Jairo Baena Quintero (segunda entrega) en el centenario del Coleguita de las letras

30 agosto 2023 3:00 am

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Por Francisco A. Cifuentes S.

El Maestro Jairo Baena Quintero fue fundador, animador, director, reportero y columnista de periódicos propios y ajenos. Ahí están, por ejemplo: “Albores” en el Colegio de Montenegro, “Agitación Liberal” cuando solo tenía 17 años de edad y en su nómina tenía a Otto Morales Benítez, “Claridad” con Jorge Lino González y Antonio Valencia Salazar (Antoval), que salió a la luz pública desde 1949 hasta el 2000 y “El Comunero: órgano de las juventudes liberales al servicio del pueblo”, con Elmer González (1958 a 1982). Además, escritos suyos aparecieron en La Patria de Manizales y en periódicos locales y nacionales.

En los periódicos en los cuales estuvo al frente, no sólo fue publicando su producción poética paso a paso, sino que también les dio lustre a otros liricos contemporáneos, a narradores y ensayistas. Por sus páginas pasaron Bernardo Arias Trujillo, Carlos Castro Saavedra, Juan Lozano y Lozano, Jesús Arango Cano, Juan Domingo Perón, los Lleras, Jorge Eliécer Gaitán, Gloria Gaitán, Luis Carlos Galán y, vaya sorpresa, hasta nuestra matrona Lucelly García de Montoya, cuando se inició en la política, en un grupo llamado “Movimiento Verde”.

Todo esto lo podemos saber, gracias a la labor archivística del guardián de su memoria, como lo es el Doctor Mario Baena.

En el noble oficio de la docencia, se inició muy joven en el Colegio La Asunción en Bogotá. Continuó en el Instituto Montenegro, en el Colegio Robledo de Calarcá, fue Vicerrector del Instituto Técnico Industrial y Rector del Instituto Tebaida. Además, fue el primer funcionario del área de cultura del Departamento, como Director de Extensión Cultural de la Gobernación del Quindío.

Hace medio siglo cuando el Maestro Baena Quintero arribó a las aulas del Instebaida, yo apenas era un adolescente pueblerino inquieto. Quise ser profesor de geografía al verlo dibujar con destreza y absoluta memoria el mapa de Colombia, señalando accidente por accidente y rio por rio. Sin la tecnología de hoy, alcancé a imaginarme las estrellas cuando él unía punto por punto en el tablero para enseñarnos la Osa Mayor y otras constelaciones, a las que le seguí el paso en astronomía y astrología. De su voz ronca, pausada y lírica conocí al poeta Pablo Neruda, del cual sigo enamorado hasta hoy; pues eran los bellos tiempos de “Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada”, hasta las elucubraciones en las Alturas de Machu Pichu, en su ya monumental obra” Canto General”.

Por él desfilamos en la Primera Marcha del Ladrillo para construir la Biblioteca del Instebaida. Con él recorrimos las calles del polvoriento y calenturiento Tebaida, en la Primera Marcha del Libro, para nutrir nuestra mejor Aula del Saber. Baena Quintero había llegado en un momento álgido del movimiento cultural y estudiantil, y no llegó para reprimirnos, como otros que tumbamos, igual que algunos alcaldes. El poeta tampoco llegó para calmarnos, sino para dialogar con nosotros en el mejor momento de ebullición social, política y cultural y auparnos para seguir adelante en el bello camino del espíritu. A esta noble y atrevida tarea se sumarían otros docentes montenegrinos como Alberto Peláez, Alberto Garzón, Gabriel Montoya, (cfr. “La Tebaida Q. Territorio, sociedad y cultura. Francisco Cifuentes. 2023)

Pero eso no es todo. El día que se inauguró la Biblioteca Municipal de La Tebaida (1972), el Maestro Baena arribó con tres insignes representares de la cultura colombiana, caldense y quindiana del momento: el escritor manizalita Iván Cocherín y los escritores y poetas quindianos Humberto Jaramillo Ángel y Rodolfo Jaramillo Ángel. Ni siquiera ahora nos puede parecer normal, justo en estos tiempos de “cultura líquida” como la califica Zygmunt Bauman. A mí, particularmente me produjo un alumbramiento para mi vida cultural inicial. Pues era la primera vez en mi vida que veía en persona un escritor, un poeta. Y de ahí en adelante, los he admirado a casi todos, en mi largo trasegar intelectual.

