MI RITUAL

16 agosto 2021 10:51 pm

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Valentina Suárez Fernández

La máxima inclinación del eje de la tierra hacia el sol es de 23°27'. Esto ocurre dos veces al año. Dos momentos en los que el sol alcanza su posición más alta en el firmamento. Se ve desde el polo norte o sur. El solsticio de verano en el año 2021 se presentó entre los días del 21 al 23 de junio. Históricamente esta modificación en la posición del sol ha generado celebración por quienes han habitado la tierra. En el polo norte, celebrado a través de la modificación previa a la navidad y en el polo sur con las fiestas de verano o vacaciones.

Las culturas de múltiples naciones generan magníficas celebraciones en torno a este evento Tiregān en Irán, Noche de Iván Kupaña en Rusia y Ucrania, Cápac Raimi en Perú, el festival del San Jonás en Lituania, Juhannus en Finlandia entre otros. La simbología ha superado los límites de la arquitectura y la ingeniera, a pesar de la construcción de estructuras que se alinean con el solsticio porque los festivales organizados en su honor superan en estridencia y jolgorio.

Aunque se desconoce el propósito de la enigmática estructura inglesa de Stonehenge, este monumento de 5.000 años de antigüedad tiene una relación especial con los solsticios particularmente el de verano, Es así como la Heel Stone de ese complejo, que se encuentra fuera del círculo de piedra, se alinea con el sol naciente.

En Egipto, las Grandes Pirámides de Guiza también parecen estar alineadas con el sol. Cuando se ven desde la Esfinge, el Sol se pone entre las pirámides de Keops y Kefrén durante el solsticio de verano, aunque se ignora cómo los antiguos egipcios consiguieron orientarlas de esta forma.

Muchas culturas han descubierto formas únicas de celebrar el solsticio de verano. Si bien es un fenómeno astronómico con mística astrológica, sin duda es un momento que invita al cambio de paradigma. La cercanía a ese eje radiante y potente nos ayude a transformar dinámicas, a revertir patrones y hacer un retorno progresivo a la normalidad distinta. Regreso enriquecido con la experiencia grata de haber sobrevivido y llevar atesorado la risa y la enseñanza de quienes partieron. Debe ser un equilibrio espiritual después de la desmesura de una pandemia que superó los límites de nuestra realidad. Entre encierros, cuarentenas, picos y cédulas, contagios masivos, nuevas cepas y evidencias de crasas ignorancias y grandes incertidumbres, sólo nos queda apelar a la empatía como herramienta de autoprotección como especie y como individuos de ella. El solsticio de verano favorezca la sabiduría planetaria desde el 21 de julio del 2021, En medio de la duda y la perplejidad que generan los acontecimientos que este fenómeno majestuoso sea mi ritual.

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