EL TANGO EN JAPÓN – PRIMERA PARTE- AYER Y HOY AL COMPÁS DEL TANGO

31 marzo 2021 9:16 pm

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Por Darío Tobón

Barón Tsunayushi Tsunami Megata

Cómo se logró, que con diferencias abismales entre Argentina y Japón, el tango porteño se volviera una pasión inarraigable en el Imperio del Sol Naciente, con inmensas desigualdades raciales, culturales, lingüísticas, tanto de pronunciación como de escritura; con músicas tradicionales tan diferentes en su interpretación, contenido, instrumentación y vocalización, sorprende que los nipones hayan convertido el tango, con instrumentos no existentes en esa tierra y con pronunciación en español, en una parte irremplazable de su cultura musical.

Dos palabras, para mí, explican este fenómeno: afecto y gratitud.

GUERRA RUSO-JAPONESA. BATALLA DE PUERTO ARTURO

En el año de 1904 ocurrió la guerra ruso-japonesa. Un inesperado triunfo oriental trajo consecuencias inmensas, aún en las siguientes guerras mundiales y en la descolonización de Asia.

Puerto Arturo, situado en la Manchuria, que pertenecía a China, pasó a poder de Japón tras ser derrotados en 1898. Pero como la flota de guerra rusa del Pacifico lo necesitaba, se apoderó de él. Japón declaró a Rusia la guerra y en la batalla naval de febrero de 1904 los japoneses alcanzaron la victoria y retomaron el puerto. En la armada naval nipona estaban dos acorazados que la Argentina había vendido a Japón, Mariano Moreno y Bernardo Rivadavia que contribuyeron a la derrota rusa. Ello creó en el pueblo japonés total gratitud para Argentina.

Esta guerra ruso-japonesa, tan olvidada por los historiadores, que solo recuerdan las dos guerras mundiales del siglo XX tuvo características especiales: fue el primer enfrentamiento entre Oriente y Occidente. Las potencias mundiales europeas apoyaron a Rusia. Ha sido llamada esta confrontación “la guerra mundial “0”, es decir la primera guerra multinacional del siglo XX.

Por esa época el país gaucho era uno de los grandes productores de cereales y se convirtió en proveedor continuo del Imperio Nipón. Más gratitud¡

El primer contacto de los orientales con el tango ocurrió en el año de 1906. El tango “la Morocha”, escrito por Saborido y Villoldo en la navidad de 1905, tuvo éxito sin igual. En 1906 la Fragata Sarmiento, de entrenamiento de marinos, inicia su séptimo viaje por Europa y Asia y llevaba 1.000 partituras de “la Morocha” para repartir en los puertos que visitaba. Al llegar a Korea y Japón, un diario de este país anunció su arribo. Y en el puerto nipón la banda del Sarmiento tocó por primera vez un tango en ese país: “la Morocha”.

En la siguiente década se presentaron espectáculos tangueros que no dejaron huella. En 1914 aparece pareja de bailarines estadounidenses de estilo europeo. Entre 1922 y 1923 se exhibieron dos películas de Rodolfo Valentino, que crearon en EEUU la afición tanguera. Fueron: Los 4 Jinetes del Apocalipsis y Sangre y Arena. El estilo de baile de Valentino era completamente heterodoxo y no impresionó a los nipones.

EL BAILE ORIGEN DEL TANGO INSTRUMENTAL.

Era necesario que apareciera un japonés culto, influyente y amante de la música para que el baile permitiera la aceptación y difusión del tango argentino en tierras niponas.

Ese personaje fue el barón Tsunayushi Tsunami Megata, nacido en 1890. Hijo de diplomático perteneciente a la Casa Real. Arriba a París en 1920 en procura de cirugía para malformación vascular en su cara. Recién llegado un funcionario de la embajada nipona le habló de “un lugar exótico donde se escuchaba y bailaba una música todavía más exótica”: era el Cabaret El Garrón donde actuaba la orquesta de tango del argentino Manuel Pizarro. A Megata lo sorprendió inmensamente lo que halló en ese sitio. Se propuso aprender a bailar tango. Olvidó por completo la cirugía. Hasta 1926 permaneció en la Ciudad Luz. Convertido en eximio bailarín de tango regresó a su patria. Tan especial y elegante era su estilo de danza que se creó la frase “bailar a lo Megata”. Luis Alposta escribió un tango con este nombre.

Algo muy importante: Megata a pesar de venir de Europa aprendió el verdadero estilo de baile porteño y no el europeo. Ese estilo fue el que enseñó.

A Japón llevó discos de los músicos argentinos que se presentaban en París y crea en Tokio academia de baile para la aristocracia y otra para el pueblo.

INTRODUCCIÓN DEL TANGO CANCIÓN

Casi simultáneamente con la introducción del tango bailado, arriba el tango cantado. Comenzaron a llegar entre los años 1926 y 1928 discos de Rosita Quiroga que causaron furor y originó de inmediato el interés por el tango canción. En 1928 Megata recomendó a la Víctor japonesa reproducir placas de tangos editados en Argentina por esa misma empresa. Es bueno recordar que ya para ese entonces Rosita Quiroga estaba casada con alto directivo de la Víctor de Buenos Aires y tenía mucha influencia de las decisiones de esa casa grabadora. Con esta ocurrencia hubo incremento en la aceptación del tango argentino. Además, la Quiroga influyó en que hubiera mayor predilección nipona hacia las cantantes femeninas que hacia las masculinas. Un hecho circunstancial sustenta esta afirmación: cuando se estrena la primera película hablada de Gardel de 1931, “Las Luces de Buenos Aires”, los cineastas latinoamericanos hacían detener y rebobinar la cinta para oír una y otra vez el tango “Tomo y Obligo”. Pero en Japón gustaron mas los dos tangos que cantó Sofia Bozán, actriz que hacía papel secundario.

A partir del inicio de la década del 30 creció entre los músicos nipones el interés por el tango. Por ello se forma la inicial orquesta japonesa de tango La Montparnasse Tango Ensemble. En el 32 y desde París llega el cuarteto París Moulin Rouge Tango Ensemble, con acordeón y sonido europeo. Luego agregaron un bandoneón, el primero que se oyó en vivo en esas islas.

En 1935 el violinista Sakurai formó orquesta con la cantante Koichi Sugui, que había conocido el 2×4 en Buenos Aires. Esta orquesta tocó tangos típicos y japonizados. Con este término se define aquellas canciones típicamente japonesas arregladas en tiempo de tango. Y también se cantaron tangos famosos como “la Cumparsita” con letras en japonés.

La primera orquesta típica al puro estilo porteño fue la Orquesta Rosa con tres bandoneones dirigida por Takahaski.

A fines de los treinta el famoso compositor Masao Koga visita Buenos Aires. Mariano Mores le grabó cuatro tangos. En 1938 el tenor Fujiwara en Buenos Aires graba cuatro tangos con la típica Scorticati.

Próxima crónica: Tango en Japón segunda parte y final.

Armenia, abril 2 de 2021

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