Libardo García Gallego
Desde la escuela aprendí que los seres humanos éramos los únicos animales inteligentes. Pero, observando el comportamiento de la sociedad humana en la actualidad, concluyo que poseemos un instinto más desarrollado que los demás animales, incluyendo el habla, la imaginación, la escritura, pero nuestra inteligencia es muy limitada. Nunca aprendimos a vivir solidariamente con los congéneres, se impuso el egocentrismo, el individualismo, la desigualdad social y la lucha permanente entre nosotros mismos, ante la aspiración de muchos por ser superiores a los demás. Algunos humanos han acaparado las riquezas y los conocimientos hasta el punto que han inventado la inteligencia artificial, mediante la cual se crean robots o máquinas que actúan igual que los humanos. Hasta parece que dichos robots van a sustituir la especie humana.
Hace miles de años algunos humanos iluminados idearon normas de responsabilidad para que viviéramos armoniosamente, respetándonos entre todos; a dichas normas las llamaron valores, moral, ética, conceptos despreciados en la actualidad llamándolos tonterías que no sirven para vivir porque son contrarios a la libertad y la competencia. Hace 75 años, mediante una decisión trascendental y extraña de la Organización de las Naciones Unidas, fueron proclamados los Derechos Universales de los seres humanos, derechos que hoy son pisoteados hasta por los mismos Estados que los aprobaron.
La lucha entre clases sociales, entre los que acaparan todo o poco y los que nada tienen dizque se acabaría mediante guerras y que así podríamos construir una sociedad donde viviríamos en completa armonía, ideal que nunca ha podido llegar a feliz término. En la URSS fracasó, Cuba lo está probando desde hace más de 60 años. En la mayor parte del planeta están en desacuerdo con una organización social igualitaria, dizque por respeto a las desigualdades naturales de los humanos, a la libertad individual y la competencia, “motor del progreso”.
De modo que tal que ésta es más involución que evolución y vamos hacia la desaparición de la mayor parte de la humanidad, unos pocos se quedarán con la tierra, otros irán a vivir en otros planetas y los demás desapareceremos rápidamente. Se dice que de no lograrse la detención del calentamiento global en pocos años la tierra caerá en un proceso de autodestrucción y lo mismo nos pasará a los humanos, autores de tal calentamiento, por el mal manejo de nuestro entorno natural, porque en lugar de ser sus amigos y vigilantes de la naturaleza optamos por destruirla.
Hoy no padecemos la esclavitud física primitiva sino en formas más sutiles, impuestas mediante religiones, políticas, economías, ideologías, etc. cuyos autores son los multimillonarios y los dueños de los Estados enemigos de la paz universal. El 90% de los humanos son o somos esclavos, el resto son los esclavistas y sus servidores incondicionales.
Armenia, marzo 21 de 2024
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