Jairo Baena Quintero

6 septiembre 2023 4:11 am

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En el centenario del Coleguita de las letras (Tercera y última entrega)

Por Francisco A. Cifuentes S.

El maestro Jairo Baena Quintero puede distinguirse primero como sonetista, como gran romancero, pero también se destaca en la poesía de verso libre, de contenido social y en piezas verdaderamente contemporáneas.

Del libro “Límites del Corazón” (Fondo Mixto de Cultura. Armenia. 1997), personalmente me gustan los siguientes versos:

“Al contemplar tu triunfo soberano/Sobre la forma, me quedé en suspenso;/y aunque un error parezca, a veces pienso/que esta es la madre del linaje humano”. Esto, dedicado a la obra pictórica La Magdalena de Tiziano.

“Al verte así del cosmos suspendido/en sabia y tiempo y vida derramado/fulgente de un amor crucificado/por un mundo ya en sangre confundido.” Esto, ante una pintura da Salvador Dalí, que siempre me ha conmovido.

El poema “Mi Dios es bambuquero” es toda una alabanza raizal, musical y mística a lo mejor del pentagrama quindiano.

El largo poema “Coronación de la Reina de las Olimpiadas del Quindío”, deseo resaltarlo, como la lírica propia de una época, que enaltecía las beldades regionales y era la oportunidad para que los bardos de provincia se mostraran. No son desdeñables estas piezas, hacen parte del acervo poético y cívico de otros tiempos. Al respecto recordemos los Juego Florales de Manizales y las Coronaciones en Bogotá.

“La sed del infinito/inédito del arte/azota mis sentidos/Urge mis deseos/y es toda mi esencia/solo voraz incendio/cruelmente aprisionado/en las rejas de la carne”

… “Ansias de que los hombres/tengan cielos claros/abracen horizontes/amen, amen, amen…”. Estas profundas piezas hacen parte del poema titulado “Incendio Interior”. Es humana, metafísica, cósmica y amorosa y me recuerda aquello del “incendio del ser” de que hablara el poeta Jorge Gaitán Durán.

“Cuando ya eras parte del olvido/cuando en el alma ya no estaba tu mirada/cuando el viento no traía tu perfume/y el frio había congelado tu palabra/cuando estabas ausente de la sangre/y tus pasos se perdían en la nada…” Esto hace parte del bello poema de amor titulado “Reencuentro” y es una magnífica pieza que tiene trascendencia como muestra del profundo lirismo del bardo Baena.

“Anoche soñé con la muerte …/llegó a mi lecho/bella, coqueta y sádica …/recibí su apretado abrazo/de insaciable hembra”. Este pertenece al poema “Soñé con la Muerte”. Es de una factura perfecta donde se anidan el erotismo, la muerte y la poesía.

Del texto titulado “Preludio de la Soledad” (Gobernación del Quindío. Armenia. S.F), deseo destacar lo siguiente: sus piezas románticas, tanto a amores adultos como a niñas, sus sentires de la tierra, desde el campesino hasta el obrero, pasando por el paisaje quindiano; sus homenajes más sentidos para amigos, poetas, ciudades y hechos históricos muy de corte político. Sus incursiones religiosas, ni blasfemas ni ortodoxas, su declaración de amor a la lengua de Castilla que también usufructuó con solvencia y sus cantares a la muerte, lejos de la necrofilia de otros poetas contemporáneos.

Su obra inédita es la siguiente: Epopeya de Sangre, Siluetas del Tiempo y Pensamiento Revolucionario del Libertador. Desde aquí, abogo modestamente para que muy pronto la Biblioteca de Autores Quindianos, incluya estas obras en su haber y que ojalá la Alcaldía de Montenegro y la Casa de la Cultura, gestionen este trabajo tan importante para la intelectualidad montenegrina y quindiana.

El reconocimiento para El Coleguita de las Letras, se ha hecho en la pluma de Juan Lozano y Lozano, Otto Morales Benítez, Jorge Robledo Ortiz, Germán Pardo García, Oscar Echeverry Mejía, Jorge Santander Arias, Bernardo Pareja, Mario Sironi, Iván Cocherin, Humberto Jaramillo Ángel, Humberto Senegal, Adel López Gómez y Nelson Guzmán.

Para terminar este rastreo biográfico y bibliográfico sobre la vida y la obra del escritor quindiano Maestro Jairo Baena Quintero, básteme citar textualmente lo que escribió el gran poeta e investigador colombiano Rogelio Echavarría.

Es de resaltar de mi parte, que el compendio más completo de la poesía colombiana está dentro de la Antología confeccionada por Antonio Gómez Restrepo, para otros tiempos, pero que, en la actualidad, con nuevas inclusiones y revaloraciones, se pueden consultar las dos obras de Rogelio Echavarría: “Antología de la Poesía Colombiana” (Mincultura y Ancora Editores. Bogotá.2019) y “Quién es quién en la poesía colombiana” (Ministerio de Cultura y Áncora Editores. Bogotá. 1998), de donde extraigo lo siguiente:

“Juan Lozano y Lozano dijo: me sorprendió con la martillada arquitectura de sus versos, en los cuales encontré una apasionante inspiración y el magistral empleo de la imagen y la metáfora.

Y Oscar Toro Echeverry: Baena se yergue – con justificado orgullo – en poeta instintivo, es decir, acosado por el demonio interior de la inspiración poética que le va dictando los versos sin sujeción a complejos intelectuales, pero colmados de musicalidad, sometidos al hermoso castigo de la rima, celosamente regidos por la cadencia interior y por el número silábico, tan característico del lenguaje poético” (pág. 60). Estos son conceptos muy valorativos de la obra del Maestro

Baena Quintero, que definitivamente lo posesionan en el parnaso colombiano y quindiano.

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