La temporada vacacional de diciembre que se aproxima va a ser muy difícil para el Quindío, por la caída de las condiciones económicas del país, en primer término, pero también por los apremios de las vías regionales.
Las dos principales vías de acceso al más importante atractivo turístico, el Parque del Café, estarán con severos problemas. El primero de ellos es la lentitud de las obras de ampliación y pavimentación de la vía Pueblo Tapao-Montenegro, que es la ruta del Parque del Café. Hay sectores convertidos en verdaderas trochas, cuyos trabajos se deben acelerar. De lo contrario, los problemas serán muchos.
La otra vía, por Montenegro, la llamada calle 20 de este municipio, que enlaza a esta localidad con Quimbaya y con el Parque, será cerrada para vehículos de grandes, pero con restricción para carros pequeños. Esto puede ser muy traumático, pues esta vía es de por sí muy congestionada y será peor si hay cierres parciales como se anuncia.
De manera que se deben tomar todas las medidas pertinentes, tanto por parte del municipio de Montenegro, como del Instituto Nacional de Vías para que los traumas viales disminuyan en la temporada vacacional de diciembre y enero. Y, desde ahora, buscar cómo se aceleran los trabajos, entre Pueblo Tapao y Montenegro, para que esa alternativa vial pueda ofrecer una solución a lo que se nos puede venir si no se termina la obra.
También es calamitoso el estado de la vía Circasia-Montenegro, una ruta de mucha importancia turística, cada vez que todo el flujo vehicular que viene del norte: Risaralda, Caldas, Antioquia, pasa por esta ruta, con destino a los tres más importantes parques temáticos: Café, Panaca y Arrieros. Los reparcheos no son suficientes. Hace menos de un año que se hicieron, y ahora los huecos son más grandes que antes de esos reparcheos.
Una gran inversión en turismo por parte de los gobiernos debe ser el mantenimiento de las carreteras, tenerlas en condiciones óptimas. No hay necesidad de darle auxilio o plata a ningún empresario del turismo para promover su actividad, con que haya una infraestructura buena, adecuada, es suficiente. Infortunadamente, esto no es así en el Quindío.
Gobiernos anteriores se gastaron miles de millones de pesos de regalías, de cupos indicativos, de auxilios del gobierno, y esa plata no se vio invertida en el mejoramiento de la infraestructura, por ejemplo. Las carreteras secundarias y terciarias están en deplorables condiciones, y hacer turismo así es verdaderamente difícil.
Esperamos una intervención rápida del actual gobierno departamental, pues se nos vino la temporada vacacional de fin de año y año nuevo con un deterioro inmenso en nuestra red vial.