Por: Libardo García Gallego
Dicen que los humanos venimos progresando desde que apareció el homo sapiens, a mí me parece que hemos avanzado tanto que estamos saliendo del cuaternario y entrando al quinquenario o robotsceno.
Lástima que sea un proceso inverso al Antropoceno o era contemporánea. Y parece que los homínidos fuimos incapaces de incorporar características valiosas como los valores positivos y los sustituimos por antivalores, la solidaridad la cambiamos por competencia, por lucha a muerte; la meritocracia por palancas, la ética por corrupción.
Los ejemplos pululan, pero mencionemos algunos: La mayor parte de los humanos son enemigos de la igualdad social, de la justicia social, de que todo ser humano pueda vivir dignamente; y para ello inventamos un modelo económico que facilitara la acumulación de las riquezas por parte de unos pocos individuos a quienes conocemos como multimillonarios, y quienes argumentan que la pobreza y la miseria existen por culpa de las mismas personas y no del modelo económico; algunos de ellos son tan mezquinos que nos dan como solución rezarle a un Ser Supremo para que nos saque de la mala situación. Ahora mismo vemos cómo los personajes más neoliberales, enemigos del bienestar general, están ganando la presidencia y el poder en varios países, como Argentina, Italia, El Salvador, Países Bajos. Y en Colombia la ultraderecha tiene el poder, pero se afana por retomar todo el Ejecutivo.
En los períodos electorales, como el reciente en Colombia, pudimos comprobar cómo la mayoría de ganadores lo hicieron porque invirtieron enormes sumas de dinero en comprar a muchos ignorantes que venden su conciencia por unos cuantos denarios, por lentejas y promesas que jamás cumplirán los electos. Existe tanta inmoralidad que hasta en el Congreso hay personas que lloran por la muerte de un colega corrupto y piden aplausos para él, dizque porque era una buena persona. La corrupción invadió los poderes del Estado: desde las Altas Cortes hasta los juzgados de los pueblitos, los organismos de control, los poderes ejecutivo y legislativo, a todos los niveles. Será tan corrupta la justicia que la impunidad protege delincuentes, culpables de los peores delitos, como al expresidente Uribe.
Y Colombia no es la excepción, en todo el mundo hay corrupción y si no ¿Por qué las matanzas en Israel y Gaza cuando la ONU ordenó desde 1948 la creación de dos estados independientes, autónomos, sin que hasta el momento haya sido posible? La guerra produce enormes ganancias a los países productores de armamentos, la paz no.
En resumen, si usted quiere volverse famoso y multimillonario, siga el ejemplo de Iván Duque, quien ya depositó su enorme fortuna en la banca extranjera; no piense en que algo es inmoral o antiético, hágalo sin arrepentirse: compre conciencias, robe lo más que pueda en los contratos con el Estado, explote a sus trabajadores lo máximo posible: alárgueles la jornada de trabajo, procure hacer contratos a tiempo definido en lugar de empleos fijos. Ahí radica el éxito de los grandes empresarios. Aplique siempre ese dicho antiguo “El vivo vive del bobo” y de vez en cuando escuche el tango “Cambalache” el cual retrata bien nuestra realidad.
Armenia, Noviembre 27 de 2023