El fútbol

3 abril 2018 4:19 am
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El fútbol es un deporte de conjunto que practican dos equipos de once jugadores cada uno, todos en igualdad de condiciones, menos uno de cada lado; se les permite tomar el balón con las manos, dentro de un área determinada, claro está. Porque si eso fuera así por todo el campo, sería insoportable.

Algunos dicen de él que es como una nueva religión, hay tantos seguidores y practicantes del fútbol como católicos, y sus estadios también son considerados “Templos” y algunos los autodenominan “Templos inexpugnables”. Ahora se llaman Arena acompañado del nombre de la marca patrocinadora. Se llaman arena porque son cubiertos, pero la arena la relacionamos también con los toros, con las luchas a muerte en la arena del Coliseo Romano y en cierta forma define la esencia del fútbol actual: la lucha hasta la muerte para obtener la gloria. Este es el fútbol que nos “regalan” o pagamos por ver, casi todos los días. Son muy pocos los hogares donde no existe el fútbol y en principio no los envidio pero a la larga creo que son afortunados, ese fútbol es asqueroso pues no es casual que casi la totalidad o dicho de otra manera, sus máximos dirigentes, en los cinco continentes están condenados y procesados por corrupción, amaño de partidos y sobornos. O es normal de personal del Club Atlético Independiente de la Ciudad de Avellaneda en La Argentina, dados a la fuga para eludir la orden de captura emitida por un juez que los acusa junto a otros dirigentes de prostitución infantil y pederastia.

Ese fútbol es otra cosa, lo veo y lo disfruto algunas veces. Tal vez sea un romántico, pero el único fútbol que tiene gracia de verdad, es el que podamos jugar, cuando dejamos de ser espectadores para convertirnos en protagonistas, lo demás, incluso el árbitro son parafernalia, empaque, moños, guirnaldas, fanfarria. Pero nada de eso es fútbol. Lo triste es que a pesar de todo la gente adora este espectáculo e idolatra a sus protagonistas.

Es muy preocupante la transformación anímica que sufren los participantes, protagonistas o no, durante un partido de fútbol, es prácticamente inexplicable, además no son transformaciones muy piadosas que digamos, más bien todo lo contrario, a todos los niveles y en todos los escenarios, la pasión desbordada saca lo peor de nuestra condición.

El fútbol tiene tantas cosas buenas, pero a nivel global está manejado por tramposos. No vale la pena hacerles el juego y enriquecerlos comprándoles camisetas, entradas, suvenires. El fútbol es mejor practicarlo que verlo.

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