Artesanos para la paz

2 enero 2019 11:23 pm

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Quienes asistimos el pasado 31 de diciembre 2018 a la misa de fin de año celebrada en la catedral Inmaculada Concepción de Armenia, la cual rompió en aplausos finales, ante el sermón ofrecido por el presbítero Carlos Arturo Quintero Gómez, discurso que nos dejó claro que el departamento del Quindío, pide a gritos el actuar de un ejército de Artesanos para la Paz, no precisamente porque, desde el Vaticano se haya ordenado proclamar el mensaje “La buena política está al servicio de la paz”, sino porque todos sabemos que la corrupción aún continua tocando las puertas de nuestra casa, el Quindío.

Realmente el discurso de Quintero Gómez, quien será ordenado y posesionado el próximo 2 de febrero como nuevo obispo de la comarca quindiana, no fue nada lejano a mostrar la realidad con la que ha sido administrada nuestra casa, sermón ajustado al mensaje del Vaticano y para quienes estamos altamente interesados en administrar los destinos de nuestra tierra quindiana, como en mi caso particular, debemos tener como prioridad la doctrina Artesano para la Paz, sin olvidar que “la buena política está al servicio de la Paz”, mensaje en el olvido por pasadas administraciones, desde la alcaldía de Armenia y la misma gobernación del Quindío.

Al escuchar a quien será el próximo obispo para la Diócesis de Armenia, encontré en su diáfano discurso varios elementos, argumentos, expresiones y precisiones literarias que en lo personal nos identifica en lo académico, no solo como colegas comunicadores sociales-periodistas, desde la academia, sino como ex alumnos de nuestro recordado colegio Inem José Celestino Mutis de Armenia, claustro educativo que compartimos en la década de los 80, donde se afincaron o cimentaron enseñanzas colmadas de principios, valores, conductas, modales y buenas prácticas que hoy se mantienen vigentes e incólumes representados en un verdadero Artesano para la Paz, encargado de difundir y promover como nuevo obispo al frente de la Diócesis de esta ciudad, sembrando entre los ciudadanos esperanza y gozo para el año 2019.

Quien será el próximo obispo, se mostró muy enfático en precisar: “Esta noche podríamos decir que el 2018 fue un año de luces y de sombras, pero yo les aseguro que son más las luces que las sombras”…“¿sabe cuál es el problema hermanos?…Que nosotros vemos más el lunar canceroso, que nosotros vemos más las cosas negativas de las personas y las cosas positivas no las decimos, las guardamos…¿Si alguien se equivoca que hacemos?…Las difundimos y divulgamos sus errores y sus defectos, pero si esa persona quien se ha equivocado hace algo bueno…¿cómo nos quedamos?…callados y nos hace falta hermanos, ser artesanos de la paz que difundan y promuevan también las cosas nuevas”. Mensajes que quedaron claros por quienes estuvimos allí, mensajes que le llegarían de manera puntual a muchos actores de la sociedad quindiana y por más que el suscrito tratara de observar entre los feligreses, no logré identificar a quienes han ostentado y pontificado, desde el poder administrativo, ni mucho menos logré observar participando de la homilía a colegas comunicadores sociales-periodistas del Quindío, guardando la esperanza en que estuvieran escuchando este discurso de fin de año, hubieran recibido muy bien el mensaje, porque si algo es cierto existen algunos periodistas en el Quindío que usurpan las funciones de los “jueces”, cuando realmente no lo son, listos siempre para acusar sin pruebas y sin argumentos, siempre listos para mirar por espejo retrovisor con discursos vaciados de contenido, quienes cierran sus micrófonos para resaltar las acciones buenas de la actual y pasadas administraciones del Quindío, periodistas y actores de la sociedad que desconocen la doctrina de Artesanos para la Paz alejados de los principios de objetividad e imparcialidad y hasta de la misma verdad.

Si bien es cierto el 2018 no fue favorable para el Quindío en contextos religioso, personal, político, cultural, deportivo económico, administrativo, social, familiar entre otros aspectos sociales, no necesitamos hacer un balance de pérdidas y ganancias, para llegar a la conclusión que las cuentas no cuadran y el saldo está en rojo en términos contables, estamos bajo pérdidas, pero queda entre nosotros los quindianos entre las actuales y futuras administraciones gubernamentales, poner en práctica La buena política está al servicio de la paz, aquella que no conoce de discriminación, de abuso, de injusticia, de opresión, de marginación de destrucción e incluso de corrupción.

En palabras de mi compañero de colegio, el futuro obispo Carlos Arturo Quintero Gómez, estos antivalores que no hacen parte de La buena política está al servicio de la paz, deja claro que “Fuimos noticia en el contexto regional, nacional y mundial por actos de corrupción, ocupamos por muchos meses el primer lugar en desempleo, violencia intra – familiar y altos índices de suicidios. Se ha incrementado el número de habitantes en situación de calle, el microtráfico y el turismo sexual. Â ¡Cómo nos duele ver municipios como Salento y Filandia, en donde muchos de sus habitantes, hoy están al servicio de extranjeros, con sueldos de hambre y cumpliendo horarios que sobrepasan las exigencias de la ley, sin el más mínimo control de las entidades de vigilancia”!

Se suma a mi lista, lo expresado por quien será el mayor jerarca de la iglesia en el Quindío, el NO compromiso del comandante de Policía del Quindío, en temas ambientales, como así lo di a conocer en mi pasada columna de opinión, resaltando además la participación activa y participativa del Ejercito Nacional de Colombía,https://www.elquindiano.com/noticia/10989/el-verde-oliva-no-es-tan-verde, al igual que la crisis educativa, el desamparo de nuestros ancianos, el relativismo moral, el desencanto de la vida en muchos corazones, y la pérdida de valores religiosos y espirituales, además de la desesperanza y el avance de las nuevas tecnologías que nos ha sumergido en una inteligencia artificial que nos desborda, todo lo anterior como parte de aquellas “sombras”, pero recordemos que son mas las “luces” que se encendieron en el 2018.

Entre estas “luces” que nos dejó el 2018 que hablan muy bien de nuestra sociedad quindiana están: la solidaridad, la riqueza de nuestra tierra con una niñez y juventud creativa y con iniciativa, planes sociales impulsados por personas jurídicas y naturales e instituciones contribuyendo a la edificación de la paz, la defensa de la vida, promoción a la cultura ciudadana, el trabajo de ONG y fundaciones sociales que velan por recursos para defender la dignidad humana, familias consolidadas en el amor, el compromiso de empresarios ante sus empleados, el compromiso de algunos medios de comunicación, la gente pujante, emprendedora, soñadora y querendona, con deseos de salir de la crisis viendo en ella una oportunidad y como no hacer un especial reconocimiento a la excelente doctrina de la “Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Universal IDMJI.org”, buscando entre los quindianos el hondo deseo de volver a Dios, vista esta doctrina como una de las grandes “luces” que deja el 2018 como libertad religiosa, de cultos y conciencia en términos de equidad.

Finalmente, queda claro para quienes vamos a tomar en serio la política y dirigir los destinos de nuestra tierra quindiana, al lado de la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad, acatando las “bienaventuranzas del político”, propuestas por el cardenal vietnamita François-Xavier Nguyễn Vãn Thuận, q.e.p.d y las mismas ponencias del partido Mira titulada “Política y Religión”, difundiendo y promoviendo la defensa de la dignidad humana, desde la perspectiva de adoptar en nosotros el modo Artesanos para la Paz.

 

 

 

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