Consideraciones geopolíticas y geoestratégicas de Medio Oriente

Mg. Christian Ríos M.

Politólogo Internacionalista

Medio Oriente ha sido históricamente una región de importancia geoestratégica por causa de sus extensas reservas de petróleo, quien para los estudiosos de la geopolítica se permiten establecer que este recurso convierte a la región en un enclave estratégico más importante para los intereses económicos y políticos de los grandes países industrializados, por esta razón, el petróleo o el crudo que se extrae de esta región prácticamente es el combustible económico, político y militar de países como Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China.

Esta zona del mundo tiene una ubicación transcendental donde se destacan diferentes frentes estratégicos de interés establecidos de la siguiente manera:

• En el sector occidental, demarcado por una frontera natural como lo es el mar rojo y por ende una artificial como el canal de Suez trazan una demarcación importante con África, especialmente con paises como Egipto y Somalia.
• Al norte posee salida al mar mediterráneo y el mar negro por intermedio de Turquía siendo este último la puerta de entrada y de salida entre oriente y occidente.
• Al sur el océano índico le posibilita establecer diferentes rutas marítimas entre el sur de Asia y África, como también posee unos enclaves estratégicos sobre el golfo pérsico que le permite el control de entrada y salida de los grandes buques petroleros (cruderos – Crude Oil Tankers) por el estrecho de Ormuz al golfo de Omán.
• Al oriente se encuentra Irán que pretende establecerse con el liderazgo de la región, pero que a su vez les disputa el mando a los países árabes; de la misma forma, posee acceso y control sobre parte del mar Caspio, como de compartir frontera con Afganistán y Pakistán; este último con disputas y guerras históricas por litigios territoriales con la India.

En ocasión de este análisis se pretende establecer seis parámetros o enfoques que van a ayudar a comprender la situación actual en medio oriente con sus diferentes aristas y sus conflictos multidimensionales.

La Guerra en Siria: El conflicto en Siria ha venido generando una crisis humanitaria sin precedentes y ha desencadenado una serie de ramificaciones regionales, incluida la intervención de actores externos como Rusia, Estados Unidos y Turquía. Iniciada un 15 de marzo del 2011, se suscitó debido a la ola de levantamientos sociales en casi todo medio oriente conocido como primavera árabe y desde ese momento se han venido exhibiendo intensivos ataques con registros de violencia que menguan por periodos de tiempo cortos pero constantes; esta guerra civil ha redefinido las alianzas y rivalidades en la región, alterando el equilibrio de poder de forma constante y permanente.

Esta guerra asume una relación estrecha con Ucrania, y su vínculo es Rusia. Vladimir Putin a dos años de haber iniciado esta guerra da su respaldo al presiente sirio Bashar al-Assad declarando como objetivos militares a ISIS y a grupos rebeldes contrarios a Assad, de ahí establece dos bases militares rusas: Hmeymim y Tartus. Muchos militares rusos con experiencia en Siria hoy afrontan la guerra en Ucrania y en contraprestación a esta ayuda ya se estan registrando presuntos voluntarios sirios para viajar y defender los intereses de Moscú.

Conflicto Israel Palestina: El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los conflictos más extensos y complejos del mundo contemporáneo. Tiene raíces históricas, étnicas, religiosas y políticas profundas que se remontan décadas atrás. En términos generales, el conflicto se centra en la disputa territorial entre israelíes y palestinos sobre la tierra histórica de Palestina, que actualmente incluye Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza. Ambos grupos reclaman derechos sobre esta tierra y tienen aspiraciones nacionales de autodeterminación.

Dentro de los principales puntos de discordia se incluyen:

1. Territorio: Los palestinos desean un estado independiente en Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén Este como su capital, mientras que Israel busca seguridad y reconocimiento internacional de sus fronteras, así como la legitimidad de su control sobre Jerusalén como su capital unificada.

2. Jerusalén: La ciudad de Jerusalén es sagrada para judíos, musulmanes y cristianos, y tanto Israel como los palestinos reclaman Jerusalén como su capital. La situación es especialmente complicada en lo que respecta al control sobre Jerusalén, ya que fue ocupada por Israel en 1967 y anexada posteriormente, una acción que no es reconocida internacionalmente.

3. Asentamientos: Israel ha construido asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén desde 1967, lo que ha sido una fuente constante de conflicto, ya que los palestinos ven estas construcciones como una violación de sus derechos y una barrera para la creación de un estado palestino viable.

4. Seguridad: Israel argumenta que sus acciones, incluyendo bloqueos y operaciones militares en la Franja de Gaza, son medidas necesarias para proteger a su población de los ataques terroristas lanzados por Hamás desde el territorio palestino.

