Miles y miles de años han sido necesarios en la humanidad para lograr avances de los que actualmente gozamos, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que no es una creación de derechos sino un reconocimiento de existencia de los mismos y que tan solo se dio hasta el año 1948, como si las sociedades anteriores a estos años no las conformaran hombres y mujeres iguales a nosotros, con los mismos derechos que hoy tenemos reconocidos ustedes y yo.

De la misma forma, otros asuntos como este que hoy nos parecen tan obvios antes no lo eran, como por ejemplo, la necesidad de separación entre la iglesia y el Estado. Sin embargo hay cuestiones que permanecerán sin última palabra como lo es si hay relación o no, entre lo moral y lo jurídico, en lo cual hay un amplio debate entre quienes afirman que sí existe dicha relación y quienes lo niegan, pero como ya lo dije, nadie tiene la última palabra y nos adaptamos según la circunstancia que de momento nos convenga, porque es que no nos pueden meter que lo que sea malo para alguno sea entonces prohibido para todos y tampoco nos pueden hacer creer que todo lo que la ley permite es lo bueno o correcto, como acaba de suceder la semana que pasó en la que se reveló que la Gobernación del Quindío paga a un contratista los honorarios más altos en la historia del gobierno departamental, rápidamente el ente gubernamental explicó la transparencia de esa onerosísima contratación y dijo que era algo legal y sí, seguramente así es, no hay por qué dudarlo, pero entonces ahora muchos no controvierten que sea ilegal sino que no es justo, no ven bien esos pagos.

Yo solo tengo que decir que ello es jurídicamente viable, la ley lo ampara y hay que reconocerle a este gobierno que en medio de los altísimos índices de corrupción haga las cosas ajustadas a derecho. Y a propósito de índices, les compartiré uno que llamó mucho mi atención: la República de Islandia tiene erradicado casi en un 100% el ‘Síndrome de Down’. En el año 2009 tan solo se registraron tres nacimientos de personas con este síndrome. Esta cifra se ha alcanzado gracias a que desde el año 2000 su gobierno implementó una prueba que permite conocer si el feto tiene o no este trastorno genético y es obligación del médico informar a la madre sobre la existencia del trastorno y tomar la medida al respecto, medida que nada tiene que ver con cambiar la alteración genética que conlleva al síndrome, tampoco está dirigida a reducir los efectos de la misma, nada de eso, Islandia está encaminada a erradicar el ‘Síndrome de Down’ a través del aborto, una práctica permitida en dicho país, una práctica legal que ya está arrojando sus resultados, que sean buenos o malos ya lo juzgarán ustedes, que el método sea el apropiado también lo tendrán a su juicio, de todos modos lo que pensemos no importa porque la ley dice que es permitido.

Tantos años de evolución de la humanidad, tantas luchas por la vida, libertad y aceptación, para que por ejemplo, Islandia descubriera que para buenos índices en salud, serviría legalizar la muerte, ponerle otro nombre, despojarla de toda moral y hacerlo ley. ¡Qué grandes avances hemos logrado! ¿Por qué no se nos ocurrió antes?