Desde el inicio de los tiempos, una de las principales necesidades de la humanidad ha sido la compañía, pues por ser un animal sociable, el hombre siempre ha vivido en comunidad, y esto ha sido un factor decisivo, una base fundamental para la supervivencia de la especie y para llegar al lugar donde hoy estamos.
Al principio, la necesidad a cubrir era la compañía, que fe suplida por los otros miembros de la comunidad, pero también se presentó la necesidad de la reproducción, que luego fue evolucionando hacia la compleja necesidad de compañía íntima, mas cercana, romántica, que hoy es conocida como amor de pareja.
Dado que la mayoría de especies que habitan nuestro planeta están diferenciadas en dos sexos, masculino y femenino, la relación de pareja predominante es la heterosexual (Hombre y mujer), pero no es el único tipo de relación que se puede dar en los seres humanos. Cuando se presenta relación diferente a la heterosexual entre dos individuos, se considera como homosexual, (Hombre – hombre / Mujer – mujer) y a través del tiempo este tipo de relación ha sido mal vista y condenada en todas las comunidades por tabúes religiosos en especial, por considerarse anti natural al no enfocarse en la reproducción o procreación.
A pesar de la existencia de nosotras, las personas de género diverso a través de la historia, siempre hemos tenido que cargar con el rechazo de la comunidad hasta nuestros días, y eso afecta nuestras vidas en todos los aspectos, incluso al momento de buscar pareja. Aunque la mayoría de mujeres trans buscan hombres, también existe un pequeño segmento de esta población que prefiere la compañía femenina, en este segmento me encuentro yo. También sucede en el caso de los hombres trans, aunque son casos mucho más aislados.
Para muchas mujeres trans, o por lo menos para una gran mayoría, la tarea de conseguir pareja se dificulta bastante, debido a los tabúes que existen respecto a nuestra sexualidad, pues a pesar de que un alto número de mujeres trans son personas muy jóvenes (Entre 16 y 30 años), muy atractivas, (Tanto que no se les nota su pasado masculino por ninguna parte, excepto por su órgano sexual, que la mayoría no se lo cambia), aunque muchas de estas chicas no trabajan en la prostitución, (Por lo menos no lo hacen en condiciones mínimas como lo hacen la gran mayoría de trabajadoras sexuales), los hombres no las consideran como una buena opción para una relación estable.
Es sabido que un gran número de hombres heterosexuales sienten algún tipo de atracción por mujeres transgénero en algún momento de su vida, y que muchos de estos hombres pasan de solo la atracción a la acción, pero son muy pocos los que deciden establecer una relación profunda y duradera con una mujer como nosotras. Esta situación es comprensible, ya que el mundo masculino castiga severamente a quien osa desafiar sus arraigadas costumbres, en especial en materia sexual y de pareja, por esto muchas de nosotras estamos y permanecemos solas.
También se da el caso de chicas que no buscan ningún tipo de relación estable, solamente relaciones pasajeras, generalmente por dinero, esto sucede bastante en el ámbito de la prostitución, pues aunque algunas chicas encuentren hombres interesados en alguna relación estable, ellas saben que esto se convertirá en un inconveniente para su trabajo e intereses económicos, y al sentirse presionadas o controladas de alguna forma, van a querer escapar y continuar con su libertad.
En mi caso concreto, dado que no siento atracción alguna por los hombres, la cosa no es mas fácil, pues a pesar de que las mujeres son más respetuosas que los hombres frente a nuestra condición de género, y muchas nos aceptan casi como una mas de sus amistades y de su género, si ven una intención diferente a la amistad o a la solidaridad femenina, no lo toman para nada bien, todo lo contrario, nos ven como toda una amenaza, como unos depredadores de los que se deben cuidar a toda costa. Por este motivo, yo en lo personal no ando en busca de pareja, no niego que me gustaría encontrar a alguien con quien vivir el amor, con sus altas y sus bajas, con sus espinas y rosas, pero también comprendo que las limitantes se multiplicaron con mi decisión de asumir mi verdadero género, y respecto a poder de convicción, esa es una virtud que no viene incluida en mi paquete.
No quiero decir con esto que nosotras las personas transgénero que gustamos de personas de nuestro mismo género no tengamos derecho a tener una pareja a nuestro gusto, por el contrario, considero que ese es un derecho básico de cualquier persona, y por ser como somos no perdemos ese derecho, como muchos creen, solo considero que para nosotras las personas diferentes entre las sexualmente diversas, las cosas se complican mucho más, pues el “mercado potencial” es mucho mas reducido, las oportunidades mas escasas, y como esto de conseguir pareja es un proceso que implica no solo elegir, sino también ser elegido, las posibilidades de coincidencia se reducen considerablemente.
Quizás la mejor manera de manejar esta situación sea con paciencia, y teniendo claro que como las cosas se pueden dar, también pueden no darse, en ese caso lo mejor es no desesperarse ni dejar de vivir la vida en todos sus aspectos, pues no solamente nacimos para tener pareja, y ya que estamos en esta aventura que es el cambio de género, que implica muchos cambios en nuestras vidas, lo mejor es vivirlo de una manera intensa, plena, pero lo mas tranquila posible, sea en compañía o en solitario, ser feliz con lo que se tiene, y si alguien llega, hacerlo parte de esa felicidad, pero nunca el objetivo central de esta.