Es sumamente preocupante ver y escuchar los noticieros cómo la corrupción en los distintos órganos que conforman la estructura del Estado sin ninguna preocupación, pena ni ética, siguen robándose el dinero de nuestros impuestos. Desde la presidencia de la República, pasando por las mal llamadas Altas Cortes con magistrados altamente corrompidos, hasta los órganos legislativos que para colmo de males seguro los van a reelegir para que sigan saqueando el erario público.
Continuando con la columna del miércoles anterior, seguimos sumando los desastres económicos a que nos tiene sumido este grupo de raponeros políticos sin que los organismos de control y la Fiscalía hagan algo por frenar drásticamente, ojalá como en la China, con pena de muerte a todos estos bandidos que con todo lo que se roban, les sobra para hacerse reelegir indefinidamente sobre todo en el Congreso.
En este orden de ideas, el caso del departamento de Córdoba, es un capítulo más, de como un puñado de senadores y representantes se roban todos los dineros que el gobierno central les gira para salud, educación, transporte, obras de infraestructura etc. A raíz de esto, la salud es un verdadero desastre, la educación toca fondo, no conocen la ética y la moral para nada, las vías no son terciarias sino cuaternarias. Si no los reeligen, Córdoba sería un departamento modelo en Colombia. Cada día está apareciendo un nuevo cartel de corrupción y no pasa nada. El gobierno se queda callado porque también está impregnado de este flagelo. La Fiscalía dice en su afán de publicidad, que se está investigando, pero es puro bla bla bla. La prueba es muy sencilla en el caso del tal Ñono Elías, senador que se robó cualquier cifra de dinero y lo van a condenar a 6 años de prisión, nada raro en la casa, y a devolver el 5% de lo que se robó. Además dizque con otros beneficios que le dan a conceder, saldría libre en solo 3 años. #”Ser pillo, paga” Nada más cierto. Y el señor que por física hambre se roba un racimo de plátanos, la condena es de más de 4 años. Esa es la justicia en nuestro país.
En el caso de las fuerzas militares, hace muchísimo rato que ya se había hablado de una alta corrupción en esa dependencia y esa situación es la que ha incrementado enormemente el presupuesto del ministerio de la Defensa Nacional. Todas esas multimillonarias partidas de dinero, dizque para mantener la seguridad nacional, solo han servido para mantener la seguridad económica de suboficiales y oficiales y otros niveles de jerarquía castrense, que se han beneficiado sin escrúpulos de ninguna naturaleza de dineros del Estado. Hay que observar un alto porcentaje de miembros de las fuerzas militares, en vehículos de alta gama, bienes inmuebles campestres de alto costo y seguramente inversiones en otros países fiscales para eludir la investigación que pueda adelantarse en algún futuro, si es que ellos mismos lo permiten. Una modalidad de corrupción más visible es la del transporte de tropas a zonas de conflicto, en donde los ordenadores militares del gasto, sobredimensionan los valores y el transportador privado obtiene una ganancia mínima.
Alerta: El voto en blanco, como la no reelección son válidos para acabar la corrupción.