En sus orígenes eran segundas viviendas, para las vacaciones o fines de semana, pero ahora son la vivienda habitual de gran cantidad de familias.
Las casas de campo se han incrementado alrededor de la ciudad de forma considerable. En todas las salidas, gran cantidad de parcelaciones agrupadas bajo la figura del Condominio, están urbanizando el campo. Lo que antes eran sembrados ahora son piscina, pasto y kiosko.
Es curioso ver como en la mayoría de los casos se trasladan directamente los conceptos o características de la vivienda urbana al campo. Los mismos materiales, la misma estética, el mismo esquema funcional. Y si es para vivir de la misma manera, ¿porqué vivir en el campo?. Si vivir en el campo y trabajar en la ciudad aumenta las distancias de desplazamiento, aumentado a su vez la contaminación, los costos de transporte y la perdida de tiempo viajando.
Mi teoría es, que con tal de vivir lejos de los demás nos vamos a vivir aunque sea al campo. El amor real por el campo es muy escaso y el respeto por el campo se nota rápidamente; en la cantidad de árboles sembrados, en la disminución de las zonas sembradas únicamente con pasto. Lo rural no solo es alejamiento, es sobre todo convivencia con lo natural. El dialogo del edificio dedicado a vivienda con su entorno, es fundamental, necesario para mantener el orden natural del campo.
También es necesario que estas viviendas produzcan su propia energía, gestionen adecuadamente los recursos naturales, especialmente el agua, que traten adecuadamente los residuos, que se construyan con materiales reciclables y de bajo impacto ambiental, que se puedan adquirir cerca de la obra; que la utilización de técnicas constructivas sencillas permita que se utilice mano de obra local. Pero esto no solo es recomendable para arquitectos, es sobre todo para los promotores de las viviendas.
Otra característica que llama la atención es la baja sensibilidad respecto de la libre movilidad y accesibilidad. Las casas adaptadas son muy pocas y muchas otras no cumplen con los postulados del Diseño Universal. Solo algunas Urbanizaciones atienden el sector de los ancianos con viviendas especializadas construidas de acuerdo con las necesidades de este tipo de usuarios.
Los Chalets, como se les llamaba antes, son también y especialmente, símbolo de riqueza. Y si el Chalet es la segunda vivienda, el estatus es mayor. Es curioso saber que gran cantidad de estas parcelas son propiedad de jubilados. Parece que muchos soñaban con una casa grande con un antejardín tan grande que pareciera una finca para ver la televisión.