La cerilla que enciende la pradera

6 junio 2024 4:08 am

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El hambre, siempre es algo, que les pasa a los otros, nunca a nosotros. “Martin Caparros

 

 

Jhon Jairo Hernández Montilla

Colombia, piensa que es un país desarrollado, su elite, mira con desdén a los países del continente latinoamericano, sin embargo, al revisar, se vive desde hace siglos una modernidad postergada. Solo basta mirar al campo, y observar que, en muchos departamentos, incluido el Quindío, la gente del sector rural carece de elementos tan básicos, como agua potable. El productor agrario no tiene acceso a créditos para compra de maquinaria, y lo peor, en pleno siglo XXI, no cuenta con centrales de acopio en los municipios, lo cual les permita, almacenar sus productos, mientras llegan al comprador final. 

Uno de los grandes problemas del Colombia, es que la economía campesina se ha homogeneizado, ya no se cultiva ni para el propio consumo, las grandes extensiones de tierra de uso agrícola del país, están sembradas con monocultivos (los llamados desiertos verdes). Lo que ha desaparecido la producción de alimentos de pan coger, base de la canasta agroalimentaria de la población que vive en el campo. A su vez, está el problema de los altos precios de los fertilizantes importados, los cuales, tienen precios volátiles.  

La mayoría de las galerías municipales han desaparecido, y las que se mantienen, son lugares precarizados, producto del abandono estatal. Esto se debe a varios factores: uno de ellos, es la intención de alcaldes y gobernadores de convertirlas en centros comerciales, lo que muestra el desconocimiento de los mandatarios, acerca de la importancia de estos lugares, como punto de encuentro entre el campo y la ciudad.

El problema del hambre es algo que se ignora adrede por los gobernantes del departamento, no existen políticas públicas para atacar este flagelo, se olvidaron que uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, (ODS) es Hambre Cero, acuerdo que se comprometió Colombia a cumplir a 2030.

Los comedores comunitarios prácticamente han desaparecido, el que único que funciona en Armenia, existe, por el trabajo que realiza la Pastoral Social, con el apoyo de la Diócesis, esto debido a que la iglesia católica, aún tiene parte de la doctrina social establecida en el Vaticano II, desde la cual, se reconoce la obligación de la ayuda a los pobres.

Chiquitos pero pinchados

Las elites semi feudales del Quindío, lo han vendido al resto del país, como un paraíso turístico, y tal parece que esto se lo ha creído el actual gobierno, la casta política, se ha olvidado de la realidad que vive su gente, donde basta ir a una plaza de cualquier pueblo, para estrellarse con la realidad, los parques se han convertido en escenarios de la precariedad, la gente se rebusca con lo que puede, buscando obtener unas monedas. 

Cuando en los hogares populares uno de los miembros del grupo familiar pierde el empleo, se ve arrastrado a migrar a la economía informal (el llamado rebusque), que ahora, por cuenta de los tecnócratas, llaman “emprendimiento”, un simple juego de palabras, para ocultar la realidad social. De la misma forma, ya no se llama a la gente que vive en la calle como indigente (grado máximo de pobreza), sino habitante de calle y en calle, como si por una suerte de palabras, las condiciones de vida cambiaran.

Desde que Gustavo Petro llegó a la presidencia de Colombia, su discurso principal, fue el de atender los problemas sociales, salir de los palacios fríos de la aristocracia Bogotana, y así, ocuparse de llevar la justicia social a los más débiles. Esos, para los que el estado solo ha sido un gran Leviatán que demanda obediencia a la ley y se impone por la fuerza.

Petro, prometió combatir el hambre en todo el país, y para ello, destacó a su más fiel alfil, Gustavo Bolívar, nombrándolo como director de Prosperidad Social, una institución que cuenta con un presupuesto de más de 11 billones de pesos, que tiene la tarea de atender la población más pobre del país, por medio de una serie de programas sociales.

El hambre no es un asunto de poca monta, el mismo Napoleón, decía; “los ejércitos cabalgan sobre sus estómagos”., palabras claras, y es que, en la guerra, el suministro de alimentos a las tropas en el frente de batalla, resulta algo crucial, tanto, que, en las guerras antiguas, en las brutales campañas de asedio de las ciudades estado, al evitar que llegaran suministros al enemigo, hacía que tarde o temprano se rompieran sus líneas de defensa.

