Rogelio Guevara Villamil
Cada año al comenzar el mes de abril, se empieza a escuchar una expresión: “ estamos en el mes del idioma” y es sólo una forma de dar lora (como se dice popularmente) porque cada día nuestro pobre -debería decir riquísimo- idioma está más arrinconado frente a extranjerismos para el caso de nosotros el Inglés. Quien aspire a ocupar un puesto o desempeñar un cargo así sea sencillo “debe tener buen manejo del Inglés” reza la convocatoria; eso está muy bien, estoy totalmente de acuerdo; saber una segunda lengua le abre puertas y le brinda oportunidades de progreso, pero lo que no se puede admitir es que se sacrifique la lengua materna, se descuide a tal punto que parece causar vergüenza su uso.
El Español, así como el Italiano, el Francés y el Portugués, entre otros, forma parte de las lenguas romances derivadas del Latín vulgar y según los entendidos es el más evolucionado; tiene en la actualidad más de cuatrocientos millones de usuarios, es una lengua viva, dinámica, en constante evolución y justo por eso muy fácil de permear, sorprende que a las facultades de comunicación lo que menos les preocupe sea el idioma español, enfatizan en la tecnología que lo tiene todo (traductor, corrector, etc), es decir, la inteligencia artificial, pero de lingüística pocón, pocón.
Indudablemente los principales responsables de ese menosprecio por lo nuestro son los medios de comunicación; quienes fungen como locutores o presentadores principalmente en televisión prefieren los extranjerismos y cuando acuden al español lo hacen de cualquier manera, la mayoría de las veces con un desconocimiento asombroso. A los cronistas deportivos les gusta más decir U.S open que abierto de los Estados Unidos, champios league que liga de campeones y tienen el descaro de hablar de play off en el campeonato de fútbol colombiano. Y cuando de Español se trata a veces dan ganas de llorar; en el último campeonato mundial que participó Farid Mondragón el técnico le dio los últimos minutos de un partido en el arco y el locutor dijo que estaba imponiendo un récord como el jugador más longevo en participar en un mundial e inmediatamente de desencadena el efecto dominó. Supone uno que cogen un diccionario de sinónimos y el primero que encuentran lo acomodan donde no deben. ¡cómo va a ser longeva una persona de 41 años!
Y si se da una pasadita por el comercio vamos a encontrar una serie de anuncios para atraer al cliente: “sale”, “oulet”, cuando podría decirse ganga, promoción, rebaja, descuento. Ahora resulta que a las manzanas les salieron pies. Otra ridiculez en el menú “pie de manzana” que es lo mismo que torta, pudín o pastel. De todas maneras no se sabe que le hace más daño a nuestra maltratada lengua, si los anglicismos o la ordinariez y el desconocimiento. Los mensajes institucionales de algunos canales de televisión con el uso de los conectores (preposiciones y conjunciones) “este programa no contiene escenas de sexo o violencia”, la o es una conjunción disyuntiva que excluye el cumplimiento de la otra; debe utilizarse ni ( copulativa) que le suma el significado a la anterior. Ejemplos así se ven y se oyen todos los días.
Es muy frecuente ver y escuchar la palabra siniestro. “chocaron dos motocicletas, por fortuna no hubo heridos en ese siniestro”; copian el lenguaje de las aseguradoras desconociendo por completo el significado de la palabra. Sustantivos que de la noche a la mañana se vuelven verbos; se ha dicho que tenemos una lengua dinámica, que evoluciona, no debemos cerrarnos al cambio, con estudio, con investigación. Para finalizar, ofertar no existe como verbo; tenemos el sustantivo oferta que significa venta con algún descuento, de tal manera que quienes prefieren ofertar y no ofrecer, están en nada.
ROGELIO GUEVARA VILLAMIL. Armenia abril 22 de 2023.