De lo que hablan cuando mencionan liberalismo 

25 julio 2018 1:05 am

Compartir:

¿Alguna vez se ha preguntado cómo incide el gobierno sobre su vida?, creo que es una pregunta que no muchas personas se hacen, este tipo de cuestionamientos llegan solo hasta el porqué de los impuestos, ya que en el imaginario social, es la intervención más directa del Estado sobre la vida de los individuos.  

A lo largo de la historia ha corrido mucha tinta analizando el asunto del ejercicio del poder, tradicionalmente se ha descifrado al Estado como el cúmulo de autoridad que lleva el timón de las dinámicas que ocurren dentro de un país y fuera de él. Así, el Estado es el lugar donde se concentra la injerencia del dominio de los mandatarios sobre el resto de los sujetos.  

Sin embargo, este orden, yacente de los fenómenos políticos y estatales anteriores del siglo XVIII, es invertido -en occidente- a partir de la segunda mitad de ese siglo, y materializado plenamente en la actualidad. Según esto, la producción de poder del gobierno ya no parte del Estado mismo, ahora es la sociedad la que crea las condiciones para su propio direccionamiento y el gobierno acata estas dinámicas para intervenir.  

Esa inversión del orden en el ejercicio del poder genera la tecnología de gobierno que impera en el mundo occidental: el liberalismo. Esto es lo que el filósofo francés, Michel Foucault, llama gubernamentalidad; transformaciones en la forma de dirigir de los gobiernos que obedecen a fenómenos sociales. La puesta en escena del liberalismo reconfigura las dinámicas políticas y económicas. Se habla el lenguaje de la economía política.  

En el escenario del liberalismo, es el individuo el que ocupa el papel principal y sus deseos e intereses son los móviles para su incorporación con el Estado. Partiendo de un direccionamiento de la conducta particular, que se generaliza, se forma un gobierno sobre el deseo, el cual produce riquezas erga omnes y redunda en beneficios gubernamentales para el Estado.  

Antes del siglo XVIII el gobernante buscaba reprimir los deseos, obraba sobre el sujeto para dominarlo. Pero los fisiócratas descubrieron que la libertad genera mayores beneficios a los Estados y ahora se gobierna sutilmente, con un margen mayor de libertad, direccionando el ambiente, no dominando al sujeto, gestionando la libre circulación de los deseos, los ciudadanos son “maquinas deseantes”.  

“Gobernar es hacer creer” -el consejo de Bacon a Richelieu-, es intervenir sobre la conciencia de la gente, asegurarles que son libres para decidir e ir tras sus deseos e intereses, así se producen verdades y se modifican opiniones para legitimar mandatos.  

De esta manera, el Estado se cuida de que los gobernantes gobiernen en exceso o muy poco, se gobierna sobre el deseo, las opiniones y los intereses de los individuos pero dejando margen a su iniciativa individual, en apariencia los límites son impuestos al Estado, pero a la vez nos convierte en sujetos políticos y económicos.  

Haga el ejercicio de analizar el actuar de quienes le rodean, y el suyo propio, para concluir con certeza que sus actuaciones inciden en la manera en que lo gobiernan más de lo que usted cree.   

El Quindiano le recomienda