El costo de la democracia

20 noviembre 2017 9:56 pm

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El fin de semana que pasó tuvo en su agenda política la realización de la consulta interna del Partido Liberal, para la elección de su candidato único a la Presidencia de Colombia para el periodo 2018 – 2022. Esta votación se destacó por su poca fuerza de convocatoria a las urnas y por el altísimo costo de la misma, el cual han publicado por valor de cuarenta mil millones de pesos, lo que nos ha hecho a todos poner el grito en el cielo. Es que en realidad, cuánto alimento y agua para La Guajira, por ejemplo, se habría podido comprar, o cuántos procedimientos de salud se podrían haber realizado con esa platica. Y es que en un país que no logra cubrir las necesidades básicas de sus habitantes porque los recursos destinados para ello se pierden en el curso de su propósito, resulta alarmante el costo de una consulta partidista, sin embargo, diré algo que tal vez no sea mucho agrado pero que resulta cierto: ese es el costo de la democracia. Dicho coloquialmente sería: el que quiere marrones, aguanta tirones.

Lastimosamente las prácticas non sanctas de quienes hacen política, no nos dejan vislumbrar la importancia de la participación ciudadana y el precio de esa participación. Los estados de corrupción que han sido revelados, nos hacen pensar que todo gasto que haga el gobierno para financiar el sistema político es plata perdida, mal invertida o robada, pues además de que se la gastan en la clase política que tan jodidos nos tiene, no nos refleja a nosotros los ciudadanos un beneficio directo, sin embargo, lo cierto es que el marco del sistema democrático, participativo y pluralista sobre el cual está constituida Colombia las consultas como la pasada se convierten en la garantía misma de nuestra estructura política, es por eso que es jurídicamente aceptable que el Estado las costeé.

Suiza por ejemplo, es un país que acude frecuentemente a las urnas. Sus ciudadanos, al igual que nosotros, votan cada cuatro años para elegir sus parlamentarios, pero ellos, a diferencia nuestra, no eligen presidente, aunque sí votan constantemente -hasta tres o cuatro veces en el año- sobre casi todos los aspectos del país, principalmente acerca de las modificaciones a la Constitución.

Dicen que los suizos viven sumamente orgullosos de ese sistema, de estar acudiendo muy a menudo a las urnas, y en parte, abonan sus increíbles índices de desarrollo a ello.

Sí, estamos muy lejos de compararnos con Suiza, allá hay cuatro idiomas oficiales, el salario mínimo es de 17,50 euros la hora, mientras que países como España y Francia tienen esa misma hora en 5,74€ y 9.56€ respectivamente,

Personalmente no condeno que debamos pagar consultas como la del Partido Liberal, eso es parte de nuestra dinámica participativa como ya lo dije, no obstante sí me produce descontento que el Estado sí sea muy efectivo en la preservación del sistema político y no garantice estos privilegios democráticos para votar las consultas populares sobre la minería.

Por ahora me consuela que si en este país existe la posibilidad no solo de elegir al mandatario sino al candidato, entonces de la misma manera podemos decidir sobre nuestros territorios y sus recursos, pues el costo de la democracia no es solo para sufragar sobre partidos políticos sino para que participemos en todos los aspectos de nuestro interés general.

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