Por: Jorge Eduardo Urrea Giraldo
La crisis por la que atraviesa la cultura en este difícil año no da tregua, sin embargo, por lo visto el Alcalde de Armenia, José Manuel Ríos Morales, no parece entenderlo.
Un mes lleva vacante el cargo de la Dirección de Corpocultura a pesar de que en los primeros días de interinidad en la corporación, se reunió con 3 artistas para manifestarles su interés en el sector —algunos de los ‘representados’ no se vieron reflejados en la comitiva.— Mas allá de eso, no se han visto acciones concretas por parte del alcalde, ni suena ni truena nombre alguno para asumir las riendas de la cultura y el turismo local. Ojalá que no esté pensando en acomodar un político de las toldas fucsia, como ha sido la tendencia en los últimos días en la administración municipal, que augura la reconformación de las huestes devotas, con sus cuadros y mañas, para las próximas elecciones de Congreso.
Pasadas las fiestas de Armenia, evento que suele ser termómetro para los directores de Corpocultura, la entidad ha de enfocarse en los preparativos para recibir los visitantes de la temporada alta del turismo.
La proyección es que, por cuenta de la covid-19, el departamento del Quindío y por supuesto su capital, serán uno de los destinos más demandados por los turistas nacionales en este fin de año. Esto por el denominado turismo de cercanías que invita a salir de la monotonía sin atravesar largas distancias ni gastar tanto dinero. Condiciones que parecen ideales cuando se juntan: el aburrimiento de un año de encierro, la situación económica, el mejoramiento del acceso —Túnel de la Línea— y las maravillosas virtudes paisajísticas y culturales —en particular en lo que a la gastronomía y el café se refiere— de esta zona del país. Podemos sumar la ventaja de los alojamientos rurales que dan confort y bioseguridad por ser, en un alto porcentaje, espacios para un solo grupo familiar. Es por esto que se hace necesario contar con una persona que tenga la capacidad de asumir las riendas de la corporación sin que llegue a aprender, ni de cultura ni de turismo. Un reto complejo porque ambos sectores demandan atención particular y especializada, pero mientras se deshace ese matrimonio poco conveniente —proceso que requiere de voluntad política, gestión y presupuesto—, el profesional que llegue debe saber de ambas disciplinas.
Está claro que la Corporación de Cultura y Turismo no es solamente un director, pues en ésta hay todo un equipo, pero también es cierto que desde la interinidad las decisiones son modestas, ajustadas a lo ‘estrictamente necesario’ ya que, es difícil tomar medidas de fondo y por lo tanto riesgos, en un cargo temporal y más con los antecedentes que se tienen.
Alcalde, ¿para cuando el director de Corpocultura?
Zapping: Mientras tanto, por el lado de la Secretaría Departamental de Cultura parece haber revuelo. Confirmada la salida de Jorge Iván Espinosa como cabeza de esta dependencia se ha creado una campaña para buscar respaldo político y del sector cultural y así reversar la decisión. Lo curioso es que el argumento más bien suena a chantaje del más mal gusto politiquero, en el que le recuerdan las reuniones organizadas por el exsecretario con algunos artistas y gestores “…hemos podido entender que, bajo las circunstancias que el país vive en virtud de la emergencia sanitaria muchos procesos e iniciativas propuestas en las diferentes reuniones sostenidas con el sector cultural del departamento, en su proceso hacia la Gobernación del Quindío -reuniones que finalmente nos acercaron a su candidatura como la mejor opción para liderarnos, no solo en los temas culturales, si no, en todos los aspectos inherentes al futuro de este corazón verde de Colombia -se han visto afectadas dando la errónea impresión de estar estancada”
Desafortunado recorderis que retomaré en otro espacio de opinión.
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