Por Jhon Jairo Hernández
El reino de las mentiras
Unos de los grandes problemas de Colombia es que quitaron las clases de historia de los currículos educativos de los colegios públicos, y es por ello que, varias generaciones crecieron sin saber que ha pasado en el país a lo largo de varias décadas, y esto ha hecho que se facilite para los grupos de poder, usar medios de comunicación como verdaderas armas corporativas que terminan por convertirse en lobistas de los intereses de los sectores económicos, medios que en vez de informar, difunden es propaganda, y que logran pervertir el sentido de una palabra de tal forma, que le hacen creer a la opinión publica algo que nunca se dijo.
Ese ha sido el caso de la historia del actual presidente de la república, Gustavo Francisco Petro, el cual, en sus años de juventud, lucho del lado del M19, entre todas las mentiras que se cuentan a diario, se dice que Petro es comunista y quiere llevar el país a la estatización, algo completamente falso. En primer lugar, porque el M19 fue una guerrilla fundada en su mayoría por militares, sus hijos y un sector demócrata que estaba articulado en lo que se llamó la alianza Nacional Popular -ANAPO-, este grupo armado insurgente, tuvo su origen, después de que el 19 de abril de 1970, le robaran las elecciones al general (r) Gustavo Rojas Pinilla, un militar nacionalista, el cual había gobernado el país entre 1953-1957, después de un golpe de estado orquestado por elites conservadoras y liberales, los cuales buscaban controlar el movimiento agrario armado comunista y parar la ola de violencia que se había desatado, desde que el 9 de abril de 1948 había sido asesinado el caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán.
Es entonces a partir de todos estos antecedentes que el M19 siempre fue visto con desprecio por otras guerrillas, e incluso hubo fuertes combates en varias zonas del país entre esta guerrilla Bolivariana y las FARC y el ELN, estas dos últimas con un marcado origen ideológico imbuidos por el contexto de la guerra fría, que enfrento varias décadas a los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas soviéticas –URSS-, eran los tiempos del choque entre dos proyectos antagónicos que aunque nunca tuvieron una confrontación militar directa, si chocaron militarmente usando terceros, y es en ese contexto, que nacen tanto las FARC y el ELN entre los años 50 y 60 en Colombia.
Por tanto, resulta hilarante, y una desfachatez, el afirmar que el presidente, Petro es un comunista, ya que su origen ideológico fue otro, eran tantas las diferencias entre las guerrillas, que cuando en la década de los 80, se crea la coordinadora guerrillera Simón Bolívar, buscando avanzar en los diálogos de paz con Belisario Betancourt, al final solo el M19, el Quintín Lame y el Partido Revolucionario del Trabajo EPL, se acogieron a la amnistía que decreto Virgilio Barco. Producto de ese proceso de paz, tomo fuerza una Asamblea Nacional Constituyente, proceso del cual cual surge la actual Constitución Política de 1991.
Quienes conocen la historia de Gustavo Petro, saben que en varias ocasiones las FARC planearon asesinarlo, en vista de que lo consideraban una agente de la CIA, era para ellos; también un traidor a la causa popular, ya que sus ideas no encajaban en la visión de revolución agraria y obrera que tenía esta guerrilla en la cabeza, algo de lo que despertaron cuando producto de diferentes reveses militares, confirmaron la tesis que ya había planteado Fidel Castro en su libro titulado “La Paz en Colombia”, este líder de la revolución Cubana, en este texto, ya había explicado por qué era imposible una victoria militar de las guerrillas en el país; todos estos hechos los llevo a una negociación de paz con el presidente Juan Manuel Santos, durante su segundo periodo de gobierno.
Para Petro llegar a ser presidente antes tuvo que derrotar a los sectores más dogmáticos de la izquierda colombiana, los cuales se habían quedado anclados a los años 60 y 70, y parecían haber convertido en dogmas sus postulados políticos, considerando que eran la vanguardia de la lucha social y política, (los custodios de la verdad), eso le genero choques durante su militancia en el PDA con el sector político del –MOIR- liderado por Jorge Enrique Robledo y luego con el Partido Comunista Colombiano –PCC-, que entonces trabajaba de la mano con Carlos Gaviria Días, y que apoyo a Petro en su campaña presidencial del polo en 2010 a regañadientes, cuando este enfrento a Juan Manuel Santos, en su primera elección presidencial.
