Escuela y Sociedad

11 mayo 2021 11:21 pm

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Juan Fernández Cerón

EL QUÉ ESCUELA Y SOCIEDAD QUEREMOS, ESTA CLARO, PERO EL CÓMO NO APARECE, SE QUEDA EN RACIOCINIO, SIN ACTUAR.

Paulo Freire, en cartas a quien pretende enseñar, nos dice:

“El maestro es, necesariamente, militante político. Su tarea no se agota en la enseñanza de las matemáticas o de la geografía.

Su tarea exige un compromiso y una actitud en contra de las injusticias sociales. Luchar contra el mundo que los capaces organizan a su conveniencia y donde los menos capaces apenas sobreviven.

Donde las injustas estructuras de una sociedad perversa, empuja a los expulsados de la vida. El maestro debe caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales”

Se ha llegado no al fin, sino al inicio de las reflexiones para llevarlas a la experiencia actuando. Si cambia mi mundo, cambiará todo el mundo.

“Nadie Educa a Nadie, ni nadie se Educa solo, nos educamos en comunidad mediatizados por el mundo” P. Freire, esto es una realidad.

El concebir, orientar e interactuar con valores, con aprendizajes es manifestar que ya son producto de la experiencia en la cotidianidad, para superar o buscar los cambios, donde cada interrogante del sentido de vivir, toma su importancia.

Para llegar a entender que el factor humano, está por encima del aprender para una estadística o evaluación, esto es un ridículo aprendizaje de memoria, que solo conduce a un examen ridículo, que luego desordena la vida. Esto no hace sino utilizar el esfuerzo anquilosado en la vaguedad, reinando la mediocridad.

Este es el saber que deben ofrecer todas las disciplinas de conocimiento, formar para el buen vivir y no ser tormento de información. El hecho de aprender no debe encerrarse, cuadricularse. Todos en proceso formativo pedagógico somos estudiantes, maestros, investigadores, políticos.

El ser crítico, ético y moral es identificación de honestidad, con carácter humano desde uno mismo y del mundo, para ir creando con la práctica y la experiencia adquirida, e inferirlas en la sociedad pertinente en los diferentes contextos.

Esta autoformación crítica, ética y moral, es un proceso integral continuo y de momento de cada necesidad, de dignidad, de creación, de crítica, comunicación, ejemplo, conciencia de los actos para tomar decisiones y principalmente, ser protagonista y formalizar una relación como persona disciplinada y autónoma que demuestra la mejor forma de convivencia e interacción social, contribuyendo a buscar soluciones con cada intelecto participante.

Asimilar estas reflexiones sobre la conducta humana, sus normas que la orientan, es un camino que busca hacer mejores ciudadanos, profesionales, con conocimiento, ética y cívica participativa.

En la vida aprendí, que a la gente le disgusta que le digan la verdad, prefieren el engaño. Se es amigo de alguien, si le guardamos y ocultamos sus errores, ¿Será eso ser padre, madre, hijo, maestro, estudiante, persona, amigo? NO, se lo está engañando, se lo engrandece, se lo aplaude, se lo adula, se le hace creer que es superior, perfecto, honesto por interés, por orgullo inconsciente, tapando toda la verdad. A las personas, al poder, al autoritarismo, al mal ejemplo, a la corrupción hay que decirles la verdad, pero no verdad disfrazada de mentira.

Recordemos que la ética y todas las disciplinas no son para dictarlas estilo repetición teórica, estilo clase. El profesor dictador de clases repetidoras, está mandado a recoger, en el ser humano, predomina la esencia del saber y rebasa el aprender memorístico para una evaluación.

La escuela, el maestro, el estudiante, familia, sociedad que necesitamos, deben ser críticos, reflexivos, de conciencia creadora. Este es el aprender, aprehender, desaprender y reaprender que se debe ofrecer en toda clase de educación y de ciencia, es decir formar para el buen vivir y no ser tormento de medición.

El hecho de aprender no debe encerrarse, cuadricularse. Todos somos maestros, filósofos, políticos. Una cosa es la escuela y otra la vida donde no existen notas, pero se debe ir construyendo experiencia, formación integral, crear talentos, cerebros.

Experiencia no es solo teoría, es como creer que se quita el hambre solo mirando el menú. Experiencia no es facilismo repetitivo, sin comprensión. Salir de la repetición teórica es introducirnos en la creatividad, la innovación, la práctica participativa, no un facilismo, sino buscando solución.

La experiencia no deshecha la imaginación, al contrario, la forma, la educa, la orienta y mira senderos, ayuda a derrotar la mediocridad, la experiencia organiza la imaginación y el pensar, rompe barreras, nos hace reflexivos, críticos, creativos.

Finalmente, ojalá, que este sueño se pueda lograr y actuar para el cambio. Hoy todos somos sensibles a los antivalores. Si somos conscientes de nosotros mismos, nos protegemos y protegemos el medio, y, gozar de su paisaje natural que se está terminando aceleradamente.

Para nosotros como adultos y padres nos da pesar, que nuestros nietos, no puedan disfrutar de la belleza maravillosa de la naturaleza.

Es inhumano dejarles ríos envenenados y paisajes desbastados por falta de consciencia humana, remplazada por el tener económico, que ha convertido el paisaje bello, en paisaje de muerte.

Una concepción personal real de vida, de mi mundo y del mundo, no solo es imaginarla, sino comprenderla y aprender a quererla.

Espero encontremos la semilla como germen de creación y la cultivemos para que germine el fruto de vida, para la vida y dejar huella de vida para los que siguen viviendo, como hombres que dejan huella, que aman lo que hacen, enseñan con el ejemplo, alimentan su inteligencia, son humildes de corazón, piensan fuerte sin pisar a los demás, honestos, dignos, llegan más allá de lo que se proponen, son soñadores, aman la vida, la ciencia y crean un mundo feliz.

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