Como es costumbre en nuestra cultura occidental suponemos que el fin de año es el cierre de un ciclo de vida, un nuevo punto de partida para metas, emprendimientos, proyectos, etc. El 2018 trae consigo aire fresco, expectativas y propósitos personales pero también una responsabilidad histórica para nuestra sociedad. La elección de quienes orientaran los destinos del país el próximo cuatrienio en marzo debemos hacer elección de congresistas en circunscripciones territoriales y nacionales. En mayo elección de nuevo presidente (a) de la república. Vamos con lo primero. El departamento del Quindío con poco peso legislativo en la última década debe ser consiente a la hora de entregar su voto de confianza. Con un panorama poco renovador entre los candidatos de la tierra debemos apelar a la trayectoria de los nombres propuestos. Un análisis neutral sobre sus hojas de vida a nivel personal, profesional y público nos permitirá entender que no hay margen de equivocación. La palabra de moda en esta contienda es la “decencia” y esta es la principal guía para decidir de cara a las próximas elecciones. Candidatos con una reputación intacta, honorables, transparentes. Sin escándalos, investigaciones o señalamientos por agravios al erario, personas que durante su vida pública y profesional hayan destacado por sus buenas formas por el respeto a la institucionalidad y la ley. Verdaderos adalides del servicio público con vocación y devoción por él. Nosotros los ciudadanos estamos llamados a derivar nuestra representatividad en líderes que tengan la capacidad de proponer soluciones a corto y mediano plazo en temas como inversión, generación de empleo, urbanismo y medio ambiente. Defensores de la cultura pero a la vez conocedores de la constitución política, la estructura del estado y sus principales problemáticas. Tomémonos el tiempo necesario para evaluar sin apasionamientos a quienes ya tuvieron la oportunidad y aun fungen como representantes o quienes ya hicieron las veces de gobernantes locales y que a bien tuvieron lanzar sus nombres a consideración de las gentes. Sus proyectos, sus propuestas, sus hojas de vida, su gestión y su legado. Asimismo a quienes por primera vez postulan sus nombres para la contienda den a conocer sus propuestas, su derrotero cívico, social y reputación. Del próximo congreso depende la consolidación de los acuerdos de la habana, la reforma al sistema de pensiones, salud, laboral, educativo por demás no menos importantes las reformas mineras y medio ambientales de las cuales dependerá el abastecimiento hídrico y agrícola de nuestras urbes. Dimensionemos la importancia de nuestro futuro como departamento basándonos en las enseñanzas que nos entrega el retrovisor del pasado. Así como hay muchas personas con ganas de aportar a la construcción y desarrollo del departamento, el país y la sociedad en conjunto también tendremos empresarios electorales que solo buscan el mejor estar particular, familiar y propio.
Pensemos el voto.