Política: Entre lo imperativo y lo categórico

29 enero 2024 3:25 am

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Mg. Christian Ríos M.

Politólogo Internacionalista

 

Aristóteles planteaba que el hombre es un zoon politikón (animal político), ya que se diferencia de cualquier otra especie porque su naturaleza tiene un carácter sociable, posee gran capacidad de razonar, de pensar, pero más importante aún, tiene la capacidad de tomar decisiones, en especial para su beneficio propio o en su defecto afectar de forma positiva o negativa su entorno, de esta manera busca generar pautas para poderse relacionar con los otros y mejorar las condiciones dónde vive y convive. El individuo en sí busca su propio bienestar y el de su comunidad para poder vivir bien.

De acuerdo con lo planteado, la capacidad razonable del hombre lo coloca en una posición privilegiada con respecto a las otras especies de la naturaleza, por tal motivo, el individuo dentro de su propia condición natural procura que la toma de sus decisiones sea lo más racional y objetivamente posible. Aun así, no se puede dejar de lado que el ser humano tiene dentro de sí un egoísmo natural que en muchas ocasiones priman sus propios intereses, a lo que Maquiavelo plantea que el ser humana para poder alcanzar sus objetivos lo hace bajo su instinto y su egoísmo, es decir, se esboza una dualidad de condiciones entre lo humano y lo animal, por ende, es vil por naturaleza cuando de conseguir sus objetivos personales se trata. Siendo así las cosas el ser humano se valida de la comunidad para sobrevivir en su medio natural, pero a su vez es egoísta de forma natural.

Razón y naturaleza, condiciones innatas del ser humano, que siendo positivistas el actuar humano se mueve entre la ética aristotélica y el concepto de ser humano de Maquiavelo, entendiendo lo ético en el actuar moral y proceder práctico de las dinámicas humanas. Con relación a esta dicotomía, la ética circula entonces entre la misma razón y naturaleza humana para indicar el camino a la hora de la toma de decisiones desde el quehacer humano. Por tal motivo se propone preguntar entonces ¿qué relación tiene la ética nicomáquea de Aristóteles con la política? o en su defecto ¿puede existir relación intrínseca entre la ética y la política? 

Se concibe la ética desde el ethos que significa costumbre y su enfoque de estudio está dado sobre las conductas, acciones y procederes de los individuos o sujetos sociales en su entorno y en su comportamiento cotidiano, es decir, que la ética es la ciencia filosófica de las costumbres; mientras tanto, la política está relacionada con la actividad diaria desarrollada dentro de comunidades, municipalidades, departamentos, provincias o Estados. Estas actividades políticas conlleva por sí mismas a la toma de decisiones de un grupo de individuos para alcanzar ciertos objetivos que impliquen al bienestar común. Por la anterior, la política busca el bienestar de una comunidad y la ética suscita el bienestar como "bien moral". 

Cuando relacionamos entonces que la ética y la política prácticamente van de la mano, podemos entender el imperativo categórico planteado por Immanuel Kant donde plantea unas leyes universales máximas de moralidad, por las cuales, la humanidad debe de procurar cumplir sin reparos; se abren espacios para que el hombre haga una formulación de autonomía a la hora de tomar decisiones y pueda tener la capacidad de decidir cómo actuar y proceder, pero bajo unas leyes universales que condicionan su conducta. 

Se pretende establecer entonces que el individuo ya no actúe dentro de la política con una moral subjetiva, sino que el zoon politikón actúe a través de la toma de decisiones sobre una razón pura que conlleve al quehacer ético como un enclave diario y práctico de la moral. Dicho en otras palabras, el quehacer político del individuo debe establecerse siempre desde lo ético a través de la toma de decisiones para buscar el bienestar común, teniendo en cuenta que su imperativo categórico lo condiciona a cumplir con lo que establece la ley universal, que es la de procurar actuar y decidir bien para conseguir el bienestar de los demás y no el particular. 

Tenemos entonces que todo actuar político debe ser ético, por ende, el individuo o el zoon Politikón debe actuar y fluctuar de forma permanente entre: "lo imperativo y lo categórico". Se debe comprender que lo imperativo es un deber y una exigencia inexcusable, y lo categórico debe someterse al acto incondicional, es decir, no hay espacios para la discusión y debe de cumplirse sin objeción. 

Para concluir, todo funcionario público debe de aplicar la ética Kantian de forma constante y permanente de forma inexcusable y sin objeción, como eje y forma de vida en su actuar moral a través de la objetividad y no desde la subjetividad, más aún, aplica con mayor ahínco para funcionarios de altas esferas tomadores de grandes decisiones como alcaldes, gobernadores y altos cargos del ejecutivo –incluso el legislativo y judicial- que procuran dentro de sus políticas públicas establecer el bienestar y el bien común de sus comunidades. El deber ser de la política es entonces: "concebir la humanidad desde un fin y nunca como un medio" este es un principio de universalización. 

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