombia, que fue idealizado por propios y extraños como un Edén, por lo hermoso de sus paisajes, la variedad y riqueza de recursos, la feracidad de su tierra, en fin por todo, por su posición geográfica y por su verde.

Esa región de Colombia, cuando pudo se región administrativa independiente (departamento) esculpió en su escudo la frase de batalla Joven, Rico y Poderoso.

Hoy, más de medio siglo después este Edén de Colombia, gobernado por una clase dirigente inepta y corrupta hasta más no poder, sin que, al parece ,a nadie le importe, con altos índices de desempleo, una alta tasa de suicidios, una ínfima representación dirigencial en organismos nacionales, un desgobierno nunca antes visto y una plaga de turismo invasivo y dañino que en el fondo poco aporta al PIB del departamento, amén de los deslogros deportivos de nuestro antes glorioso equipo profesional de fútbol,…….¿será que con todo esto y muchas cosas más podremos seguirnos llamando EDÉN ?

 

 

 

diegoluisramí[email protected]

 

 

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