¿Se repetirá la historia? ¡Qué horror¡

1 febrero 2018 6:29 am
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En el año 1946 el liberalismo se presentó dividido en las elecciones presidenciales con los candidatos Jorge Eliécer Gaitán, y Gabriel Turbay lo que produjo que este partido perdiera las elecciones y por consiguiente el triunfo del partido Conservador, siendo elegido Mariano Ospina Pérez, en cuyo gobierno fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán, generándose la oscura época llamada La Violencia. Asesinatos, crímenes horrendos, masacres, desplazamientos de campesinos, una feroz persecución oficial contra la población liberal y los nacientes partidos revolucionarios al igual que a las confesiones religiosas no católicas, como consecuencia del cambio de gobierno con toda su ideología. Si la división liberal no se hubiera producido, seguramente esa oscura época no habría pasado.

Se habla mucho de que hay que conocer la historia para no repetirla.

Como vamos, parece que ella puede repetirse. Los dos aspirantes del liberalismo, en 1946, como ocurre ahora, creían tener derecho a ser el candidato único, con superiores cualidades, tener mayor respaldo, etc., y ninguno retiró su candidatura.

Los diferentes grupos o partidos políticos que ahora están alineados por la paz, contra la corrupción, por algún cambio social, los agrupados por el Sí en el anterior plebiscito, para no encasillarlos a todos como de izquierda ya que a algunos no les gusta -o no lo son- tienen sus candidatos a la presidencia de la República. Algunos se muestran más radicales con sus candidaturas, no aceptan todas las adhesiones dando muestras de sectarismo, no tienen interés por una coalición, están aferrados como una obsesión a alcanzar el primer cargo de la nación. Otros menos.

Hay mucho desconcierto. No entendemos cómo los dirigentes no sean sensatos y sigan empecinados en ir a unas elecciones cada uno con sus anhelos y egoísmos. Con una falta de responsabilidad histórica.

Está bien que en esta campaña para elegir Congreso de la República los distintos matices tengan sus propios candidatos, acepten o no alianzas. Pero para las elecciones presidenciales sí debemos exigir la unidad de todos desde la primera vuelta con un solo candidato presidencial. Por tanto sugerimos que si continúa la división a nivel de candidaturas presidenciales, debemos lanzar la consigna y proclamarla: ¡Exigimos y apoyamos un solo candidato! Es necesario que esta propuesta se difunda a nivel nacional y que se materialice.

Si a pesar del clamor político no hay unidad y ellos, todos los candidatos llámense Fajardo, Petro, Clara López, De la Calle, Piedad Córdoba, etc., siguen empecinados en sus candidaturas y ocurre la derrota electoral, todos ellos y sus impulsores serán señalados como culpables de lo que ocurra en nuestro pueblo cuando las fuerzas de la guerra y sus incitadores se perpetúen y se envalentonen con el poder. Entonces, como en el guión cinematográfico de Gustavo Gaitán Thornee, El Chulavita Somnoliento, basado en la nefasta Época de la Violencia, este despierte para proseguir su trayectoria criminal en esta época con el apelativo tenebroso de paramilitar.

 

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