Por: Sandra Guerrero
@SamiGuevlez
Contrario a lo que muchos creerían, Colombia se ha venido sumergiendo en una profunda crisis de seguridad que abarca todo el territorio y llega los extremos de sus fronteras, marítimas, aéreas y territoriales.
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El atentado con un carro bomba en Corinto, Cauca, el pasado sábado 27 de marzo que dejó 43 heridos, la masacre de Jamundí, Valle del Cauca, ocurrida hace cuatro días en la cual asesinaron a tres personas y dicho sea de paso por los móviles del crimen parece más una vendetta entre bandidos, pues uno de los muertos era conocido como alias “Ratón” o “Pinino” y formaba parte del cartel de los más buscados de la Policía en Cali, el asesinat de un Policía en la ciudad de Armenia, la situaciones de seguridad presentadas en regiones como Nariño, Putumayo, Arauca, Caquetá y la confrontación armada entre militares venezolanos y disidencias de las Farc, son las fichas claves de un surrealismo violento, senil y macabro.
Sumado a esto está los altos índices de extorsión de los cuales son víctimas comerciantes, ganaderos, empresarios y productores agrícolas, por parte de bandas criminales y grupos organizados al margen de la ley, que parecen tener más y mejor control del territorio y las económicas locales que el mismo gobierno con toda su fuerza pública.
Este desajuste en la seguridad nacional y la percepción que los ciudadanos tienen de la misma se da desde mi puto de vista por dos grandes hipótesis que paso a explicar y que a su vez están compuestas por varios elementos.
Hipótesis1: Desarticulación e inoperancia intencional de las Fuerzas del Estado.
Hay una clara muestra de la falta de acción y contundencia de las Fuerzas Militares y Policía Nacional en su accionar contra el crimen organizado y el delito, es como si no les importara que los indicadores se fueran a pique, esta dinámica parece estar sustenta en tres factores claves:
1) Inestabilidad Jurídica: Muchos militares expresan sentir temor al desarrollar operaciones militares o de pleno tener combates, ya que en muchos casos salen “Empapelados” pues hay ciertos vacíos en las normas.
2) Desmoralización: Es un secreto a voces que los múltiples casos de corrupción y de abuso de poder al interior de las filas por parte de algunos oficiales superiores, de esos que llevan soles en sus hombros… No solo reducen la moral combativa del Militar y la capacidad de acción del Policía, sino que también proyecta un pésimo mensaje fuera de la institución reduciendo la confianza y respeto de los ciudadanos, de allí que últimamente los enfrentamientos Fuerza Pública y población civil sean cada vez mayores y frecuentes.
3) Lucha de egos: Para nadie es un secreto las divisiones internas que hay al interior de la cúpula militar y la dirección de la Policía, en ejercol están enfrentados las facciones de los retirados generales Mejía vs Martínez, ambos con visiones de institución y políticas de mando muy diferentes, pero también ambos se encargaron de dejar sus herederos al trono, en la Policía ni más ni menos su ex director de Óscar Atehortúa y el general Salamanca, develaron las profundas divisiones que tiene la institución.
Hipótesis2: Teoría del Caos y la Militarización
Ésta segunda hipótesis va relacionada de manera directa con la Teoría del Caos y la Militarización, que en otras palabras no es más que la flexibilización y concurrencia del caos es todas sus formas de expresión desde el enfoque de seguridad para que de esta manera aduce argumentos para una fuerte militarización del sistema y el territorio.
Así las cosas, estas olas de violencia que azotan al país y desconciertan a locales y visitantes, parece ser más una estrategia del gobierno en turno con el mega papayaso de la fragmentación de los Farc y la aparición de nuevos actores armados en el territorio colombiano, para que los ciudadanos a toda costa apoyen un incremento del pie de fuerza en el territorio nacional, es decir volver a la época de la seguridad democrática, tiempos en los que primaba la inversión en el gasto militar y el fin justificaba los medios…
A mayor miedo del ciudadano, mayor necesidad de intervención por parte del Estado, a mayor acción del Estado, mayor necesidad de recaudo, es decir ampliar base del tributo por parte de sus contribuyentes, traducido en el alza de impuestos a toda costa.
Obviamente esta estrategia centrista va acompañada de una fuerte carga política, que para efectos prácticos va alineada a las ideas del Centro Democrático y su líder nato “El Patrón Uribe”.
La seguridad de una nación como Colombia, no puede ni debe depender de las posturas o ambiciones de un gobierno, más allá de la facción o visión que este tenga, por ello existe el libro blanco, que es algo así como la biblia de un Estado/ Nación, en el cual están consagrados los interés nacionales del Estado con la proyección estratégica que este tenga.
En tal sentido las olas de violencia deben ser entendidas y arremetidas por la fuerza pública en pleno, de manera inmediata y contundente, y no permitir la manipulación o maniqueísmo de ningún gobierno, sino simplemente actuar conforme a su misión institucional.