“El miedo se mira de frente, se mira a los ojos, se vence cuando descubres y aceptes que sí, te da miedo, pero que aun así eres capaz de pisotearlo y salir adelante”.
Esta podría ser la primera frase de Iván Duque después de ganar sobrado la primera vuelta presidencial y derrotar el miedo de caer en el castrochavismo, pero no, esta alucinante frase se la acabo de leer a una bloguer colombiana en Instagram.
Esta bloguer publica la frase con una foto suya en vestido de baño, y en realidad me deja confundido porque no entiendo bien de qué miedo habla y a qué miedo mira a los ojos, enfrenta y vence; no sé si es el miedo al sol, o el miedo a la piscina honda, a quemarse la planta de los pies con la arena de la playa, o simplemente el miedo a las cosas normales de la vida, que particularmente ella enfrenta en vestido de baño.
Como la bloguera, todos tenemos miedos que enfrentamos a diario y cada uno lo hace a su manera, pero hoy en nuestro país hay un miedo que tenemos que enfrentar unidos por el bien de todos, de millones y ‘millonas’ de colombianos.
Un miedo que ronda por redes sociales, revistas, periódicos, programas de radio y televisión; como en las películas buenas de terror, este miedo es provocado por un señor bonachón, de pelo blanco y voz paciente que habita una gran y tenebrosa finca.
Un señor que debajo de su aparente nobleza esconde maldad, odios y avaricia; un personaje que como Anabelle la muñeca diabólica, perturba hasta la locura a todos lo que habitan su territorio, porque sabe que el miedo es el arma que desarticula cualquier forma de resistencia colectiva y conoce muy bien que ante el miedo, el ser humano reacciona reinterpretando la realidad inmediata, conduciéndolo hacia un cambio de conducta caracterizado por el apego irrestricto al orden instituido pero que puede llegar a convertirse en obediencia ciega.
Hoy en día el señor de cara bondadosa y sus lacayos imparten el miedo con unos grandes fantasmas llamados el castrochavismo, el populismo, las Farc, el socialismo y Petro; y entonces sueltan a estos fantasma en forma de post de redes sociales, y propaganda política que entra a las casas por debajo de las puertas, en anuncios de media página y asustan a los colombianos diciendo “ vote para que Colombia no sea otra Venezuela, vote Centro Democrático”, en post asustan diciendo que Petro es el Chávez colombiano, que es el candidato camuflado de las Farc y que si gana, las Farc manejarán el país, repiten y asustan en cada esquina con que el fantasma del castrochavismo se tomará nuestro país, y, qué miedo, en serio, porque si esto pasa, perderíamos nuestro privilegiado sistema de salud, pasarían muchos años para que vuelvan a construir autopistas y puentes con tecnología 4G como las que hay ahora, los ladrones saldrían a la calle a perturbar la paz en la que vivimos y lo más aterrador, dejaríamos de ser como nuestro hermano mellizo país de Suiza; es tan verraco el miedo que, en serio, ya muchos colombianos están realmente azarados, compatriotas como Natalia París a los que el miedo de convertirnos en otra Venezuela los tiene vueltos ‘chicuca’.
Pero desde acá quiero hacer un llamado a los quindianos y a los colombianos que no somos una Natalia París más, que no tragamos entero y que no nos dejamos asustar con falsos fantasmas; unidos en las urnas, ese día, sin ningún rezo y solo con nuestro voto, haremos que los sustos y el miedo desatado por el señor de la cara bondadosa, se queden para siempre en el pasado, solo guardados en las cabecitas de sus fieles lacayos.