A estas alturas del partido los colombianos que nos logramos quitar la bolsa negra de la cabeza y que no nos dejamos llevar por los oscuros y tenebrosos inventos de los grupos políticos que han manejado el país como si esto fuera una novillada con enanos; estamos felices.
Contentos de ver punteando en la última encuesta presidencial a dos personajes inteligentes, con todas las capacidades de dirigir un país y alejados de toda la cochambre que a unos les da por las rodillas y que otros ya la tienen hasta la coronilla.
Pero lastimosamente esa felicidad se convertirá en desilusión, cuando el día de las elecciones salgan triunfantes los de siempre, y lo digo porque a cuatro meses de la primera vuelta, ya empezó a rondar de nuevo el miedo y el terrorismo de la cizaña y la mentira basada en que con un candidato de izquierda Colombia se convertirá en Venezuela, y eso empieza a generar un susto que finalmente se convierte en el voto que pondrá a ganar a los de siempre.
Que en este caso digamos que son el doctor Germán y el que dijo Uribe; y así me imagino su triunfo.
27 de mayo, 7:30 P.M. Sede Vargas Lleras:
Afuera de la sede del doctor Germán hay una flota de buses más grande que la de Rápido Tolima, la caravana del doctor no puede llegar al sitio, la aglomeración en la puerta de la sede es impresionante; lechona viene, lechona va.
La gente entra y los ubican en la parte de atrás del recinto, les pasan banderas de Cambio Radical, pitos y gaseosita; les ordenan que ninguno se puede ir para adelante, que los necesitan ahí para que hagan el mayor bulto posible.
Llega el doctor Germán, indispuesto con el gentío que no lo deja avanzar, es tanta la gente que todavía está en la puerta, y él sin disimular empieza a repartir coscorronazos, una avalancha de guardaespaldas lo lleva a la tarima, Vargas Lleras está desarreglado, con la camisa por fuera, pero contento; saca un cigarrillo y se fuma el pucho de la victoria.
27 de mayo 9:00 P.M. Sede Duque:
Una fiesta a punta de aguardiente y reggaeton y salsa choke se vive en las toldas uribistas. La música y el traguito fue exigencia del propio Uribe que dijo querer una celebración moderna. En primera fila vemos a Óscar Iván con cara de pocos amigos, bailando solo, pero al lado baila desenfrenado Pachito con la Cabal, que le grita como una loca a Paloma, que le pega en la cabeza con un cuadro de Uribe como si fuera el Espíritu Santo.
El candidato se sube a la tarima y al decir gracias Colombia, siente cómo el supremo doctor Uribe le quita el micrófono, lo apaga y de la nada saca un megáfono y se echa el discurso que todos queríamos escuchar.
27 de mayo 9:15 P.M. Sede Vargas Lleras:
El doctor Germán se despide hablando en tercera persona, como lo hizo en todo el discurso. Hay tanta gente que un guardaespaldas trata de sacarlo cargado como en la película ‘El Guardaespaldas’ pero él se emberraca y sale como alma que lleva el diablo; en la salida el doctor Lara trata de subirse con él a la camioneta pero Vargas Lleras le cierra la puerta en la cara, el doctor Lara no se aguanta la situación y arma un berrinche de Dios padre que resulta siendo el show de la noche.