Crear hábitos saludables muchas veces se entiende únicamente como tener una alimentación sana y aumentar nuestro nivel de actividad física para lograr un equilibrio corporal que nos permita prevenir una gran cantidad de enfermedades, aumentar nuestra calidad de vida y así mismo mejorar algunos aspectos físicos que no son de nuestro total agrado, buscando tener un cuerpo más atlético y estilizado según los diferentes conceptos de belleza. Pero con frecuencia dejamos de lado sin duda la parte más importante de nuestro ser: Nuestra salud emocional y nuestra espiritualidad.
Todo el tiempo tomamos decisiones, elegimos cuidadosamente la ropa que vamos a utilizar, los alimentos que vamos a ingerir, las actividades que vamos a realizar, pero muchas veces no elegimos con detenimiento nuestras palabras y nuestros pensamientos olvidando que estos nos permiten tener un mejor estado de ánimo, mantener mejores relaciones personales y por supuesto tener una actitud positiva hacia la vida, viendo el lado buena de las cosas, convirtiendo cada situación en un aprendizaje u oportunidad y no en “problemas”.
Mucho se ha dicho sobre el poder que tienen las palabras y los pensamientos en nuestra vida y en como a través de ellos podemos atraer lo que queremos, muchas personas lo atribuyen a energías, ley de atracción, programación neurolingüística, entre otras. Pero sin importar cuál sea esa creencia hay una cosa cierta y es que nuestro cerebro segrega unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores, que son producidas por nuestras emociones y pensamientos; estas se encargan de transmitir información entre neuronas, disponiéndonos a actuar de una forma determinada.
Esto quiere decir que nuestros pensamientos si ejercen una influencia sobre nosotros y nuestra forma de actuar. Así que dicho esto, dispongámonos a pensar y a soñar cosas maravillosas para nuestras vidas, así como cuando éramos niños y soñábamos con ser doctores, veterinarios o astronautas, lo creíamos con tanta firmeza que interpretábamos con tanta seriedad nuestro papel que lo hacíamos parecer real. Así mismo, interpretemos con tanta vehemencia el papel de nuestras vidas y soñemos en grande todo aquello que queremos hacer. Convirtamos nuestra vida en un lienzo lleno de amor, respeto, sabiduría, solidaridad, paz, salud, éxito y todas las cosas maravillosas que queremos tener.
Dejemos de imaginar y pensar lo peor de cada situación, dejemos de lado el pesimismo y llenemos nuestra mente de pensamientos felices, así empezaremos a ver cambios positivos en nuestra vida, quitémonos los miedos y perjuicios que no nos dejan ser nosotros mismos, vivamos nuestra vida y no la vida que los demás quieren para nosotros.
Canalicemos la energía que gastamos diariamente pensando en “problemas futuros” o haciendo supuestos pesimistas de cosas que van a pasar y mejor pensemos en todas las cosas que queremos. De esta manera cada pensamiento, cada palabra y acto será la pieza que encaja perfectamente en el rompecabezas de nuestras vidas, la vida que elegimos para nosotros.
Superemos nuestros miedos y atrevámonos a hacer realidad todos los sueños que tenemos, dejémonos de pequeñeces y soñemos en grande, el único límite que tenemos esta en nuestra mente.
“Todo lo que el hombre sueña lo puede realizar” A. Einstein
Visita mis redes sociales
https://www.instagram.com/manue_arango/
https://web.facebook.com/manuela.arango.7370