Armenia no puede más con la incultura ciudadana, y entre la lista de los más destacados exponentes de este mal, están los conductores de carros y de motos, incluyendo particulares, buses, microbuses y piratas de servicio público, moto-ratones, transportes y acarreos varios, entre otros. Muchos actúan con amplio desconocimiento de las más básicas normas de tránsito, por ejemplo, andar por la derecha cuando se va a ir despacio en caso de motos y carros, o, ir despacio por zonas de cebras para tener tiempo y espacio de frenar cuando un peatón pise una de ellas, pero no, ocurre lo opuesto a lo debido.
Las bicicletas no las incluyo porque son muy pocos los que usan este medio de transporte para hacer sus desplazamientos diarios, ya que no se incentiva su uso como se esperaría, a pesar de contar con un trayecto interesante de ciclo rutas que hizo posible salvaguardar la vida de los ciclistas y facilitar su uso que es amigable con el medio ambiente. Estamos en tiempos donde debería ser prioridad la conservación de nuestro aire limpio y así evitar los altos costos sociales por enfermedades derivadas de la polución.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de una cuarta parte de la muerte de niños se da por la contaminación, incluyendo la del aire. En el Quindío son más de 70,000 vehículos que exponen a nuestra infancia a enfermedades como la neumonía y problemas respiratorios en general. Empecemos por respetar un poquito a las futuras generaciones y tomemos como ciudad, posiciones radicales encaminadas al bien de nuestra casa, nuestro ecosistema y la vida.
Ninguno en esta ciudad se salva de la locura en que se ha convertido la movilidad por cuenta de la enorme cantidad de vehículos que invaden nuestra ciudad y sobre todo por la mala educación que hace de nuestras vías un templo de atarbanes.
Qué tan difícil puede ser para quienes administran lo público demostrar el real amor y vocación por Armenia y empeñarse en educarla en respeto vial, respeto por el otro y respeto al medio ambiente, pero aquí esa no es la prioridad. Bueno y si no quieren aprender a manejar bien y piensan seguir parqueando en zonas no autorizadas, como si el espacio público les perteneciera, mejor no maneje carro y respete a los demás.
Armenia es una ciudad pequeña, donde los desplazamientos de extremo a extremo, son relativamente cortos. Atentemos a la conciencia de planeta, la gente es feliz inundando las calles con el humo de sus carros y motos, mientras engordan por baja actividad física. Creo que la concepción “veredal” de ciudad sin educación vial, y sin educación ambiental, debe modificarse primero que todo, en las mentes de quienes manejan nuestra ciudad
Muchos dirán que soy muy soñador, que a esta gente no la educa nadie, pero, qué pasará si hacemos el intento con diligencia y contamos con el apoyo real y constante por parte de la institucionalidad, todos los cambios y transformaciones nacen de ideas intangibles, es entre todos que tenemos que alimentar las supuestas utopías de la educación en respeto para los armenios, hasta lograr concretarlas, y verlas impresas en la ciudad y el departamento que queremos. Ansiosos estamos del aguinaldo de respeto para nuestra amada ciudad
Twitter @MoralexPablo