Con el paso del tiempo, la desconfianza con Petro creció de parte de estos sectores, ya que este lidero, junto al Conseja Carlos De Roux, las denuncias, en contra del entonces alcalde de Bogotá del PDA, Samuel Moreno Rojas y su hermano Iván Moreno, por estos, liderar “el cartel de la contratación en Bogotá”, hecho que le genero a Petro una enemistad que se mantiene hasta hoy con el ex senador Robledo, y que también daño su relación con el PCC. Lo que sucedió después fue algo inédito y es que Petro, se lanzó a la alcaldía de Bogotá y gano, el segundo cargo de importancia nacional el 30 de octubre de 2011.
Esto fue posible, por medio un movimiento político que se denominó “Bogotá Humana”, este era un proyecto imbuido en las ideas de la Comisión Económica Para América Latina – CEPAL-, y fue durante esta alcaldía que Petro, conoció lo que era enfrentar lo que Ferdinand de Lasalle clasifico como “los factores reales de poder”, estos fueron los tiempos, en que fue sometido a constantes ataques desde la Contraloría General de la Nación y luego vino la destitución de un inquisidor que en ese momento estaba en cabeza de la Procuraduría General de la Nación, el cual usando el poder del bolígrafo lo saco del cargo, y así comenzaron las protestas con los históricos discursos en el balcón del Palacio de Liévano, que mostraron un Petro, aguerrido y valiente, que con el respaldo de la ciudadanía Bogotana, enfrento la conspiración para sacarlo del cargo.
Posteriormente vinieron las elecciones de reelección de Santos en 2014, y como el país se enfrentaba al regreso del uribismo en cabeza de Zuluaga, fue Gustavo Petro el primer dirigente político de la izquierda que decidió apoyar a Santos, esto a pesar de que este le había dado un cheque chimbo para construir el metro de Bogotá, y conspiro en su contra para sacarlo del cargo de alcalde mayor del distrito capital, y a pesar de todos estos antecedentes, Petro, no dudo en apoyar su reelección, a la que luego se sumaron las izquierdas, a través de lo que se denominó el Frente Amplio por la Paz. Y es que la única razón por la cual se justificaba apoyar esa reelección, era defender el naciente dialogo de paz con las FARC EP, para poner fin a la guerra que se tenía desde hace más de 60 años con esa guerrilla, la razón era simple, para las dos partes, estaba demostrado que militarmente ellos no podrían ganar el poder y que el estado duraría varios años en aniquilarla militarmente, por tanto, el camino era la negociación.
El origen de la desconfianza
Con estos antecedentes ya se puede entender de parte del lector, porque el actual presidente de la república, no confía ciento por ciento en la elite colombiana, en varios periodos de nuestra historia republicana, han recurrido a la traición, han firmado acuerdos que no cumplen, e incluso han asesinado a los líderes que han pasado de la lucha armada a la política; como sucedió en los años 90 con Carlos Pizarro León Gomes, por citar solo uno de los múltiples casos, que muestran cuál ha sido su proceder, cuando el pueblo reclama reformas sociales y políticas.
Al llegar a la presidencia en 2022 después dos intentos, Gustavo Petro, hizo un llamado a la paz total, al diálogo nacional, donde al parecer las elites nacionales y sub nacionales, aceptaron el camino de abrir paso a las reformas postergadas hace décadas en Colombia, las cuales incluían entre otras: modernizar el campo, garantizar los derechos fundamentales, cambiar el enfoque de lucha contra las drogas, pasando de perseguir al campesino, a atacar el circuito que obtiene el mayor margen de ganancia del negocio del tráfico de cocaína. Así parecía, se abría el camino, para superar décadas de autoritarismos sub nacionales, donde clanes políticos regionales, iban a permitir la apertura democrática, sin embargo; hubo un exceso de optimismo y eso no paso como se pensaba.
Aunque el presidente Petro, hizo reuniones con los representantes del latifundismo hacendatario y los presidentes de los partidos tradicionales: Liberal, Conservador, Partido de la U. Los cuales incluso hicieron parte de la coalición de gobierno por unos meses, estos comenzaron a levantarse de la mesa gobiernista, cuando empezaron a ver con preocupación que venían las reformas que el presidente le prometió al pueblo colombiano en campaña. Para ellos era inadmisible que se tocara el negocio de la salud, de pensiones, y mucho menos se dignificara el mundo del trabajo, ya que; habían vendido la historia de que la ganancia del empresario dependen de pagar bajos salarios al trabajador, “el llamado salario de bronce”, el cual consiste en mantener al empleado con los mínimos recursos para su subsistencia, revisando esto con lógica tenía sentido, desde la perspectiva de ellos, ya que un trabajador mal pago, vive presa de las deudas y la preocupación. Y alguien en esas condiciones no tiene tiempo para pensar, escasamente tiene espacio para el ocio los sábados y domingos, tomarse unos tragos con amigos o familiares y volver de nuevo el lunes a cumplir con la jornada laboral.