Parte del odio que tienen los irlandeses en contra de los ingleses, se dio porque en los tiempos de la peor hambruna que vivió ese pueblo, la monarquía inglesa, no tuvo problema en dejarlos morir de hambre, y entonces, ante una decisión de ese tipo, la pradera se encendió por varios siglos, producto de la ira de cientos de jóvenes que vieron morir a sus familiares por la indolencia de la monarquía.

 “A finales de 1845, una terrible plaga destruyó las plantaciones de patata de la isla en cuestión de semanas. La economía de las familias se desplomó, lo que, unido a la falta de ayuda por parte de Inglaterra, provocó la muerte de un millón de personas y la emigración de otro millón”.

Aunque venden al Quindío como, “Rico, Joven y Poderoso”, la realidad es que se vive en los tiempos de Víctor Hugo, nada retrata mejor la situación de la gente de esta comarca que antes fue un departamento, como es la novela de los Miserables, en esta se cuenta la vida de Jan Valjan, un hombre que sufre una larga condena de cárcel, por haberse robado un pan, la otra protagonista es Fantina, que trabaja en una fábrica propiedad del señor Magdalena, ella es madre Cossette, y como no puede cuidarla, la entrega a familia Thernardier, sin embargo, la niña sufre malos tratos y es convertida en empleada doméstica.

Un tremendo movilizador social, es el hambre, cuando un pueblo es llevado a la angustia, solo le queda una opción, y la historia, ha demostrado, que cuando se desata la ira que genera el hambre, se derrumban los zares, las zarinas, los reyes y las reinas con sus cortes de adulancia.

La caída de Nicolás II, se dio principalmente, porque ignoro desde su palacio, las necesidades del pueblo, que pasaba hambre, acostumbrado a vivir en el privilegio, cuando la gente reclamo comida, este envió los cosacos para aplastar con la espada el reclamo de los hambrientos, en ese momento el pueblo ruso, supo que el padrecito zar era “un tirano”. Sin saberlo, el zar, había sembrado la semilla de su propia destrucción y unos años después, seria arrasado por completo el régimen zarista.

La clase política del departamento parece que no lee historia, y aunque muchos se creen europeos, por que viajan al viejo continente constantemente, (con la plata que se robaron de las arcas públicas), es bueno recordar lo que dijo Julio Casanova en su libro, Una violencia indómita, “Después de la Segunda Guerra Mundial, la herencia, la distinción por el nacimiento, significarían muy poco en el poder, los hijos de los aristócratas estaban heridos o muertos, sus hijas se vieron forzadas a ser solteronas o casarse con plebeyos, sus propiedades estaban en ruinas por la destrucción, revolución o los impuestos”.

A pesar de las promesas, el gobierno del cambio no ha llegado al Quindío, aún sigue el mismo modelo donde vienen los ministros a reunirse con los grupos de poder, para prometer obras de infraestructura, puentes, construcción de nuevos pabellones en las cárceles, fortalecimiento del turismo, pero nada, de políticas sociales, de esas que tanto habla el presidente en cada uno de sus discursos, pareciera que al pueblo solo le toca eso, mientras que para los de siempre son los recursos del estado. 

Gobernar es hacer que las cosas pasen, decía el ex presidente Juan Manuel Santos en una entrevista en Canal Capital, y como plantea el politólogo Robert Alan Dahl, “el poder político es esencialmente el poder de tomar decisiones. O, si se quiere, la capacidad de que las instituciones públicas asuman las opciones que uno desea”.

Es importante que el señor del Palacio de Nariño, comprenda que el pueblo le dio un voto de confianza esperando unos resultados, no se eligió un monarca, sino un presidente de la república, que dijo iba a defender los derechos de los débiles, por ello deben corregir el camino, no es por medio de discursos grandilocuentes de tipo mesiánico, como se resuelven los problemas de la gente. No cometan el error de pensar que con el pan y el circo van a gobernar esta vez, recuerden lo que le paso a Cómodo, cuando por poner a un incapaz como guardián, de las reservas de grano en Roma, como Cleandro, provoco una hambruna, y luego la ola de indignación de la gente, hizo caer primero al inútil de Cleandro y luego le siguió el hedonista de Cómodo.

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