A lo largo de los años, se han realizado varios intentos de mediación y negociación para resolver este denso conflicto, incluyendo acuerdos de paz como los Acuerdos de Oslo en 1993, pero hasta el momento no ha habido una solución perdurable. El conflicto ha resultado en un gran sufrimiento humano y ha generado tensiones regionales e internacionales. La comunidad internacional sigue involucrada en los esfuerzos para lograr una paz duradera entre israelíes y palestinos.

El ascenso del yihadismo y el terrorismo global: Los grupos extremistas como ISIS (Estado Islámico), Hamás, Al Qaeda -Hamás, considerado como grupo terrorista de origen palestino; ISIS, un grupo aislado que no tiene presencia ni está integrado en ningún pueblo; Al Qaeda, grupo terrorista yihadista de origen afgano- han surgido en Medio Oriente extendiendo su influencia a nivel global a través de la propagación de la ideología radical y teocrática, con capacidad de ejecutar ataques terroristas en cualquier lugar del mundo. Este fenómeno ha llevado a una mayor militarización, vigilancia extrema regional más allá de sus fronteras.

Rivalidad entre Arabia Saudita e Irán y la búsqueda de la hegemonía regional: Esta región cuenta con tres grandes potencias emergentes y dos de ellas, Arabia Saudita e Irán, libran desde hace años una competencia fuerte que afecta de forma directamente a Israel y los territorios palestinos[1].

La competencia entre Arabia Saudita e Irán ha exacerbado las tensiones en el Medio Oriente desencadenando conflictos por sustitución en países como Yemen y Líbano. Esta competencia por la hegemonía regional ha llevado a su propia división, mayor militarización y a grandes rasgos altos niveles de polarización que cada vez se vienen acrecentando.

Yemen en las últimas semanas ha sido noticia constante por la injerencia directa de Estados Unidos y Reino Unido en este territorio con diferentes bombardeos y ataques sistemáticos, a su vez, este conflicto hoy por hoy presenta la mayor crisis humanitaria de los últimos tiempos por encima de Israel y Palestina en la franja de Gaza, pero con bajos índices de cobertura mediática.

Los cambios en el mercado energético y la geopolítica del petróleo: El Medio Oriente es el epicentro de la industria petrolera global, por ende la variación en los precios del petróleo han traído consigo cambios significativos en el mercado internacional con grandes repercusiones en todo el mundo, por tal motivo las dinámicas inestables geopolíticas han permitido el aumento del precio del galón de petróleo por motivo de confrontaciones entre grupos yihadistas y gobiernos teocráticos establecidos a diferentes escalas de conflictividad, además, este hidrocarburo ha influido de forma perenne en las relaciones entre los estados que hacen parte de la OPEP (Organización de países exportadores de petróleo) a tal punto de trazar derroteros sobre las agendas diplomáticas y económicas. De esta manera se ha dado forma a las políticas internacionales con sus reglas de juego, de ahí que el panorama sea poco alentador para una pronta solución en el marco de este multidimensional conflicto regional.

Las implicaciones de la intervención externa y la diplomacia internacional: La intervención de actores externos, incluidos Estados Unidos, Rusia y potencias europeas, ha impactado profundamente en la situación geopolítica de esta región. La diplomacia internacional, los esfuerzos de mediación y resolución de conflictos, han venido jugando un papel crucial en la estabilidad regional, pero sin lograr grandes avances, por el contrario, esta intervención externa ha venido acrecentando diversas crisis sobre diferentes puntos estratégicos.

Para concluir, la dinámica geopolítica del Medio Oriente es compleja, multidimensional y multifacética, las comprensiones de estas aristas son fundamentales para abordar los desafíos actuales y forjar un camino hacia la estabilidad y la paz de la región. Se requiere de un enfoque colaborativo y multilateral, voluntad política y respeto por los acuerdos internacionales, así como un compromiso entre estados basados en el respeto de la soberanía y los derechos humanos de todos los actores involucrados. También, es fundamental adoptar un enfoque holístico que reconozca la interconexión entre los acontecimientos locales y globales, fomentar la cooperación internacional para promover la estabilidad, pacificación y prosperidad de una región que por siglos viene en un círculo vicioso de violencia, guerras, religiosidad e invasiones externas y sometimiento interno entre pueblos.

El panorama es denso y sombrío con relación a las implicaciones geopolíticas de actores externos directos que son tomadores de decisión de alto nivel, asi mismo, comprender la conflictividad de esta región es confrontar que el petróleo a pesar de ser un hidrocarburo esencial para la economía global, es la ruina para algunos paises de esta zona del mundo debido a la interferencia constante de paises extranjeros que traen consigo guerras y desasosiego. Por el contrario, estados como Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin han podido tomar ventaja de este crudo convirtiéndose en grandes epicentros de desarrollo económico buscando posicionarse con el liderazgo regional y plantearse como nuevos líderes globales.