De esta forma el país empezó a entender, que las reformas no se han hecho, no porque sean malas, sino todo lo contrario, es que afectan intereses, de una serie de clanes políticos que han convertido la pobreza y la miseria en la moneda de cambio, usada para ganar elección tras elección. Lo primero que hacen es elegir por medio de clientelas electorales a representantes a la cámara y senadores, luego usar esos apoyos para que les nombren fiscales amigos, contralores departamentales y procuradores y de esta forma blindarse jurídicamente a todos los niveles. Y luego lanzar sus candidatos a gobernaciones, alcaldías, concejos y asambleas, así ellos ponen a quienes quieren y garantizan que defiendan sus intereses desde los cargos de elección popular.
Vamos hacia la batalla de ideas
La realidad hoy, es que la tregua con la derecha de abrazos y fotos con sonrisas, se ha terminado, y no es porque ellos no entiendan la situación, sino que saben que con las reformas perderán su electorado, construido a partir de la necesidad permanente de la población, por eso para ellos y sus familias es inconcebible y no resulta casual entonces, que fue después de la cumbre de gobernadores donde invitaron al presidente Petro al Quindío, que salió el ataque para mellar su imagen usando el escudo nacional, para lanzar un mensaje de que; en el país se había perdido el orden y la seguridad, se les había olvidado a los gobernadores, que fue en el gobierno de Duque que una organización criminal transnacional, paro doce departamentos en la ante sala de las elecciones presidenciales de 2022.
El concepto de golpe blando, aunque lo niegue Jaramillo, lo plantea Gene Sharp en su libro titulado “De la dictadura a la democracia”, el cual se basa, en, usar la propagación de noticias falsas – Fake News- utilizando los medios de comunicación como armas corporativas, con el objeto de generar una percepción negativa ante la opinión pública de la imagen del gobierno, generando una agenda setting, donde se demoniza 24 horas al día toda propuesta de reforma del presidente, se maximiza todo problema, haciendo que la gente se llene de miedo y sean ellos mismos los que se opongan a liberarse de sus cadenas, decía Seneca “El peor esclavo es el voluntario, ya que las cadenas que lo oprimen no son físicas sino mentales”.
El gobierno hoy tiene grandes retos, uno de ellos es socializar masivamente las reformas con el pueblo colombiano, pero esto no se ha podido hacer, ya que hasta hace poco se nombró a la actriz, Norida Rodríguez, como la directora de la RTVC (Sistema Público de Radio y Televisión del país), hecho que ha permitido a los conglomerados económicos dueños de la mayoría de medios de comunicación, impongan una matriz de opinión desfavorable al gobierno, no es coincidencia, que desde las 5:00 am por todas las emisoras privadas, estén atacando la reforma a la salud, usando la psicopolítica; donde demonizan a la persona para inutilizar sus argumentos.
No se puede ignorar el hecho de que por medio de una estrategia de desinformación en Chile se perdió la constituyente recientemente, y que usando el modelo de Fake News la derecha gano el plebiscito contra los acuerdos de paz en 2016, lo mismo sucedió en Reino Unido con el triunfo del Brexit, donde compañías como Cambridge Analítica, usando el Big Data, lograron convencer a los que nunca votaban de sumarse en contra de la integración con la UE.
Ya todo esto lo estudio el lingüista Noam Chomsky en sus diez reglas de la manipulación, las cuales constituyen en un recordatorio a los líderes políticos del Pacto Histórico, para que sean conscientes de a que se enfrentan; ¡no es el momento de comer tortas y ponqués¡, ni sentarse a manteles con los que quieren destruir el proyecto del gobierno, no pueden caer en los cantos de sirena de los que representan lo que Vilma Franco denomino “El bloque contra insurgente de ´poder”.
Hoy las discusiones del Pacto Histórico no pueden basarse en presupuestos ideológicos de los años 60, 70 y 80, y menos caer en eso de priorizar la agenda de la izquierda de las identidades, perdiendo la perspectiva de que lo trascendental para el gobierno es aprobar las reformas: a la salud, educación, pensiones y laboral.
El éxito en las elecciones de 2023 dependerá de la demostración al ciudadano de que hay una evidencia del cambio en su vida cotidiana, y a pesar de lo que dice la gran prensa, ellos puedan ver con sus propios ojos, que la realidad les muestra lo contrario, para ello se requiere, una dirigencia calificada tanto intelectualmente, como en lo administrativo en cuestiones de gobierno, que sea capaz de hacer digerible lo complejo, apelen entonces al poder de la simplificación, donde se dice en términos de marketing “menos siempre es más”.
