El lugar donde más nos hemos encontrado Argentinos y Colombianos es en el fútbol. La mayoría de los futbolistas extranjeros que vienen a nuestros torneos lo hacen desde La Argentina. Y ahora, con mayor frecuencia, los de aquí van para allá. Hay de todo, historias de amor y odio. Sin pensar en términos de mejor o peor, creo al final, que tenemos muchas coincidencias pero también, muchas diferencias. Pues es evidente la diferencia geográfica, climatológica y cultural. No es lo mismo vivir en Colombia que en La Argentina. Pero no es mi vena antropológica, que va, no existe; es más bien la excusa para reconocer que hemos aprendido mucho de ellos, y tal vez sea una explicación del porqué encajan tan bien los de aquí en los equipos de allá.
Dicen los especialistas, que ha llegado a nuestro fútbol, concretamente al Deportivo Cali, un delantero “de raza” como dicen ellos; que se llama José Gustavo Sand y si es así, y no voy a cuestionar si es o no una raza ser delantero, me alegraría mucho que regresaran al Cali delanteros efectivos que marcaban muchos goles, como el lamentablemente ya fallecido Néstor Leonel Scota, que también jugó en el Quindío. Entiendo que ser delantero de raza significa ser un especialista en marcar goles, el oficio más escaso y caro del fútbol. Sand ha marcado 163 goles en diez temporadas como futbolista profesional, el año pasado marcó 24 y fue parte del equipo de Lanús, finalista de la Copa Libertadores. Tiene 37 años de edad.
Al Cali, o más bien a los delanteros del Cali, les viene muy bien tener al lado un gran goleador, para que aprendan de él, un verdadero especialista. Dicen que dicen en los mentideros deportivos.
Aprender de ellos también la manera en que han involucrado a los niños y sus mundos activamente, en la formulación y desarrollo de documentos tan importantes como Planes de ordenamiento territorial o Planes de gobierno. Las necesidades o aspiraciones y expectativas de los niños las gestionan ellos mismos, ese aprendizaje forma ciudadanos. Es una visión muy democrática y participativa de la producción de los documentos que rigen las condiciones de vida política de una ciudad o de un territorio. Lastimosamente en nuestro medio, los niños tienen muy poca representación, su participación activa en las grandes decisiones es nula. En este tipo de experiencias, los niños aportan su visión de la realidad acompañadas de propuestas consensuadas de posibles soluciones; a partir de allí, los niños aprender a encontrar las rutas de comunicación con el estado hasta contactar con quién es responsable de tomar la decisión para que lo propuesto se ponga en marcha. Niños gestionando la consecución de canchas de fútbol, andenes mas anchos, rampas para personas con movilidad reducida, ciclo rutas, paraderos de bus, guarderías, bibliotecas y tantas otras cosas que caben en la imaginación de los niños; como aquel que le pidió al niño dios, la máquina para hacerle los huecos al queso gruyere.