¿Por qué nos tiene que gustar a todos lo mismo?

17 marzo 2018 4:16 pm

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En el proceso de cambio de género, la orientación o gusto sexual sigue siendo uno de los grandes inconvenientes, pues se debe ajustar a lo que los demás esperan o que durante toda la vida han creído que es lo correcto. Por eso bien dice un dicho popular, que la mayor causa de muerte en el mundo es la envidia, pues nos duele ver que alguien esté haciendo lo que le gusta, y que lo disfrute, ya que muchas personas llevan una vida llena de frustraciones y decepciones, y nuestra cultura nos enseña a atacar y a rechazar lo que no podemos o queremos entender.

Una de las mayores razones por las que somos rechazadas las personas transgénero, en especial las mujeres, es por nuestros gustos, o por lo que al menos la gente cree que es una regla, las mujeres trans gustan de hombres, y los hombres trans gustan de mujeres. Pero como en toda regla, habemos excepciones, y en el caso nuestro, eso se convierte en una razón más por las que somos rechazadas o estigmatizadas entre nuestra misma comunidad.

Observando las redes sociales, encuentro muchos comentarios despectivos y ofensivos hacia mujeres trans que van muy adelante en su proceso de cambio, y se centran muy en especial en su gusto por los hombres, los calificativos varían en todos los calibres, pero evidenciando la pregunta que da título a este artículo, ¿Por qué nos tiene que gustar a todos lo mismo?

Es válido que una sociedad se debe basar en un conjunto de normas que garanticen una convivencia pacífica y tranquila, donde debe prevalecer ante todo el respeto, pero pretender encerrarnos a todos en unos conceptos establecidos absolutamente en todos los aspectos, casi como una estandarización de productos, es algo muy similar a una dictadura.

El tema de género en nuestros días varía bastante en comparación a unos años atrás donde este dependía única y exclusivamente de nuestro sexo, pues hoy se habla de una gama muy amplia de géneros, yo lo reduciría a máximo seis, pero sé que es un tema mas complicado de lo que parece, y no tengo los argumentos suficientes para debatirlo.

Sin embargo, como decía antes, la regla de transgénero = gay, no es una regla inquebrantable, pues habemos unas pocas mujeres trans que somos lesbianas, aunque a muchas personas les parezca absurdo o ilógico, o incluso hasta hipócrita y mentiroso. Cabe anotar que el gusto por las personas de nuestro mismo sexo biológico no es ni la única ni la principal razón para iniciar un proceso de cambio de género, esto hace parte de la estigmatización a la que la sociedad ha sometido a nuestra comunidad, donde se nos cataloga de prostitutas y drogadictas a todas las mujeres trans solo por nuestra apariencia, pero como en todo, habemos quienes nos salimos del molde.

El sexo, el género, y la orientación o tendencia sexual son tres cosas muy independientes unas de otras, y en mi caso, por el hecho de que sexo y género no coincidan, no quiere decir que deban de gustarme los hombres obligatoriamente. Cabe anotar que no tengo nada en contra de los señores, excepto cuando son desagradables con sus comentarios incómodos por mi apariencia, pero menos mal no son muchos los que me hacen bullying, de hecho, tengo buenos amigos a quienes quiero y aprecio bastante, y que me han acompañado en esta nueva etapa de mi vida, pero no siento atracción o gusto por las características masculinas, como sí lo siento y como toda la vida lo he sentido por las características femeninas.

Por el hecho de haber cambiado mi apariencia personal, mi forma de vestir mas concretamente, no considero justo que la sociedad me imponga que me debo interesar por hombres, para tener una “mejor aceptación”, pues entre la misma comunidad transgénero soy discriminada en ocasiones cuando se dan cuenta que me gustan las mujeres, en especial las trans como yo.

El hecho de tener gustos diferentes a los socialmente aceptados no nos convierte ni en degenerados, depravados, agresores sexuales, ni nada parecido, y más aún cuando nos hemos caracterizado por tratar a las personas con mucho respeto, ante todo. Igualmente, al querer acomodar nuestra vida y nuestras libertades individuales a unos estándares tradicionales, la sociedad nos está vulnerando nuestros derechos mas básicos.

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