La normatividad, ha dado oportunidad a la privatización de la excepcional vista sobre este particular corredor vial. Sobre la ladera del rio antes hubo plantas de café, ahora lo que ha crecido es el concreto. Enormes edificios que obstruyen y modifican drásticamente el paisaje. Estamos pavimentando el rio.
La discusión alrededor de la manera de urbanizar la avenida Centenario no debe ser solamente de tipo económico. También debe hacerse desde lo técnico y lo social. Técnico, porque no se trata solo de clavar edificios altos en una larga ladera. Hay otras maneras de implantación , posiblemente más rentables, como en Ipanema. Allí, hasta ahora a nadie se le ha ocurrido construir edificios de concreto encima de la playa. Y nuestro paisaje es tan singular que son perfectamente comparables. Social, porque es un bien de propiedad colectiva, de todos. El derecho al paisaje. El aprovechamiento del singular paisaje del cañón del rio Quindío, debe ser para todos y no sólo para algunos. Deberíamos poder opinar todos y decidir entre todos.
La construcción masiva sobre ladera es realmente inconveniente porque estamos en una ciudad con alto riesgo sísmico, que hace poco sufrió un terremoto, porque se implanta en un territorio de valor patrimonial, porque interrumpe el disfrute de este paisaje único que hasta antes de los edificios que están sobre la ladera era absolutamente natural.
Nos gusta el paisaje del cañón del rio porque nos identificamos con él, nos representa. Es una de las mejores imágenes para entender la declaratoria de la UNESCO de Paisaje Cultural Cafetero. Los bordes de esta ciudad son únicos, no los tienen otras ciudades y no lo queremos ver. Este borde de ciudad debería permitir la apreciación, disfrute y aprovechamiento público de propios y visitantes en una mezcla de actividades comerciales, gastronómicas, deportivas, culturales, institucionales, dotacionales. Hacer más “Malecones” como el de La Secreta en todo el borde del Rio a su paso por la zona urbana, es el reto urbanístico más importante que tiene la ciudad. Este borde construido como mirador público convertiría a la ciudad en ÚNICA, SINGULAR, como una gran obra de infraestructura para el turismo, el turismo de ciudad.
La avenida Centenario, me dijeron, fue un regalo de la nación a la ciudad cuando cumplió 100 años.