CANTINFLANDO: NOS VA A LLEVAR EL PUTAS

12 junio 2020 11:14 pm

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Por Fernando Rojas Arias

“Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”, decía Martin Luther King.

Cada vez que ocurren hechos oscuros en cuanto a nuestros gobernantes recordamos de nuevo la frase de Winston Churchill: “Cada pueblo o nación tiene los gobernantes que merece”, pero nos resistimos a creer en esto como una constante y nos atrevemos a pensar que no son los que nos merecemos, sino los que nos imponen, y a los que les cae el proverbio: “no se le puede pedir peras al olmo”.

No podemos esperar que se avecinen una elecciones para llevar ideas a los electores, cuando los otros ya tienen montada una maquinaria desde el gobierno y desde la estrategia corrupta de la compra y venta de votos aprovechando la necesidad de la gente y creando sentimientos de agradecimiento por un derecho que mendigan.

Los derechos no se mendigan se exigen.

Desde ya se tiene que empezar a crear un movimiento en donde la bandera sea una, para una mejor ciudad, en donde el liderazgo no sea el producto del oportunismo sino que se cree y que se elija, en donde el ciudadano exponga su sentimiento y sus ideas, en donde no se desfallezca al primer intento, en donde no sea la izquierda o la derecha la que gobierne o los colores rojo o azul o verde o amarillo que nos divide, sino el civismo que nos invada como un virus que se vuelve pandemia, en donde el programa de gobierno sea el programa de todos, sin mentiras, sin metas que no se puedan cumplir, que sea real, objetivo, que se pueda mostrar, que las proyecciones en el tiempo se puedan realizar, en donde los cronogramas si tienen principio tengan fin, a través de la planeación correcta, que se irrigue todos los sectores de la economía, en donde prime la salud y la educación como motores de desarrollo, donde el principal objetivo sea el bien común.

No se puede solo seguir asintiendo con un movimiento de cabeza o con un me gusta o muy buena esa o simplemente bien, cuando se trasmiten por los medios de comunicación o las redes sociales como whatsapp o Facebook las propuestas o ideas encaminadas a solucionar los problemas que tiene la ciudad, cuando se nos manifiestan los vicios de que adolece y corroe nuestra sistema electoral o cuando se nos trazan modelos o rutas que nos permitan salir de este estado de sometimiento que nos estanca y nos humilla.

Llegó el momento de recoger las ideas que se propagan por los medios, de escuchar al joven Juan David Aristizábal, al profesor William García, al abogado Álvaro Mejía, al ingeniero Fernando Jaramillo Arias, Javier Ramírez Mejía, Mario Alberto Sánchez Gutiérrez, Miguel Ángel Rojas Arias a los integrantes de los diferentes sectores económicos: construcción, turismo, comercio, artesanos, agricultores, pequeña industria y en fin de todos aquellos que pertenecen al orden productivo. Los profesores, los estudiantes.

No basta con que la protesta callejera sea una manifestación de rechazo hacia ciertos actos o conductas de la administración central, hay que trasladarla a la construcción de ideas que den soluciones a los problemas que nos aquejan y que generalmente se encuentran en el municipio, ente encargado de aplicar las políticas de servicios públicos, de salud, de educación, de movilidad, del medio ambiente, de la infraestructura y en fin de todo aquello que concierne con el bienestar del ciudadano y de su entorno.

No sigamos actuando como islas, debemos debatir los puntos de vista y crear uno solo para todos, un nuevo norte que invite a participar al ciudadano que es quien a la postre decide, que seamos pedagógicos, didácticos en la construcción de una verdadera democracia, que se retomen los parámetros de honestidad y honorabilidad, con el propósito de fustigar y corregir los errores.

Bienvenidas las ideas de los hombres que tienen una formación política, que la expongan. Bienvenidas las ideas de los emprendedores, de la juventud y de la experiencia, en fin, de todo el que pueda aportar a un verdadero cambio desde lo social y lo político, pero despojados de pretensiones personales, de intereses mezquinos, de ambiciones materiales, en donde el objetivo sea claro: el bienestar de todos los ciudadanos.

Hay que crear un gran movimiento cívico, con principios basados en la verdadera política promulgada por el gran filósofo Platón como el camino para los pueblos alcanzar la felicidad. Crear un movimiento que nos saque del ostracismo en que estamos, que sea capaz de acabar con la indiferencia y la estupidez de muchos, la ignorancia de otros y la inocencia de los necesitados, de lo contrario esto se lo llevó el putas.

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