Empieza un nuevo año y me siento con esperanza. Veo más que nunca que el común de la gente se siente harta de lo que pasa en nuestro mundo. Y no es que pasen cosas más atroces que antes, es la inmediatez de las redes que nos hace partícipe casi en primera persona del panorama mundial. Con esta herramienta podemos filtrar aquello que nos identifica o gusta. Como pasa acá con la cultura local. Grave error
Cuando hablo de cultura, no solo hablo de las artes. Es el conjunto de todo aquello que nos identifica, lo que crea pertenencia y orgullo. Cultura que no tenemos, que cada día perdemos.
Localmente estamos avasallados por administraciones que continúan con ese filtro arcaico de la concepción de las artes y la identidad, y el clientelismo vulgar. En Armenia cada acto de renovación urbana a través del arte, solo ha dejado a nuestra ciudad llena de más de lo mismo por los mismos, así como de esculturas comisionadas sin licitación y de precario valor estético. (Como si no tuviéramos una cantidad de talento humano mejor capacitado) ¡Por favor! Qué tanta inteligencia se necesita para llamar a los ciudadanos más capacitados y curar el arte urbano. (Pero es que así, con inteligencia y amor por la ciudad, no se le puede meter mano al erario).
Y es que no solo estamos con décadas de atraso con respecto al panorama cultural nacional, de por sí ya viciado y elitista, estamos atrasados en cuanto a todo concepto de arte. La ignorancia corre suprema por los pasillos de la gobernación y la alcaldía, que perpetúan los clichés, que hasta el cansancio nos repiten.
Y nos damos cuenta que la gente ya no saluda, que las calles se tornaron intransitables, entre basura y vendedores ambulantes. Ya no hay fuentes en los parques, que la iglesia que alguna vez tuvo bellos espejos de agua y saludables palmas, ahora languidece en la desidia (porque ni las palmas son capaces de plantar)
La cultura que se nos impuso, fue la del dinero fácil, la del chance o la lotería, la de admirar al traqueto y al pillo, la de permitir el sistemático saqueo de nuestros recursos y la compra de conciencias.
Por eso estamos como estamos. Con el agravante que cuando hablo de cultura eso incluye al paisaje cultural cafetero, a nuestros bosques, a nuestras fuentes hídricas, a nuestra vida. ¿Y por qué con agravante? Porque no nos informan sobre el verdadero estado de nuestros recursos hídricos, contaminados con mercurio, cuatro patógenos cancerígenos, Escherichia coli, entre otros. Que salvajemente cultivan aguacate Hass en el Valle del Cocora al lado de la palma de cera, arriesgando su supervivencia y derramando pesticidas. El hecho de que estos negocios vengan de la gobernación y sus allegados son motivo de alarma y vergüenza. Después de la penosa administración pasada vimos como la justicia fue ciega, y aunque investigada, la ex gobernadora continua en campaña política blanqueando su imagen. La visceral reacción de los armenios no se hizo esperar. Así como el derroche económico por parte de la ex alcaldesa (también en campaña mostrando la aceitada maquinaria carrielista) que puso a despegar a Armenia hasta que aterrizó en Pereira con toda la platica de la valorización (otro atraco más, ya que no se harán todas las obras que se cobraron).
Me siento con esperanza, porque veo que la gente quiere un cambio. Necesitamos un senador quindiano YA. No más Cotrinos, no más Serpas. Vote a conciencia , no venda su futuro, que nosotros seamos el cambio que deseamos para nuestra tierra.
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