El gen cívico

25 septiembre 2018 12:34 am

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Al final del día los armenios nos quedamos con la sensación de haber soportado un desgaste innecesario, frente al tema del nombramiento de un alcalde en propiedad. Parece que ninguna escogencia dejaba satisfechos a los ciudadanos que veíamos en cualquier terna del partido Liberal, una extensión inequívoca de la mala entraña de dos administraciones consecutivas.

Pero también como ciudadanos, hay que saber cuándo darle vuelta a la página y continuar por el bien del Quindío y su capital. Es claro que nos enfrentaremos a una voracidad contractual por cuenta de este año apretado que le quedó al alcalde Oscar Castellanos y la ley de garantías, que durante el 2019 regirá por ser un año electoral, eso hará aún más desprolija la agenda de los procesos de selección y adjudicación.

Esta crisis por fortuna, aunque suene paradójico, logró que brotaran de forma espontánea grupos ciudadanos preocupados por el futuro del departamento, abogando por un relevo de liderazgo y de esquemas de poder, como intuía con claridad Bertrand Russell: “…el mundo necesita mentes y corazones abiertos, y estos no pueden derivarse de rígidos sistemas ya sean viejos o nuevos”, en otras palabras la reingeniería que necesita nuestra región no está en los veinte pisos de la gobernación ni en los corredores abiertos de la alcaldía, sino en las calles, en las gerencias de las empresas, en la importante labor de los comunicadores, en los docentes y los alumnos para transmitir la necesidad de sacudir nuestro sistema rígido y darle espacio a competencias creativas; esa reingeniería debe estar presente también en las agremiaciones y por su puesto en nuestras casas.

Hay que combatir este clima de desesperanza que nos ha dejado tantos años de oprobios al patrimonio público, pero sobre todo a nuestra muy escasa preparación como departamento para brillar con luz propia y donde nos acostumbramos a vivir el día a día sin proyectos de vida diferentes al dinero como fin y no como un medio.

Quien les escribe hace parte de una iniciativa ciudadana que se llama Quindignados, pero no se confundan no es una invitación a esta iniciativa sino a cualquier otra que tenga propósitos nobles para el departamento. Más bien la invitación es para poner manos a la obra y para que desde cualquier actividad organizada busquemos mejorar un tema que nos afecte directamente.

No sé si las personas de mi generación, recuerdan como nos tomábamos (en el más inocente sentido porque éramos niños), cualquier lote del barrio con palines y picas para construir nuestra pista de ciclocross o cancha de futbol, nunca tuvimos que pedirlo a la autoridad, nunca fue un alcalde a cortar la cinta de inauguración y duraba hasta que el dueño del lote decidía construir. La iniciativa ciudadana es una herramienta poderosa, efectiva e inmediata para transformar ciudades cuando decidimos usarla.

No desechemos estas iniciativas sin antes dedicarles un minuto, sin duda, alguna de ellas nos hará entrar en empatía y activará ese gen cívico que llevamos la mayoría de los seres humanos. El departamento necesita esa decidida acción por parte de sus habitantes, abanderar temas, adoptar parques, proponer proyectos, denunciar corrupción, potenciar el campo, ver al Quindío como parte de un país y no como una tierra aislada, y recuperar la esperanza que es de cada uno, porque no le pertenece a ningún funcionario ni a ningún candidato.

 

 

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