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TABÚ

19 noviembre 2020 10:43 pm
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Por Valentina Suárez Fernández

El pasado 11 de noviembre de 2020 la Organización de Naciones Unidas -ONU- presentó un informe poco alentador para los gobiernos de América Latina y el Caribe. El título del documento es aterrador, "El embarazo adolescente es una fábrica de pobres en América Latina". Tanto el título como los datos del informe hieren algunas susceptibilidades.

De acuerdo al diccionario de la Real Academia de la lengua española un tabú es una “prohibición de hacer o decir algo determinado, impuesta por ciertos respetos o prejuicios de carácter social o psicológico”. Ubico el discurso de la ONU aquí en la localidad. A pesar del impacto que han generado las políticas sociales y los proyectos de educación sexual y convivencia social implementados en la educación formal, los embarazos tempranos de las adolescentes se presentan con regularidad en el departamento y en consecuencia, tal como lo dice el informe mencionado, el círculo de pobreza se mantiene campante e inamovible.

América latina y el caribe tienen la segunda tasa de fecundidad (66,5 por cada 1.000) en jóvenes entre 15 y 19 años. En un rango de mayor a menor, los paises que tienen peores resultados son, República Dominicana (100,6 por cada 1.000), Nicaragua (92,8/1000), Guyana (90,1/1000), Guatemala (84/1000), Guyana francesa (82,6/1000), Venezuela (80,9/1000), Panamá (78,5/1000). De los países del informe, los que tienen registros de menor índice en tasa de fecundidad son Ecuador (77/1000), México (66/1000), Argentina (64/1000), Paraguay (60/1000) y Colombia (57/1000).

El embarazo temprano refleja ausencias, desde todas las instancias y de las cuales todos somos corresponsables. Los dos grandes ejes que evidencian que la pobreza es endémica: El desconocimiento y la falta de educación sexual. Hablar de sexo, de sexualidad es un tabú, todo el mundo lo practica, pero nadie habla del tema. Desde ahí se evidencia que el acceso a información efectiva y producto de un diálogo directo pero amoroso no se da en al interior de los hogares. Las insituciones educativas hacen los suyo, hablan de la manera más directa posible, pero el contexto real de cada joven se define en los entornos que son ampliamente erotizados pero silenciosos. Se prohíbe hablar de los métodos de planificación familiar, pero de manera ambivalente todo el escenario circundante está erotizado y sexualizado. A lo anterior se suma la falta de acceso a los métodos de planificación familiar; y, las barreras culturales y religiosas que impiden el uso efectivo de los mismos.

Para educar se requiere ser educado, si quienes hoy estan gestando vida no cuentan con las herramientas academicas, éticas y humanas para hablar de sexo, porque muy seguramente a ellos tampoco les hablaron seguimos condenados a la pobreza, tal como lo advierte la ONU.

lo dice organización Healthy Children “hablar de sexo con los hijos conforme éstos se van desarrollando, les permitirá tomar decisiones con respecto al conocimiento de su cuerpo, y el momento en el que iniciarán su vida sexual. Esto puede hacer que, al llegar a la adolescencia, tengan una buena salud sexual donde se eviten embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual”, y como una gran disrupción social, se reduce la pobreza. Si el tabú subvierte su esencia y se transforma en diálogo, amor a sí misma, toma de decisiones en el marco de un proyecto de vida alentador y esperanzador se evitan embarazos no deseados, enfermedades y la histórica y arraigada pobreza en algunas de sus dolorosas causales.

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