Los años pasan de manera rauda dejando en el espejo retrovisor de nuestras vidas sucesos, experiencias, hechos que a lo largo de nuestra historia marcaron el derrotero para hoy al tenor del tiempo saquemos un balance para sopesar y ver que de verdad ha valido la pena compartir esta bella existencia. Han pasado ya largos 48 años, 5 meses desde que nuestro colegio ROBLEDO nos declaró bachilleres para satisfacción y orgullo de nuestros padres que con gran beneplácito nos presentaban como el trofeo más preciado de la familia y preparaban con mucho encomio y dedicación la “fiesta de grado” con la invitación a los compañeros de y de pronto algún profesor que se desbordaba en elogios hacia el agasajado una vez estaba allí en la sala de nuestra casa.
Hoy todo aquello hace parte del pasado…solo las anécdotas de travesuras juveniles y el traer a la memoria los deberes propios de alguien que se prepara para viajar en la capsula del tiempo, son los elementos que hacen parte de nuestro maletín Robledista.
El destino ha querido que aquellos adolescentes de entonces nos reunamos hoy en día al calor de una taza de café para rememorar paso a paso esos momentos que paulatinamente los borra el tiempo. Las 10 de la mañana de los días jueves (cada 15 días) es la hora sagrada para reunirnos en el “CAFÉ DE CARLOS” en un ritual que ya se hizo costumbre en la “VILLA DEL CACIQUE”.
La disciplina de quienes ya en la edad madura mostramos, se hace elocuente porque salvo en contadas ocasiones, la asistencia ha sido aceptable. Allí también han hecho presencia altas figuras de noble estirpe Calarqueña que se asoman contagiados de nuestra alegría y solidaridad. Hermosos momentos que invitan a la añoranza; Damos vida a lo que creíamos ya sepultado en nuestras mentes; vivenciamos y hasta socializamos con respeto, los aconteceres de un pueblo que llevamos con orgullo en nuestra mente y nuestro corazón.
Valga la ocasión para agradecer al propietario del sitio por permitir que nos reunamos en un haz de sentimientos Robledistas.Es un verdadero santuario a la tertulia y la cultura. Pues no solo lo cotidiano y trascendental se ventila allí; también los apartes culturales y científicos hacen parte de estas charlas donde con actitud profesional se hace referencia a hechos que en nuestra dilatada vida manejamos con experiencia y demasiado dogmatismo. Abrimos espacios para celebrar cumpleaños o programar citas para asistir a foros, películas de corte social, o charlas que enriquecen nuestro existir. Es la “hora sabrosa”, es la catarsis donde se transforman los recuerdos logrando liberar sentimientos que ya creíamos borrados pero que volvemos a retomar con plena satisfacción de hombres maduros y transformados por el tiempo.
Nos aprestamos a celebrar los 50 años de ser bachilleres y desde ya nos preparamos con mucha vocación y disciplina para volvernos a conglomerar ya no en las aulas para responder por la tarea so pena de ganarse el cero o el uno sino para alborozadamente decirle si a la vida y agradecerle a una institución que nos forjo en valores y respeto por el otro.
Ya se hizo costumbre la consabida frase: ¿cuándo es la próxima tintiada? Y la respuesta es: nos vemos donde Carlos el jueves a las 10 de la mañana.
