Cambiar

7 febrero 2018 8:59 pm
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Lo único cierto en la vida de los seres humanos es el cambio. Mi experiencia propia, ha sido la de la reinvención constante.

Siempre me sentí universal y mutante.

En mi niñez tuve imágenes de vidas pasadas, que la gente confundía con coloridos cuentos. Claramente tuve visiones de países y culturas ajenas y lejanas. Sentí afinidad con las artes, las religiones y las ciencias ocultas, los idiomas fueron segunda naturaleza para mí. Al igual que con mi sexualidad el proceso de aprendizaje, fue y es, maravilloso y doloroso.

Todos seguimos un ejemplo.

Tuve la fortuna de crecer con una mamá ultramoderna, espiritual y mística, llena de valores éticos, mucha disciplina y una visión progresista del mundo. Ella me brindó las herramientas para poder sobrevivir con dignidad en el mundo y transformar las circunstancias a mi beneficio. Le agradezco a mi madre cada día por el hombre que soy.

Es importante tener un eje moral.

Es importante ser un humano integral.

Todos tenemos varias misiones en la vida, principalmente ser feliz, pero también aportar a la comunidad. Ser parte productiva de la sociedad y usar nuestros conocimientos para el desarrollo de la misma. Especialmente en nuestra región que ha sido tan duramente golpeada por la corrupción y la desidia. Donde la mayor víctima es nuestra gente.

Es momento de un recambio generacional. Nuestra cultura sufre por la falta de oportunidades, la falta de gestión y la ignorancia. Somos pocos los que podemos libremente crear sin pensar en nuestro sustento.

El arte es un catalizador, el arte lo permea todo, es tan omnipresente que nos olvidamos que existe. Y es por esta misma razón que la delicada fábrica del tejido social se descompone, se nos olvidó quienes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.

Ya no tenemos pertenencia.

Ya perdimos la vergüenza.

Impotentes ante la avaricia y el robo, la decencia paso a ser una virtud perdida. Un escándalo tapa otro.

Y todo se olvida.

Y el saqueo continúa.

Los que nos atrevemos a cuestionar el statu quo, somos amenazados. Porque el terror y el miedo son la herramientas predilectas de los que nos tomaron rehenes.

Miedo al hambre y terror a la pobreza, pues es así, como los que manejan nuestro bolsillo dominan al pueblo.

Tengo la seguridad, que los de humanos ataviados en avatares de falso civismo y decencia, serán juzgados.

Yo creo en el karma.

Yo creo en un futuro mejor.

Creo en el poder de uno, en el poder del colectivo, en el poder de la verdad.

Aprendamos de la historia reciente.

Exgobernadoras y exalcaldesas, llamadas a la justicia, que utilizarán su poder- efímero- para dilatar y quizás nunca pagar por sus delitos. Una historia llena de nada, de odios y egoísmos. Donde aquellos llamados a rescatarnos, a darnos la “cura”, resultaron igual y peor.

Y el Quindío en la olla.

Vote a conciencia.

Vote por un cambio. Yo sé que es difícil. En este pequeño pedazo de paraíso-infierno, en que se ha convertido nuestra tierra, es fácil perder la esperanza.

No la pierda.

Los invito a que visiten el Maqui, donde podrán apreciar obras de los más importantes artistas nacionales y mi regalo al museo, la obra Luto. Mil gracias a la increíble labor de María Cristina Mejía y Ramón Manrique-Boeppler.

Juntos podemos hacer la diferencia.

Facebook: mayo mejía Instagram@mejiamayo www.mayomejia.com

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