Por Jair Castro López
En un escenario tan inestable, perfilar tema para una columna de opinión, supone priorizar las variables propias de tan agitado entorno. Consignar cifras actualizadas de contagios y decesos en el país y en la región, alusiones a la preocupante escases de cupos en las UCI, al límite, son elementos de incuestionable importancia periodística, menú de los medios a todo nivel, máxime que es incontrastable la directa responsabilidad que les compete a las partes en conflicto, gobierno y Comité de Paro, sin exculpaciones derivadas de compromisos, dado que el Centro Democrático, Duque y Uribe como referentes, acudieron a los buenos oficios de RCN ; el exministro Londoño Hoyos, con un diario espacio de retórica derechista. Al lado de Petro, la siempre consentida actriz Margarita Rosa de Francisco, en constante exposición en redes y escritos, de interesante factura, porque además de belleza, denota inteligencia formativa, nada silvestre por estas calendas.
Solo que es imperativo enfatizar sobre las excursiones condenables de los apátridas saboteadores, en contra de la Selección Colombia; manifestaciones abortadas por la Policía Nacional, destacada en las inmediaciones del estadio Metropolitano de Barranquilla, para el juego ante la selección argentina.
Con el funesto antecedente de los atávicos sucesos, en los preliminares del encuentro Junior -River Plate, en desarrollo de La Copa Libertadores, agresividad injustificada de los mismos libertinos, obligando a la Fuerza Pública a utilizar gases y elementos disuasivos contra los desadaptados, con la indeseable repercusión de afectaciones a jugadores , árbitros y demás personas al interior del estadio, sustancias transportadas por la fuerte brisa de común ocurrencia en el Caribe. Los visitantes hicieron público el rechazo y abogaron para que Colombia no fuera sede de la próxima Copa América, por falta de garantías.
Muertos, heridos y detenidos, aportaron las decisiones de protección extrema para la seguridad de los actores y espectadores del partido contra los gauchos, en desarrollo de una fecha más para las eliminatorias de Qatar en 1922.
La selección austral, 2º referente mundial del evento, concita la atención de los medios de comunicación del globo, dada la magnitud de la convocatoria, agregado importante frente a las vandálicas amenazas orientadas a impedir el desarrollo del partido, respuesta obligada para destacar 4000 uniformados para preservar el Orden Público, ante las consignas de priorizar la justicia y la paz, a su personal interpretación, sobre el futbol ;disparate sin espacio para analizar, algo impensable en una nación de reconocida vocación y antecedentes en la práctica del deporte de multitudes.
Repugna a la recta razón, que un país agobiado por la inequidad social, la pobreza extrema, los fardos tributarios, el desempleo galopante, la educación privilegiada, el auge del narcotráfico estacionario, la disolución y pérdida de valores, sea victimizado por una curda de robotizados tontarrones, empeñados en despojarnos del único lenitivo real para nuestras aflicciones, agravadas por la voraz pandemia orbital.
El onceno tricolor en competencia, despierta fervores y pasiones; los cotejos se disfrutan en familia o con amigos. Los buenos resultados, otorgan pasaporte expedito a las calles, en ruidosas caravanas, pitos, cánticos, murgas., agua, maizena y licor por horas y horas .- es la euforia del momento, como anestésico de corta duración para la fuga de las dolorosas realidades.
En toda la geografía patria, en cada encuentro, es obligación moral, vestir una de las camisetas del equipo nacional; todos los estamentos lo hacen con orgullo patriótico. Los malos gobiernos, los contaminantes políticos, las afugias, son recluídas en el más oscuro rincón de nuestros reblujos mentales; en estas fechas magnas, no proceden la infelicidad ni la amargura.
Los niños, desde temprana edad, se familiarizan, al igual que los adultos, con las imágenes de James, de Falcao, del Píbe Valderrama, de Higuita, de Asprilla y de todos los nuevos héroes de la fanaticada , motivos para el intento de imitarlos en el desarrollo de su ciclo vital. Los mayores, a su muy peculiar estilo, se identifican con esta particular idolatría sana, sin maldad ni perturbación ; técnicos y jugadores son prioridad insustituible para 50 millones de compatriotas de toda edad y condición.
Hasta en las selváticas moradas de los subversivos, cada partido es una vivencia ajena a la ilegalidad. En los lugares céntricos de servicio comercia, en las casetas comunales, pantallas gigantes convocan a los de a pié. Buses, taxis, particulares, centros de reclusión, se acompañan de las transmisiones radiales, tan emotivas como las visuales.
Si la adversidad se confabula con los malos resultados, se invierte la pirámide motivacional.- más dolor que ira.-más depresión que odio,-más confusión que aceptación.. son días de duelo, morigerados por excusas auto concebidas. Las emisoras y canales de TV, cubren pormenores de cada juego, sin que falten los papistas y sus cábalas agoreras, pero todos, en público o en secreto, solo vocean : es Colombia.. la respuesta adecuada a las consejas contenidas en un fardo alucinante de herencias indeseables. Atrás quedan los Garavito, los Tirofijo, los paracos, los narcos, los delincuentes de cuello duro, que sangran las arcas estatales.
Imposible ignorar la reciente parodia del general Zapateiro, comandante de el Ejército, quien se despachó públicamente, en contritos mensajes de dolor por la muerte del tenebroso sicario Popeye, ejecutor preferido por Escobar. El anverso, enseña glorias perennes en todas las manifestaciones del músculo; tatuajes en las cúspides europeas de nuestros ciclistas, honra y pres de la raza. Amazonas triunfadoras en sus actividades deportivas, como Mariana Pajón, Isabel Urrutia… Fabiola Zuluaga, las hermanas Raga, Clara Jjuliana Guerrero, la bicicrocista Silvana muñoz y un abundante acopio de interminables menciones.
Constituye esta alusión, un timbre de alerta para evitar, que el más valioso de nuestros activos morales y emocionales, se convierta en reserva de dominio, para beneficiar a los precursores de las agresiones y daños a nuestras más caras posesiones inmateriales, prioridad absoluta la Selección Colombia ,en la mira de los enemigos gratuitos, confabulados para privarnos del único solaz , en estas horas de angustia y desesperación..
Entre tanto, seguiremos liando bártulos en esta etapa final , con el alma en paz y el corazón en guerra.