Nuestro Quindío, en términos de paisaje, es literalmente el paraíso donde muchos quisieran vivir, de hecho ya está sucediendo, miles de foráneos ya se han venido a invertir sus ahorros, sus pensiones, o, la platica de más, en alguno de los muchos proyectos inmobiliarios que se han construido acá desde hace varios años, el boom de la construcción. Bueno, pero eso es harina de otro costal, prosigo, me gusta mucho sentir el aire de las mañanas quindianas, se respira húmedo, y se siente una delicia cuando llena los pulmones seguido de una taza de café, ese fresquito que lo pone a uno tranquilo porque sabe que respira hogar.
Y ni qué hablar de los atardeceres combinados con esas montañas que nos tocaron, hermosas obras de arte que el creador nos regala con marca Quindío propia, porque podrán haber muchos parecidos, pero ninguno igual. La amabilidad de nuestra gente es otra de las cosas que enamoran, aún a propios observadores y a extraños, uno todavía se sube al bus dando los buenos días al conductor, y responde, no solo él, sino también un par de pasajeros más, algo muy escaso hoy en otras regiones del país, o, también, si a uno le da por conversar, casi siempre el del lado estará presto. Son algunas de las buenas cosas para resaltar de mi Quindío, todo esto suena muy bonito, y puede llegar a enamorar, de hecho yo lo estoy de esta tierra y mucho, y sé que muchos de los que me leen en este momento también.
Sin embargo, tenemos que mejorar demasiado como departamento, las cosas no pueden seguir así. Para muestra, las deshonrosas actuaciones de quienes hemos elegido para administrar lo público están a la orden del día, y las “asustadurías”, como algunos les dicen, ya están tomando cartas en el asunto. Por ejemplo, el caso de los diputados y el tema de las ordenanzas, el caso de la exgobernadora salpicada por el exfiscal Moreno y los problemas de contratación, el concejal de Armenia y el exdiputado involucrados con el chance ilegal, o, los contratos onerosos de los asesores del gobernador actual que ya están siendo investigados por la procuraduría, y adicione las imputaciones que vendrán cuando se prendan ventiladores. De cualquier forma, las consecuencias para el quindiano del común son desastrosas, somos las verdaderas víctimas, vivimos las consecuencias todos los días, porque los malos manejos de quienes hemos encomendado nuestro bienestar, nos condenan al atraso, y a muchos a la pobreza. Los recursos económicos para apalancar nuestro desarrollo como municipio y departamento, no llegan a cumplir el propósito para el que fueron asignados. Ustedes se imaginan ¿qué pasaría donde todos los servidores públicos que elegimos, llegaran a administrar lo público como debe ser y no a administrar intereses particulares?, ahí sí que Armenia y el Quindío serían un paraíso completo, es lo que nos merecemos.
Recuerden que seguimos ocupando los primeros lugares de desempleo en el país, y que muchos quindianos siguen emigrando a otras latitudes, cuento viejo, o parte del paisaje, pero graves. Mejor dicho, el Quindío tiene que cambiar de manos, que nuestros designios pasen al control de ciudadanos capacitados de verdad y con experiencia en lo público, desligados totalmente de maquinarias y caciques, con conciencia de territorio y verdadera sensibilidad social, que quiera apoyar soluciones de fondo, no solo actuaciones populistas paliativas que se ven bonitas en foto y que dan votos, pero no más. No queremos más paquetes chilenos como los que nos han metido, a excepción del alcalde Álvarez que creo va por buen camino, no queremos que nuestros gobernantes sigan contando como de ellos lo que nos pertenece a todos, no son mentiras, mire la realidad de Armenia y el Quindío. Ahora, si está de acuerdo conmigo, pero no vota, entonces después no se queje.
Por favor, de ahora en adelante, pásele este mensaje a toda su gente, pero sobre todo a los que no votan, invítelos a que lo hagan, pero que lo hagan bien, es decir, por ciudadanos honestos que no representen en lo más mínimo a lo de siempre, dígales que la transformación para el Quindío está en manos de ellos, de los que no votan, los necesitamos. Todas las decisiones que afectan nuestra sociedad se toman desde la política. ¡Despierten!