Mi última exposición en Colombia fue en la sala de arte del Colombo-Americano de Manizales, me sorprendió la gran afluencia de público de todas las edades, especialmente gente joven, vestidos muy cosmopolitamente.
Mi exposición itinerante se llama Iconos y una de sus piezas es una obra titulada Boyante que es un autorretrato, realizado con estanques de agua que contienen flores y un insecto.
Parte del proceso de montar la obra requiere que camine por los parques y jardines viendo y recogiendo flores, frutas (miles de pomarrosas por doquier, en este caso) y otros, que hacen parte de la composición de la obra.
Me asombró Manizales.
Sus impecables calles y bien mantenidos parques, especialmente el parque de la Mujer, que no solo es parque, también funge como punto de transporte desde un barrio hacia la avenida Santander.
El parque, con un increíble diseño, cuenta con un busto en bronce de Miss Universo 1958, el icono colombiano de la belleza, Luz Marina Zuluaga. Encantadoras vistas panorámicas y un espejo de agua con una cortina de metal, inscrita con los nombres de mujeres que parecen cientos, en diferentes tipografías, que bailan sobre el agua con cada cambio de luz. El parque es tan hermoso que cuando al final descubres que también cuenta con un elevador panorámico que une y mejora la zona aledaña, solo puedes pensar en las mentes cívicas tras este proyecto, tan artístico e incluyente.
Confieso que recorrí el cable aéreo, casi como si estuviese en una atracción turística, Las vistas son únicas, además de poder espiar la arquitectura de viejos edificios y señoriales casas. Digo casi, porque es un servicio de transporte público. Qué increíble que se dignifique al ser humano a través de la prestación de un servicio.
Y aunque no todo es perfecto, si note un sentimiento de arraigo que es muy particular, ese sentimiento de saberse ciudadano de un lugar especial, que brilla por la belleza y por la cultura.
Porque se respira cultura en cada rincón.
Muy feliz fue mi experiencia, una concurrida audiencia local e internacional para la inauguración de Iconos y un excelente despliegue publicitario por parte de la prensa regional, y de las entidades regionales que se encargaron de promocionar e incluir en los planes para turistas todos los eventos artísticos y culturales, como parte de su programa total de integración transversal con las entidades, como último fin promocionar la ciudad a todo nivel.
Sentí un gran apoyo de la comunidad y un entendimiento de mi obra.
En Armenia carecemos de espacios para mostrar nuestro trabajo.
Carecemos de una entidad que realmente cumpla con los deberes de una corporación de cultura y fomentar las artes, los artistas y gestores culturales, a todos los niveles, y suplir la falta de espacios apropiados, usando lugares alternativos, o reactivando lugares previamente usados, como la sala de la Sociedad de Mejoras Públicas. Y ¿sería muy horrible para las centralistas autoridades del museo Quimbaya reactivar los espacios mostrando a los artistas locales?, ya que nuestro querido Maqui se encuentra hundido en el pozo de la desidia y aunque continúan con su cronograma de lujo, la verdad solo aquellos que necesitamos del arte como sostenimiento de nuestros espíritus, nos aventuramos en la dantesca entrada al museo, llena de la cruda realidad de la fragmentación social y la inhabilidad de las pasadas y la presente administración en gestionar fondos y proyectos, y sopesar la seriedad de la falta de cultura en la sociedad. Una Armenia con gente sin sentido de pertenencia y amor por lo suyo.
Vote a conciencia.