Quiero comentarles esta semana cómo por medio del ejercicio físico y hábitos saludables, disminuimos la predisposición de vernos envueltos en enfermedades complejas que hoy en día deberían tener poca presencia en la sociedad.
Recientemente en algunos diarios del país se dieron a conocer las dos primeras causas de muerte natural con más presencia en Latinoamérica; El cáncer y el infarto. Dos grandes males que dejan muchas víctimas.
Cuando vamos al fondo de lo que está sucediendo encontramos que a la política pública le gusta más hacer tratamientos y cirugías que educar y llevar a los ciudadanos hacia la prevención. ¿Por qué? Pues fácil. El símbolo pesos está en la mente de esas organizaciones que se alían a los gobiernos. Por lo anterior quiero recomendar desde un punto de vista sencillo cómo a través de buenos hábitos deportivos y alimenticios se logra ahorrar no solo el dinero, sino el tiempo en una situación especial y difícil. Todo para que la calidad de vida de nosotros mejore con relación a la salud.
Empecemos por el cáncer. Él es básicamente la mutación de unas células. Su proliferación descontrolada en sus funciones hace que otras células hagan lo mismo. Esto termina en la formación de un tumor. Algo así como la manifestación de una población rebelde. Y sucede en gran parte por los hábitos que predisponen a la persona a padecerlo. Dicen que todos tenemos cáncer y la realidad es que sí. A todos se nos mueren las células pero podemos evitar que al morir muten por medio con acciones cotidianas que disminuyen la predisposición.
Un ejemplo es la persona que tiene antecedentes de padres que padecieron cáncer de colon y le encantan las comidas rápidas, los enlatados y las carnes rojas. La práctica frecuente de esta dieta permite que se generen unos factores de riesgo que lo convierten en predisposición activa. Es muy factible que con el tiempo, al realizarse exámenes se encuentra pólipos que son como verrugas intestinales. Esto lleva a la mutación de esas células y convertirlas en tumores.
En el caso contrario si la persona tiene buenos hábitos alimenticios a base de antioxidantes y nutrientes, la predisposición al cáncer disminuye, logrando así alejarse del riesgo de padecerlo.
Usted se preguntará entonces, ¿el cáncer le da a todos independiente de la genética? ¿Puedo yo predisponer a que ocurra más rápidamente? La ciencia con estudios de alta productividad académica nos dice si, aunque las políticas públicas en su búsqueda de ahorro y no inversión nos diga no.
En el caso de antecedentes cardiacos es igual. Tenemos a una persona que practica ejercicio físico con frecuencia, pero en la alimentación tiene una dieta con muchas calorías y alto consumo de ácidos grasos saturados. Con el paso del tiempo se observa que inician los factores de alto riesgo como el colesterol y la arterioesclerosis. Es decir grasa en la sangre que genera una obstrucción de las arterias que lo hace direccionar de inmediato a la predisposición de accidentes cardiacos.
Entonces ¿Qué pasó si la persona hace tanto deporte? Es necesario involucrar todo lo que rodea el ambiente pues los hábitos deben ir de la mano con la alimentación, ejercicio físico, y todo el contexto social que equilibre el estrés, la ansiedad y la depresión.
El llamado es a mejorar las acciones cotidianas en muchos puntos de vista, tanto físicos y psicológicos. Cuando inicie una dieta con complemento de ejercicio físico, no piense en que algún día acabará, sino que intente plasmar ese hábito saludable como el referente para toda la vida.