Para mí, un intelectual no es solo un profesor, con toda la valía que les reconozco. Tampoco basta ser solamente poeta, con todo el lirismo que me embriaga. Los periodistas tienen un gran espacio y reconocimiento, pero la mayoría no son intelectuales. El músico es un sublime cultor de las musas y las liras, pero no necesariamente es intelectual. Esta categoría complicada, yo sé la aplico con todo respeto a aquella persona que se cultiva en varias áreas y que opina públicamente sobre las letras y la sociedad, incluyendo la política. Por eso, en términos modestos, pero significativos, para mí, Jairo Baena Quintero fue un intelectual, a su medida y en su tiempo.

Baena también nutrió el Cancionero Quindiano, con 47 composiciones musicales, de las cuales 23 canciones están prensadas por Sonolux, donde existen bambucos, pasillos, valses y baladas. Todo lo cual ha sido registrado por el sociólogo Álvaro Pareja en su Museo y Archivo Musical del Quindío. Ahora que se habla del Paisaje Cultural Cafetero y que podemos establecer categorías y piezas dentro del patrimonio cultural material e inmaterial, Baena, entra con orgullo a nutrir este acervo. Dentro de los cantores de su música están José Ramírez, Bernardo Arcila y el Trio de los Hermanos Moncada. El compositor Baena se ganó en Medellín “El Carriel de Oro”, por su aporte a la cultura musical de la cultura paisa y colombiana.

Cuando en la Universidad Nacional de Colombia no existía la carrera profesional de Bellas Artes como la conocemos hoy, Jairo Baena Quintero estudió su Diplomatura en estas aulas, desde donde vino trazando bellos rostros y cuerpos desnudos, llenos de gracia y erotismo, en unos tiempos oscuros, en los cuales fue pionero al publicar poemas, ilustrados con damas inocentes unas y coquetas otras, mostrando sus carnes, sus bellos y su cabello al aire o acariciado por su amante. Muchos dibujos me recuerdan el trazo y la temática del pintor Luis Caballero.

Su trabajo poético es conocido, pero vamos a destacar los siguientes elementos, producto de una relectura de este escribano:

Del trabajo antológico y crítico es totalmente vigente el libro “Carlos Mazo. 1895-1939 Alma y Paisaje” (Fondo Mixto de Cultura. Armenia. 1999), como homenaje sincero y pulido a un contemporáneo, destacando lo mejor de él. Esto para el conocimiento de las nuevas generaciones y el legado a la posteridad.

Hay unas piezas poéticas que deseo agrupar en el apartado de canciones y homenajes, de tipo social, geográfico, gremial y político, con un encuadre histórico:

–             Saludo a Fidel Castro y la Revolución Cubana.

–             Pensamiento Revolucionario del Libertador Simón Bolívar. (Ensayo)

–             Hombre Matinal de América: Fidel.

–             Chile Contra el Paredón.

–             Homenaje a Miguel Hernández.

–             Canto a Armenia Ciudad Milagro.

–             Canto a Montenegro.

–             Himno del Educador.

–             Canto a Viet Nam.

–             Canto a los Campesinos de La Tebaida.

–             Himno del Instituto Montenegro.

–             Poemas para Calarcá, Barcelona, Salento, Sevilla y Cartagena.

–             Romance para una lira que navega en el silencio: Homenaje a Baudilio Montoya.

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