Desde cualquier sitio de Armenia se puede ver el cerro El castillo, que queda en las jurisdicciones de Calarcá y Salento. Desde este cerro se puede observar toda la ciudad. Es, como dirían los poetas, el cerro tutelar de Armenia. He aquí el más grande y hermoso mirador de la ciudad, un sitio lo suficientemente cerca para mirar el casco urbano en toda su plenitud
A este cerro, donde están las torres de Telecafé, la estación radial de la Universidad del Quindío y otras, se accede por la vía principal de la Línea, tomando un atajo por donde puede transitar cualquier tipo de vehículo, en un recorrido que no demora más de media hora entre Armenia y el cerro. También se puede ir por Salento. El cerro El Castillo debería de ser uno de los grandes atractivos turísticos de las ciudades de Armenia y Calarcá, lugar obligado para cualquier visitante en plan de descanso y exploración de nuestra región.
Lo más importante del cerro El Castillo es que gran parte de su cúpula, la zona más alta, pertenece a través de escritura pública, al municipio de Armenia. Son varias hectáreas que fueron adquiridas en el gobierno de Alba Stella Buitrago Pérez en el año de 1993 por iniciativa del entonces director de la Oficina de Valorización Municipal, el ingeniero Oscar Loaiza Piedrahita para el entonces polémico proyecto de Antenas Parabólicas para la televisión por cable en la ciudad. El proyecto fracasó, pero el lote quedó ahí, en manos de la alcaldía de Armenia.
Sabemos que el lote ha sido objeto de varios intentos de venta por parte del municipio con el fin de conseguir dineros para inversiones públicas. Le pedimos muy respetuosamente al alcalde y al concejo, que no vendan este lote, porque en manos del Estado local puede convertirse en una portentosa herramienta de desarrollo turístico, desde lo público, lo que sería incierto en manos de un particular.
La propuesta que nos atrevemos a hacer es la construcción allí (con recursos propios de las alcaldías de Armenia y Calarcá, y de la gobernación del Quindío, pero también del gobierno nacional) de un restaurante jardín mirador del Quindío con una pista de lanzamiento de parapentes y deportes similares. Este sería un gran atractivo para propios y turistas, ahora que el ingreso se hace más expedito con la inauguración del primer tramo de las obras de doble calzada de la carretera de La Línea.
Un buen almuerzo en un día soleado con los de este agosto, o una comida en una noche de luna llena, con las luces de las dos ciudades titilando abajo, pueden ser lujos sencillos que nos podemos dar. Y más aún, conservar un sitio para paseos populares y fiambres de hojas de congo, para que lo público recobre aquí la importancia de ofrecer, desde el Estado, espacios de diversión y entretenimiento familiar. El proyecto del Mirador de Armenia se ha propuesto desde comienzos de la primera década de este siglo, pero no ha tenido dolientes. ¡No lo echen en saco roto!