Esta es la segunda revolución en marcha
Entre 1934-1938 el presidente liberal Alfonso López Pumarejo, intento modernizar el campo colombiano, poniendo al país a tono con reformas que ya venía haciendo en estados unidos, el presidente, Franklin Delano Roosevelt denominadas como el “New Dell”, frente a este intento reformista, la respuesta de la elite conservadora y del latifundio fue brutal, se opusieron de todas las formas posibles, atacaron al gobierno, lo debilitaron, y obligaron prácticamente al presidente a desistir.
Pasaron varias décadas hasta que de nuevo llego un verdadero liberal al gobierno, y este intentara hacer otra vez, las reformas postergadas, incluyendo temas nuevos en la agenda tales como: adaptación al cambio climático, transición energética. Sin embargo, de nuevo como si se tratara de un bucle en el tiempo, aparecen desde las cavernas, el laureanismo, los herederos de las ideas de la Familia, Tradición y Propiedad, el Opus Dei, el Levfervismo, para lanzar diatribas, en contra de unas reformas que contienen un espíritu liberal, apelando al viejo modelo de la satanización, tildando de comunista toda propuesta cambio.
Evidentemente la situación no es fácil, y cada día el presidente se juega su destino, por eso debe sortear como un capitán de barco experimentado, una mar embravecida, timoneando hábilmente con apoyo de la tripulación, para llevar la barca a buen puerto, ahora que la tormenta arrecia, y que las elites del pasado con otros nombres, pero con los mismos apellidos, están decididas a mantener al país en el atraso, y no aceptan que el pueblo acceda a los derechos, que en cualquier sociedad capitalista moderna no estarían en discusión.
Se ha roto la coalición de gobierno, los presidentes de los partidos Liberal, Conservador, Partido de la U, estos, han decidido oponerse a las reformas, que buscan sacar los derechos de las lógicas del mercado, ya que está demostrado por nuevas ideas económicas, como las de Mariana Mazzucato, profesora de la prestigiosa escuela de negocios de Londres: “siempre se ha pensado de parte de la izquierda en redistribuir la riqueza, sin embargo; hoy de lo que se trata es de crearla. Y para ello se requiere un estado robusto, donde la economía sea planificada y no todo se deje a los vaivenes del mercado”.
Sin duda como dijo el presidente en su última entrevista que le hizo la directora del periódico el País de España, “El cambio es más difícil de lo que pensábamos”, y esto es producto de que Colombia tiene una modernización postergada, y aún persisten, muchos elementos de una sociedad semi feudal, en la cual, aún no se han concretado derechos que en Europa hoy son innegables, y es por eso que, en todas sus salidas a esos países, termina aplaudido como sucedió en el parlamento español.
Hoy Colombia tiene un presidente que es escuchado como una autoridad en el mundo, ya que más que un político de oficio, es lo que el sociólogo Max Weber denomino como “un político científico”, esto se lo ha dado su enorme capacidad de análisis, y su amor por los libros, en un país que tiene el nivel de lectura según cifras de la OCDE de 1.7 libros al año, lo que pone a Colombia como uno de los países que menos lee en el continente y en el mundo. Y es innegable que el conocimiento esta es en los libros, estas son las puertas que abren el mundo del saber a los mortales, ha sido por eso que los regímenes totalitarios de todo tipo, lo primero que hacen cuando llegan al gobierno, es iniciar con la quema de libros.
El reto no es cualquiera, se busca llevar a Colombia a los debates del siglo XXI, con instituciones diseñadas para el siglo XX, las cuales son centralistas, hechas para que el estado sea ineficiente, donde el gasto público social se hace por medio de la intermediación de los políticos, donde elites regionales usufructúan el gobierno, para mantener sus regiones en el atraso social y económico y así garantizar su poder por los siglos de los siglos.
De nuevo entonces toman vigencia las palabras de nuestro padre libertador, el cual vivió la persecución de elites criollas, que buscaban la independencia del yugo español, solo para ellos remplazarlos y quedarse con sus privilegios, algo como un cambio de amos, para que los negros sigan siendo esclavos, los indígenas personas de segunda, y el pueblo, simplemente este en calidad de servidumbre de quienes ostentan los apellidos, eso para nada es una democracia, como tanto cacarean los voceros de la oligarquía, un régimen de privilegios de este tipo, dista de lo que debe ser una república, es por eso que de nuevo se levanta la espada de Bolívar sobre los rostros de los herederos del pensamiento santaderista, para decir:
“¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poderoso!
Simón Bolívar